Mal presagio {Taekook/Yoonmin/2Jae}

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La hora del descanso había terminado y todos los alumnos comenzaron a marchar de regreso a sus respectivas aulas para continuar con las lecciones del día. Taehyung, que estaba tumbado sobre la mesa de su pupitre, aun observando al menor dormir a su lado, se incorporó rápido apenas vio regresar a sus compañeros después del recreo. Por su parte, Jungkook dormía tan profundamente que ni siquiera se dio cuenta de lo que sucedía a su alrededor. Por eso, fue el pelirrojo quien decidió despertarlo antes de que llegara el profesor de la siguiente hora.

Con una sonrisa maliciosa adornando sus labios, Taehyung abrió su estuche, el cual descansaba sobre la mesa junto a su cuaderno, y rebuscó un lápiz en su interior. Así pues, cuando lo encontró y lo tuvo bailando sobre sus dedos por unos cuantos segundos en los que observaba a su joven compañero, no tuvo otra mejor idea que llevarlo a la nariz del menor y meter la punta en una de sus fosas nasales, riéndose al ver las muecas extrañas que hacia el castañito mientras comenzaba a despertarse. Jeon abrió ligeramente un ojo, algo desorientado al no entender que estaba pasando. Fue entonces que divisó a Kim mirándolo desde arriba, con una expresión divertida en su rostro. 

  — ¿Qué haces? — Con los ojos entrecerrados y una cara demasiado adormilada, el más joven bufó con molestia a la vez que se incorporaba, golpeando la mano del mayor para apartarla. Taehyung rio bajito a su lado y Jungkook, ligeramente afectado, hizo el mayor de sus esfuerzos en no sonreír para él, pues se suponía que sentía molesto, claro. — Ah, hyung... ¿por qué a veces actúas como un niño? — Lloriqueó, llevándose un dedo a su nariz para masajearla lentamente. 

—  Porque no me dejaron ser uno. — Aseguró, con total convicción a la vez que le miraba con un toque inocente. Y de repente, un silencio incómodo se hizo presente en el ambiente. Los ojos del más joven se posaron sobre él con un aire de extrañeza, sin llegar a entender del todo su respuesta. No obstante, Jungkook terminó por asociar su comentario a un simple vacile y tan solo suspiró. — La profesora está por llegar, por eso te desperté. — Dijo entonces, sonriendo de lado. — Eres tú el que quiere atender en clase, de lo contrario, te habría dejado dormir... esa vieja no se entera de nada. — Confesó, retornando la vista a su cuaderno.

— Uh... ¿ya pasó el descanso? Eso fue rápido. — Murmuró el castaño, sintiendo su cuerpo demasiado pesado todavía. Se incorporó para estirarse en su silla y después largó un suspiro cansino, adoptando una postura relajada en la silla mientras dejaba caer los brazos a sus costados. Para ese momento, las heridas en su rostro estaban doliendo de nuevo, pero él no diría nada al respecto. Hizo un puchero inconsciente al recordar que no podía correr hasta su casa y tomar sus medicinas para calmar su dolor. 

— Lindo ~ — Taehyung sonrió levemente a su lado, sin necesidad de mirar directamente al castañito para percatarse de su mueca adorable. Como todos los días, aunque en esta ocasión su rostro estuviera magullado y casi irreconocible, Jeon Jungkook se le seguía haciendo demasiado bonito. 

— Siempre me estás diciendo cosas así. — El aludido no pudo retener una sonrisilla cuando aquellas palabras escaparon de su boca, y es que se sentía increíblemente bien cuando Kim lo etiquetaba de lindo o adorable.

Su corazón rebotaba de felicidad antes esas cosas tan simples, que se cuestionó seriamente que pasaría si el pelirrojo continuaba tratándolo así el resto del curso. Jungkook no quería desarrollar sentimientos más allá de la amistad con él, aunque probablemente estos ya estaban presentes desde el primer día. Porque había una cosa que no podía negar, y era que Taehyung le atraía de alguna forma más allá de solo la física. Y, ahora que el mayor había girado la cabeza y le dedicaba una mirada vacilante con una ceja alzada pudo corroboró, de nuevo, que ese chico era el hombre más hermoso que había visto en su vida. Pero no se trataba solo de su apariencia despampanante, también había algo en el mayor, algo más allá de lo que se veía por fuera, que le gustaba y le llamaba demasiado.