Jimin comenzó a correr a toda prisa por el pasillo nada más abandonar el servicio, con su corazón latiendo descontrolado en su pecho. Pues bien, conociendo a su pareja, sabía que a Min no le harían falta más de unos pocos segundos o, si tenía suerte, menos de un minuto, para que descubriera que le había robado el móvil.
Tomó la misma dirección por la que había llegado al cuarto piso, dirigiéndose directamente a la salida de emergencia más cercana y adentrándose de nuevo por la misma puerta de minutos antes. Consideró esa como la mejor de las opciones porque, al fin y al cabo, los alumnos del centro tenían estrictamente prohibido hacer uso de dichas salidas a no ser que se tratara de una emergencia real. Por eso, la probabilidad de encontrarse con alguien más en dicho lugar era prácticamente imposible.
Su corazón continuó palpitando a mil por hora y algunos pinchazos desagradables se hacían presentes de vez en cuando, recordándole esa sensación tan extraña y nueva que nada le estaba gustando. Y básicamente todo se debía a que, aunque estaba más que acostumbrado a robar a personas ajenas y desconocidas, esta sería la primera vez que robaba a alguien de su "familia". Y todo resultó ser mucho más doloroso para él porque esta vez no se trataba de una persona cualquiera, sino de su pareja sentimental. Del chico con el que había estado saliendo los últimos seis años y del cual no había desconfiado ni una sola vez durante todo ese período de tiempo.
Realmente no podía negar que se sentía bastante mal y muy culpable por lo que acababa de hacer, quizás incluso estaba siendo un poco paranoico, no obstante, el comportamiento de Yoongi en los dos últimos días había sido tan extraño que Jimin no pudo evitar dudar de él. Sus extrañas relaciones —a veces demasiado afectivas teniendo en cuenta su personalidad seria y arisca— con algunos miembros de Pyeonhwa, eran un factor demasiado alarmante.
Y por supuesto que Park sabía que la misión de su pareja consistía en acercarse lo más posible a dichas personas, pero las conversaciones que había escuchado entre Min y los otros dos no parecían falsas y mucho menos una excusa para volverse cercano a sus rivales. El rubio estaba más que seguro de que él mismo era la persona que mejor conocía a su novio de entre todo el mundo. Y esa mañana, entre Kihyun y Yoongi, había notado una química desbordante, una amistad que parecía haber sido forjada desde hacía varios años. Como su relación sentimental prácticamente. Aquello le atormentó en demasía porque fue incapaz de encontrarle una lógica a esa realidad por mucho que lo pensó y analizó.
Una vez se aseguró que se encontraba fuera de peligro, redujo un poco su marcha y bajó las escaleras despacio, intentando no hacer ruido con sus pisadas y ya de paso recuperar el aliento. Teniendo en cuenta que desde su escondite podía escuchar las voces de los alumnos que acababan de salir de clases y las cuales provenían del otro lado de la pared, no quiso arriesgarse a ser escuchado también por ellos.
Cuando llegó por fin al último piso divisó de nuevo las dos puertas conocidas, la que daba a la universidad y la que daba al descampado cochambroso. Se dirigió rápidamente a la segunda pero, cuando posó la mano sobre el manillar para abrir la puerta al exterior, sintió algo cubrir sus ojos y su vista nublarse en cuestión de segundos gracias a un fuerte golpe recibido en la nuca que le hizo perder el conocimiento por completo.
O O O
Jungkook se dejó arrastrar por Taehyung hasta la mesa donde se encontraban Youngjae y el par de personas cercanas al pelirrojo. Y una vez habiendo llegado a la mesa, el menor se esforzó en evitar en todo momento hacer contacto visual tanto con su amigo, como con la chica y el chico desconocidos. Dedicar el mismo trato a los tres resultaría efectivo para no ser relacionado directamente con Choi, ¿cierto?
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Mal presagio {Taekook/Yoonmin/2Jae}
Fanfiction▬ Fic lento y extenso. ▬ Khangpae ha sido la mafia surcoreana más temida de Corea en los últimos 50 años. Jeon Jungkook y Park Jimin, integrantes de la banda, han sido entrenados durante su niñez y adolescencia para convertirse en extraordinarios as...