Mal presagio {Taekook/Yoonmin/2Jae}

97.1

A la mañana siguiente Jungkook despertó en su propia cama, tumbado junto al más joven de los hijos del líder. Echó una mirada somnolienta a Jihyun, quien dormía plácidamente, ajeno a todo aquello que le rodeaba. Por su parte y hasta donde podía recordar, el azabache creyó haberse dormido en el sofá de su casa, pues Jimin acaparó por completo su cuarto. Así que, realmente... no podía entender cómo diablos había llegado allí. Tampoco sabía dónde se había metido el rubio, pues no había rastro de su amigo en esa habitación al menos.

Confundido, chequeó la hora en su teléfono para descubrir que eran apenas las 9 de la mañana. Y a pesar de querer enredarse en las sábanas con el fin de disfrutar de un descanso un poco más largo, decidió abandonar el colchón con la idea en mente de buscar al rubio. Tal vez Park seguía por la casa, aunque de no ser así, igualmente le llamaría para saber dónde estaba y quedarse tranquilo.

También cabía la posibilidad de que se hubiera marchado con cierto rapero traicionero. Aquello definitivamente no le dejaría tranquilo en absoluto.

Así pues, arrastró perezosamente los pies por toda la casa hasta que finalmente llegó a la cocina. Allí encontró a Jimin, a quien descubrió fumando asomado a la ventana. Tan pronto como sintió su presencia, el hijo del líder se giró hacia él.

— Buenos días Kookie. — Saludó sin muchos ánimos luego de apagar el cigarro contra el alféizar y expulsar la última calada hacia el exterior. No obstante, una pequeña sonrisa se deslizó sobre sus labios cuando sus ojos se conectaron con los adormilados del menor.

Jungkook sintió su corazón acelerarse emocionado ante ese pequeño gesto pero, sobre todo, ante la mención cariñosa de su nombre. Y es que si bien Jimin solía ser amoroso con él todo el tiempo, los últimos meses las cosas se habían torcido entre los dos y ya no sentía su conexión igual a la de antes. Era evidente que se estaban distanciando poco a poco. Por ese mismo motivo, encontrarse repentinamente con aquel recibimiento que para cualquier otro resultaría una tontería sin sentido, para él se sintió como esa pequeña prueba que necesitaba para recuperar la esperanza. Para convencerse de que, en realidad, todo lo que habían construido juntos quedaría intacto y seguirían juntos hasta el final.

A fin de cuentas, la persona más importante de su vida seguía siendo su mejor amigo.

— Buenos días, hyung... — No pudo controlar tampoco la pequeña sonrisa involuntaria que se deslizó sobre su boca. De repente, como que se sentía inmensamente feliz.

Por desgracia, el rubio no demostró ni una pizca de emoción a comparación de su compañero. Básicamente porque desde su punto de vista la situación entre ambos no estaba tan horrible como la percibía el contrario. Es decir, sí, había existido una ligera tensión en sus últimas conversaciones, pero él no le dio demasiada importancia después de todo. Era lógico pensar que en algún momento de sus vidas presentarían diferencias en cuanto a opiniones. Además, Yoongi ya le había avisado de aquella posible situación también. De hecho, en más de una ocasión el rapero insistió en que ellos dos realmente no tenían tanto en común. Ni siquiera compartían los mismo ideales, aunque según sus creencias, eso no influía en su relación por mucho que su pareja recalcara el importante peso que sí ejercía en la amistad entre dos personas. Pero, diablos, eso sonaba estúpido porque si de verdad fuera cierto, entonces ellos no habrían sido amigos por tantísimos años.

Por eso mismo y convencido de su propia teoría, Jimin decidió aprovechar ese momento para hablar con Jungkook respecto a un tema personal que venía carcomiéndole por dentro desde el día anterior. Paralelamente, decidió dejar a un lado otros asuntos de gran importancia que si bien no le implicaban a él, sí que lo hacían con el azabache. Pero ese momento no se sentía como el adecuado para echarlo en cara. Así pues, caminó hasta una de la sillas y dejó caer su cuerpo con pesadez, consiguiendo captar la atención del menor al instante.