Capítulo 18.

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Todos pudieron ver la enorme explosión de Deidara y los sinobi de la hoja decidieron ir a ver que había ocurrido ahí.

También lo vieron todos los integrantes del equipo Hebi y Juugo empezó a correr. Sabía que en esa dirección se había ido Sasuke y gracias a los pájaros había sabido que el azabache estaba peleando con un Akatsuki.

Corre todo lo rápido que sus piernas se lo permiten. Su misión en esa vida era proteger a Sasuke.

Karin también ve la explosión desde la aldea e inmediatamente intenta encontrar el chakra de Sasuke, pero no conseguía dar con él. Eso la asustó.
Suigetsu también estaba parado viendo todo, preocupado por la ubicación de la explosión. Esperaba que Sasuke estuviera bien. Rápidamente coge un rollo que tenía en su cintura y ve que este había sido usado. No lo creyó posible, pero así era.

Zetsu estuvo viendo como fue la pelea de Deidara y Sasuke. Tuvo tiempo de alejarse lo suficiente para acabar con vida y cuanto la explosión por fin finalizó fue a avisar a los demás Akatsuki. Otro miembro de la organización había muerto, pero este por lo menos había acabado con alguien a su paso.

Itachi escuchó impertérrito todo lo que les contó Zetsu, pero cuando finalizó y por fin se quedó a solas con Kisame no pudo evitar salir de la cueva y miró al cielo. Este estaba nublado y la primera gota cayó en la mejilla del Uchiha. Un aguacero cayó sobre él, evitando que Kisame viera que este estaba llorando.

Su hermano pequeño había muerto en la explosión causada por Deidara. Su vida ahora mismo no tenía sentido. Solo esperaba que la maldita enfermedad que tenía se lo llevase pronto.
Había fallado. No pudo cumplir esa última promesa que le hizo a sus padres. Su querido hermano había muerto y con él todas sus esperanzas.

Dejó que la lluvia lo empapase. No tenía deseos de vivir, pero fue entonces cuando lo notó. Podía sentir el chakra de Sasuke. Él seguía con vida. No sabía cómo, pero seguía vivo.

Eso hizo que su corazón se relajase y con eso vuelve para reunirse con Kisame.
Su compañero había visto todo lo que el Uchiha había hecho. Su cara no había expresado ninguna emoción, pero pudo sentir el dolor de este.

- No está muerto – susurra Itachi entrando de nuevo a la cueva.

Debía preparar su plan B, y debía ser ahora mismo.

Suigetsu hace lo que Sasuke le dijo que hiciera en caso de que el dibujo de la serpiente desapareciera del royo.

Abre el pergamino y en el centro del sello pone un poco de sangre que Sasuke le dio y entonces hace el jutsu de invocación.

Una gigantesca serpiente violeta con unos cuernos en la cabeza aparece, pero esta estaba muerta.

- E-esta... es la invocación de Orochimaru – susurra Suigetsu impactado -. Es Manda.

El chico sabía que el sannin tenía problemas con esa serpiente cuando la invocaba, ya que esta nunca le hacía caso y siempre le pedía algo a cambio, en especial sacrificios humanos. No entendía como la serpiente estaba muerta ante él. Se suponía que era muy poderosa. Entonces se fija en los ojos de Manda. Esta tenía el Sharingan y cuando desaparece el chico de ojos violetas lo entiende.

Sasuke sale de la boca de Manda tambaleándose. Estaba agotado y casi sin chakra. La maldita pelea con Deidara lo había debilitado mucho.

Suigetsu corre hasta él para cogerlo.

- ¡Estás hecho pedazos! – dice el chico viendo como Sasuke respiraba con dificultad -. ¿Quién te a hecho esto?

- Invocaste... - habla Manda. Por lo que se veía aún le quedaba un poco de vida -. Invocaste mi grandeza, maldito mocoso. Esos ojos... ¿Me controlaste con esos ojos? Mi grandeza...

Naruko ShippudenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora