Capítulo 10.

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En cuanto Sasuke llegó a la cueva dejó a Naruko en el futón. Este era donde dormía el Uchiha, ya que Orochimaru le había pedido que estuviera allí entrenando por varios días. De ahí que estuviese preparado y tuviera un botiquín médico.

Estaba un poco desorientado, ya que nunca había visto tales heridas y no sabía cómo tratarlas.

- Lo mejor será quitar la suciedad – dice en voz alta para no perder la calma.

Estaba asustado. Naruko parecía estar herida de gravedad e inevitablemente esa horrible noche empezaba a filtrarse en su mente. La noche en la que encontró a todo su clan aniquilado.

Cuando vuelve con el agua descubre que parte de la piel de Naruko se estaba regenerando. Es ahí cuando recuerda que la chica siempre se había recuperado rápido de sus heridas.

De todas formas empieza a quitar la suciedad que la chica había cogido por la pelea. También se ocupa de quitarle la ropa y ponerle una muda limpia. La ropa de Sasuke le quedaba un poco ancha, pero serviría.

Cuando terminó salió para conseguir algo de comida, ya que esperaba que la chica despertase cuando la noche llegase.

Sai no había visto que Sasuke hizo acto de presencia, pero sí que Orochimaru y Kabuto habían huido. Fue tras ellos, pues el chico tenía una misión que cumplir de parte de Raíz.

Cuando alcanzó a Orochimaru este le dijo que Danzo lo había enviado ahí para servir de mensajero entre ambos. El fundador de Raíz sabía que el sannin estaba planeando atacar Konoha nuevamente y Danzo quería ayudar.
El sannin serpiente no se lo creyó al principio, pero al final accedió a que Sai los acompañara cuando el joven le da un sobre con muchas fichas. Estas eran de los ANBU que trabajaban para la Hokage.

Con eso los tres se marcharon a la guarida de Orochimaru.

Yamato se había encargado de coger a Sakura al ver que Sai no lo hizo. Tsunade tenía razón en decirle que lo vigilase de cerca.
El ANBU hizo un clon de madera para que siguiera a Sai, y para ver cómo iba la pelea de Naruto contra Orochimaru. Esta misión se había salido de control.

Su clon le informó por radio que Sai se había reunido con el sannin serpiente y que después se marchó con ellos.

- Sí, esta misión se ha descontrolado demasiado – dice Yamato llevando a Sakura en brazos.

Primero se ocuparía de la chica, ya que ella era la única ninja médico del equipo y también era importante encontrar a Naruko.

Este hizo uso de el trozo de madera que puso en la comida de los tres chicos, pero no podía dar con ella. Ya que solo podía percibirlos si ellos usaban el chakra. Solo había una opción para que no notase a Naruko, y esta era que la chica se había desmayado.

Le tocaba buscarla por el método tradicional.

Sasuke volvió con algo de comida y encendió un fuego para empezar a preparar la cena. Antes de eso le echó un vistazo a Naruko, y para su alegría la chica tenía mejor aspecto.

Ya había regenerado toda su piel.

Una punzada de dolor hace que Sasuke haga una mueca de dolor mientras se sujetaba el brazo izquierdo. Había sido ahí donde le había golpeado la cola del zorro.

Con un suspiro coge un ungüento para ponerse un poco en el brazo y después vendarlo. No se había percatado que estaba herido, pues para él Naruko era más importante.

La noche por fin llegó y al fin Naruko abrió los ojos. Lo hizo con pesadez, y parecía desorientada.

- ¿Dónde...? – susurra con un hilo de voz mientras pasaba la vista por la cueva y al fin se topa con Sasuke. El verlo le hizo sonreír. Tal parece que estaban destinados a no separarse -. ¿Dónde estamos?

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