Naruko Shippuden

Capítulo 42.

Naruko se fue a esa isla de la que le habló Tsunade en barco. Le acompañaban Yamato, Guy y otros sinobis de la Hoja. Habían estado diez días metidos en ese barco, en el cual Guy lo pasó muy mal dado que se mareaba.

- Ya debe tardar poco en llegar – dice Tsunade en compañía de Jiraiya y Shikaku.

- ¿Te refieres a Naruko? – pregunta el Nara.

- Sí – asiente Jiraiya -. El Raikage no reveló la ubicación exacta, pero dijo que era el lugar perfecto para no llamar la atención.

- Si al menos Naruko obedeciera y se quedase escondida – comenta el de la coleta -. Conociendo su forma de ser, en cuanto descubra que se desató la guerra, querrá ir al campo de batalla.

- Le dije a Naruko que estaría en una misión clasificada de Rango S – dice la Quinta -. Estoy segura de que los demás harán su parte.

Naruko estaba inclinada por la barandilla del barco, mirando las olas mientras llamaba al pulpo con voz cantarina.

- ¿Pulpo? – pregunta Yamato un poco confuso.

- Se supone que un pulpo me guiará – responde la rubia sin apartar la vista del mar -. El Sabio Anciano Gigante lo predijo, ¿recuerdas?

- Es verdad, era un pulpo – comenta Yamato mirando con una sonrisa a la rubia. Le sorprendía lo infantil que podía llegar a ser y como cambiaba completamente cuando las cosas eran serias. No la conocía tanto como Kakashi, pero podía darse cuenta de que era una chica muy fuerte.

- Tenía razón acerca de la isla lejana – dice ella -. Estoy segura de que conoceré a alguien que me guíe.

Yamato se la queda mirando y de repente se pone serio. Tal parecía que Naruko aún no se había percatado de nada, y esperaba que siguiera así.

Entonces uno de los marineros les avisó que estaban a punto de desembarcar y que la isla ya se podía ver. Al escuchar eso, la rubia empieza a mirar atentamente y es cuando se encuentra con una enorme isla rodeada de enormes pinchos gigantes. Eso no tenía nada que ver con la isla que Naruko se había imaginado. Eso parecía un lugar bastante sombrío, pero aún así no se decepcionó, no hasta que se fija más. Podía ver pájaros negros sobrevolando la isla. Bichos horribles caminando por la orilla y pudo identificar una carabera humana y también a un lagarto bastante grande que había muerto al ser atravesado por uno de los pinchos gigantes que rodeaban la isla. No, eso no se parecía nada a lo que Naruko había imaginado y empezó a asustarse un poco.

- ¿Una isla paradisiaca? – pregunta ella con aura depresiva.

- Es como el bosque de la muerte de Konoha – dice uno de los marineros que pertenecía a la Nube -. Pero esto es un poco más extremo.

- ¿Es un resort? – pregunta ella esperanzada. ¿Dónde estaba la playa? ¿El hotel con todo incluido? ¿Las comodidades?

- No se preocupen – dice el hombre con una sonrisa -, es seguro. Mientras no sean provocadas, las criaturas son dóciles. A excepción de uno...

Yamato quiso saber cuál era la excepción, pero no hizo falta que lo dijera, ya que un enorme calamar emergió de las aguas. Naruko al ver uno de sus tentáculos se emocionó, pensado que se trataba del pulpo de la profecía.

- ¡Oye pulpo! – dice ella acercándose con una enorme sonrisa y ojos brillantes -. ¡Ven a guiarme!

- Naruko, en realidad es... - dice Yamato algo preocupado.

Fue entonces cuando el calamar salió completamente del agua y pudo verse claramente. Con sus tentáculos hizo que las aguas empezasen a moverse, haciendo que el barco se tambalease.