Mal presagio {Taekook/Yoonmin/2Jae}

80.1

| Ganó la opción de dividirlo en dos, así que aquí tenéis la primera parte c:
Como siempre me avisáis de cualquier error de tipeo, continuidad, o lo que sea pls.

Ah, y una pequeña aclaración para lxs que no stannean EXO, pues con algunxs personajes usaré apodos también:
Kim Junmyeon = Suho 
Kim Jongin = Kai

 Perdón por el ¿spoiler? pero es que luego algunxs se me vuelven locxs con tanto nombre nuevo xD  |

Dongyul.

No lo estaba pensando con calma, en realidad, pero tal vez si Dongyul había sido la primera opción en aparecer en su cabeza como persona a la que recurrir, quizás era por algo. Por eso mismo, Jungkook, en su estado de pánico para nada apaciguado, decidió seguir sus instintos sin cuestionarse nada. Ni siquiera las posibles consecuencias que acarrearían esos actos en un futuro prácticamente inmediato. Porque su cerebro no estaba razonando con claridad, todo lo contrario, más bien le estaba enviando señales de alarma que le pedían a gritos buscar ayuda rápida. La que fuera, pero rápida. 

Sentía la necesidad de escapar de allí antes de que alguien más lograra encontrarle.

Por eso mismo, de manera inconsciente, todo se redujo a una sencilla razón; tal vez su hermano, al tener mayor experiencia, supiera indicarle qué diablos hacer.

No obstante, aunque buscó desesperado el teléfono móvil que el mayor le había facilitado con anterioridad para poder contactar con él en cualquier momento y situación, Jungkook no logró dar con el aparato. Y entonces creyó recordar que.... él no lo llevaba encima. Lo único que mantenía consigo era el arma homicida, la navaja y el pinganillo cuya existencia, en realidad, había olvidado por completo.

Todavía atacado de los nervios y con la respiración acelerada, Jungkook volvió a palpar su cuerpo de manera superficial, en un vano intento de encontrar algo que pudiera servirle para escapar de allí. Su estado empeoró cuando las palmas de sus manos entraron en contacto con la sangre húmeda impregnada en sus prendas.

Y es que, aunque en el exterior todo parecía estar tranquilo, en su cabeza la situación era completamente distinta. Demasiado caótica. Sus pensamientos, mezclados, iban y venían de manera aleatoria mientras su cerebro luchaba por comprender la situación. Aquello se sentía tan surrealista y desconocido, que realmente no sabía cómo actuar.

Su reacción solo fue llorar en silencio mientras su cuerpo se sacudía con pequeños espasmos y escalofríos que le erizaban la piel a su paso. Sus pulmones tampoco se sentían capaces de llenarse con todo el oxígeno que aspiraba de manera apurada por la boca.

A decir verdad, no supo cuánto tiempo pasó así, hiperventilando en ese callejón cochambroso, pero cuando quiso darse cuenta, el sonido de las sirenas de los coches patrulla de la policía ya estaban inundando por completo el lugar. También lo hicieron las voces de los vecinos de la zona, quienes abandonaron sus casas alarmados a causa de la voz desesperada de una señora que gritaba en medio de la calle. La mujer mencionaba algo de un asesinato en el octavo, un chico de cabello enmarañado completamente ensangrentado y un hombre conocido para ella con el rostro desfigurado.

Desde su posición escondida, la reacción inmediata del azabache fue levantarse del suelo, asustado al reconocer la historia. Y de repente, todas sus preocupaciones se enfocaron en ese problema. Porque era un jodido problema que la mujer estuviera llamando la atención de todas las personas que habitaban en ese vecindario.