Mal presagio {Taekook/Yoonmin/2Jae}

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Como era habitual los último días, de nuevo iba a ser imposible para Jungkook conciliar el sueño esa noche. No después del día tan intenso vivido junto a cierto pelirrojo.

En ese preciso momento, se encontraba tumbado en la cama de su mejor amigo, con el rubio durmiendo profundamente a su lado. Y si estaba ahí era, única y exclusivamente que por petición del mayor, quien le había pedido entre pucheros que durmieran juntos esa noche. 

Jimin le había asegurado estar falto de su compañía y Jungkook, como siempre, no había sido capaz de negarse a él. Y mucho menos cuando, siendo honesto, el mismo castaño sentía la necesidad de compartir más tiempo con su mayor también. De hecho, le agradó enormemente, y le tranquilizó en cierta manera, que fuera Park quien tomara la iniciativa y se lo pidiera. Más que nada porque, las mejores partes de su día, eran esas en las que pasaba la mayoría del tiempo con su mejor amigo. Porque en el fondo de su corazón, incluso si apreciaba y admiraba a todos sus compañeros de la mafia, estaba más que seguro de que nadie en el mundo podría superar jamás al hijo mediano del líder, él no querría a ningún otro mortal tanto como quería a ese rubio meloso y amante del contacto físico. En la actualidad, Park Jimin era la persona más importante de su vida, y eso no iba a cambiar nunca. O al menos eso fue lo que creyó en un principio.

No obstante, en la actualidad, las cosas estaban comenzando a torcerse. Jimin se estaba convirtiendo en alguien más insensible e independiente. Estaba cambiando, pero parecía que nadie se estaba dando cuenta de ese detalle. Un ejemplo claro de ello fue que, apenas llegar a la casa de los Park y conocer a la nueva novata fichada para el grupo, además de ser algo descortés, Jimin también había perdido rápidamente el interés en la muchacha y había corrido hasta el baño con la intención de ducharse y acicalarse, para después poder meterse en su cama y dormir profundamente hasta el día siguiente. Estaba muy cansado, había dicho. 

Por su parte, Jungkook si había prestado algo más de atención a la joven, más por respeto y educación que por otra cosa. Al menos esos eran los principios que le había inculcado su madre.

Así pues, esperando a que el rubio desocupara el servicio para poder entrar él y ducharse también, Jeon había estado manteniendo una charla amena con la chica bonita presentada como Dahyun. Hablando con ella, había descubierto que era un año más pequeña que él y que, por tanto, sería ahora la que ocuparía el rol de novata más joven del grupo. Se sintió aliviado de alguna manera luego de escuchar aquello porque, quizás, ese simple detalle ayudaba a que sus compañeros comenzaran a tenerle en cuenta ahora que no era el integrante más joven.

Por otra parte, la muchacha se había mostrado bastante interesada también en el porqué de su apariencia tan ensangrentada y tétrica. Honestamente, eso le resultó bastante perturbador. Básicamente porque, Kim Dahyun, cuyo rostro angelical y estatura no superior a los 1,60 metros que le daban ese toque inocente y adorable, había actuado demasiado... ¿atrevida? 

¿Irrespetuosa, tal vez? 

Prácticamente, las pequeñas y finas manos de la chica se habían paseado por su torso con total confianza y sin pedir permiso previo, solo con la intención de tocar la sangre, cada vez menos húmeda, impregnada sobre sus prendas. Ligeros "wow" escapaban de sus labios curvados cuando observaba sus propias palmas y dedos ligeramente ensuciados. Y es que, según ella, nunca antes había tenido contacto directo con la sangre y, claro, eso era increíble. 

¿Increíble...? A esa chica de verdad le faltaban uno o dos tornillos, pero por lo menos era simpática. Demasiado simpática y amigable, de hecho.

No obstante, realmente no le dio mayor importancia al tema porque, apenas escuchar el aviso de Jimin asegurándole que al fin podía usar el cuarto de baño, Jeon corrió directamente al servicio para limpiarse y asearse como era debido. Pronto se olvidó de la presencia de Dahyun en esa casa.