Jeon Jungkook recordaba a la perfección aquel día en el que vio a Park Jimin por primera vez.
El más joven jugaba en una pequeña sala con su juguete favorito, ese conejito rosa que su madre biológica le había regalado dos meses antes de dejarle en aquel lugar luego de prometerle que volvería a por él. Porque si, apenas con un año de edad, Jeon Jungkook había sido abandonado a su suerte en un pequeño orfanato local de la ciudad de Busan.
Aunque, a decir verdad, él no recordaba nada de aquella historia, pues esa no era más que la versión que la mujer encargada de su cuidado le había contado. Pero poco le afectaba esa situación, ya que desconocía como era el mundo más allá de esas cuatro paredes que conformaban aquel mediocre centro de acogida de menores al que consideraba su "hogar". Y además de eso, contaba con una gran cantidad de amigos que vivían su misma situación. Así que no era como si tuviera queja alguna. Y por supuesto que, aunque vivir en dicho lugar no era la mejor de las opciones, su vida nunca fue particularmente aburrida o triste, por el contrario, resultó ser bastante decente y entretenida. Él creció siendo un niño feliz y libre de preocupaciones, amando a aquella mujer que se había hecho cargo de su cuidado desde el primer día que llegó, y con la cual dormía casi todas las noches acurrucado entre sus brazos. Los mimos nunca le faltaron tampoco.
No obstante, finalmente llegó el día en el que todo cambió. Su vida acomodada y su relativa paz se vieron amenazadas cuando, el 1 de septiembre del año 2002, Park Jimin, de apenas siete años de edad, asomó su cabeza por una de las ventanas que daban a la pequeña sala de juegos que Jeon solía frecuentar. Y aunque el lugar se encontraba repleto de niños, la atención del joven Park se vio desviada únicamente hacia el pequeño Jungkook, de cinco años en ese entonces.
El mayor le señaló con el dedo índice desde el otro lado del cristal, completamente seguro de su elección. Acto seguido se giró y miró fijamente a un hombre adulto, bastante arreglado, que caminaba con aires de superioridad en su dirección. Una sonrisa ladina adornaba el rostro del adulto, quien confiaba plenamente en la capacidad de elección de su joven retoño. Pues bien, después de haber recorrido varios centros de menores de la ciudad en los que su vástago no encontraba a nadie de su gusto, sabía muy bien que Jimin había dado por fin con el indicado.
— Me gusta ese. — El menor se mostró completamente seguro, retornando su mirada una vez más hacia su nuevo objetivo. Por su parte, el pequeño Jungkook seguía demasiado inmerso en su mundo, ajeno a todo lo que estaba sucediendo en el exterior y mucho menos a lo que estaba a punto de ocurrir.
— ¿Aquel que tiene el conejo rosa? — El hombre preguntó mientras posaba una mano sobre la cabeza de su hijo, acariciándole con delicadeza. Recibió una amplia sonrisa por parte de Jimin, quien asintió eufórico como respuesta. — Bien, será él entonces. — Concluyó.
Así pues, en poco menos de una hora, Jeon Jungkook se encontraba subido en el asiento trasero de un enorme y lujoso vehículo con destino a Daegu. A su lado, los enormes y brillantes ojos de Park Jimin le miraban expectantes y parecían querer atravesarle hasta el alma. Eso le intimidó de sobremanera porque... ¿quién era ese niño y por qué sonreía como un loco?
— Me llamo Park Jimin y tengo siete años. — El mayor por dos años extendió su mano al más joven, con la enorme sonrisa felina aún adornando su rostro. — Y tú... ¿cómo te llamas? — Preguntó curioso luego de no recibir respuesta por parte de su nuevo amigo.
Jungkook, tan desorientado como asustado, le ignoró y miró por la ventana, observando como aquel lugar al que consideraba su hogar lucía cada vez más lejano. El reciente recuerdo de cómo su "madre" le despedía con lágrimas en los ojos y le prometía que le esperaba un buen futuro se proyectó en su mente repentinamente.
Y lo único que recuerda de ese momento es su llanto, su llanto y todas aquellas súplicas y ruegos por volver allí, por regresar a su habitación, a los brazos de dicha mujer. Pero nada de eso ocurre, al contrario, es completamente ignorado por todos aquellos presentes en el vehículo excepto por Jimin, quien le tiende un pañuelo para secar sus lágrimas. No obstante, Jungkook lo rechaza de un manotazo, aumentando la distancia entre ese niño rarito y él.
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Mal presagio {Taekook/Yoonmin/2Jae}
Fanfiction▬ Fic lento y extenso. ▬ Khangpae ha sido la mafia surcoreana más temida de Corea en los últimos 50 años. Jeon Jungkook y Park Jimin, integrantes de la banda, han sido entrenados durante su niñez y adolescencia para convertirse en extraordinarios as...