Capítulo 46.

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Sai junto a tres compañeros más iban a atacar a Zabuza y Haku. Estos dos iban acompañados de una mujer y Gari, los cuales poseían un poderoso Kekkei Genkai.

Les lanzaron kunais con papeles bomba, pero Haku usó su jutsu Hielo para proteger a todos.

En eso, los cuatro sinobis de la alianza lanzan una bomba de humo al aire. La nube empieza a tomar un color rojo, alertando a la unidad de Kakashi. Todos fueron a apoyar a la unidad de emboscada.

Haku se encarga de Sai y sus tres compañeros. Hace que aparezca tras esos cuatro un muro de hielo, y cuando él aparece les lanza sus características agujas. Los pájaros de tinta desaparecen y los chicos empiezan a caer. Justo cuando iban a ser atacados, la unidad de Kakashi llega como refuerzo, y el peliplata es el que detiene a Zabuza, llevándose una gran sorpresa, al igual que el ex espadachín y Haku.

Sai le da las gracias a Kakashi por salvarles, pero le dice que era muy pronto para celebrar.

- Todos estos sinobis son una molestia – dice el peliplata.

- Sabía que teníamos que pelear – dice Zabuza -, pero nunca imaginé que sería contra ti, Kakashi.

El peliplata no pudo evitar pensar cuando se enfrentó a Zabuza y Haku, y como tenía retenido al ex espadachín, al cual le iba a atravesar con su Raikiri, pero Haku se puso por en medio, haciendo de escudo humano.

- Aquel día en el puente, debiste acabar conmigo y mandarme al infierno – le dice Zabuza -. Cuando desperté, estaba en el mismo lugar que Haku. Y esto no es el cielo ni el infierno.

- Este es el mundo de los vivos – gruñe Kakashi -. Son controlados por el jutsu Edo Tensei.

Kakashi estaba muy furioso por ver como Obito y Kabuto habían usado es jutsu de la resurrección impura, pero se enfureció más al ver que habían utilizado a Zabuza y Haku. Esos dos a los que una vez se enfrentó, y los cuales tuvieron una muerte digna. No podía creer que tuviera que enfrentarse a ellos nuevamente.

Zabuza se sorprende por lo que le ha dicho Kakashi, y el peliplata le dice que así era. Que Akatsuki los había traído a todos ellos del otro mundo para que luchasen.

Sakura también estaba ahí, y se sorprendió mucho de ver a esos dos. Fue su primer enfrentamiento y recordaba muy bien lo que pasó, y también cuanto les costó acabar con ellos.

- Oh... - dice Zabuza al ver a la pelirosa -. Has crecido, estudiante de Kakashi. ¿Cómo está la otra niña?

Haku abre mucho los ojos, mirando a Sakura y tras la pregunta de su maestro no puede evitar pensar en Naruko. En esa charla que tuvieron los dos cuando se encontró a la rubia tumbada en el suelo, dormida con un kunai en la mano. Naruko consiguió calar muy hondo en el corazón de Haku, y la respetaba por lo fuerte que había sido.

- Por ella fue que perdimos – dice Zabuza -. Ya debe haber crecido. ¿Su nombre es conocido?

- Sí – contesta Kakashi -. Ese puente se llama El Puente de la Gran Naruko. Y todos en la aldea la llaman la heroína del milagro – Haku sonríe por eso -. Gracias a ustedes, Naruko pudo encontrar su camino ninja. E hizo una promesa sobre vuestras tumbas, y desde entonces se ha convertido en una gran sinobi.

- Entonces será aún más fuerte – dice Haku mirando al peliplata.

En eso, Kabuto se estaba cansando de tanta charla, y decide arrebatar la personalidad de esos cuatro, convirtiéndolos en las marionetas perfectas, las cuales matarían sin ninguna piedad.

- Kakashi... - dice Zabuza al notar que su conciencia se marchaba -. Detennos...

El peliplata ordena a sus tres compañeros que retrocedieran, y se unieron a los demás. Se podía ver como los cuatro revividos estaban sacando todo su poder, haciendo que auras muy poderosas los rodeasen.

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