Naruko Shippuden

Capítulo 64.

- Según lo escrito en el monumento de piedra – dice Madara mientras miraba a la enorme luna roja y tras haberse arrancado la banda que le tapaba la frente -, cuando aquel con el ciclo del renacimiento se acerque a la luna, se abrirá el ojo que puede hacer realidad el sueño infinito para reflejarse en él – es cuando se abre el ojo que tenía en su frente, el cual era un Rinnegan rojo con las aspas del sharingan y este se reflejó en la luna -. Ilumina el mundo, Tsukuyomi Infinito.

La alianza seguía luchando contra Tobi. La estatua de las mil manos había quedado destrozada, pero aún podía seguir haciendo daño, y Tobi la estaba utilizando.

Onoki intentó hacer el Jinton, pero su chakra se había agotado, ya no podía hacer más jutsus.

Zetsu-Tobi hace que cuatro de las manos de la estatua atacasen a la alianza, causando el mayor daño posible, y cuando terminó, hizo que la estatua se levantase y la dejó caer hacia atrás. Eso hizo que todos se sorprendieran y Onoki preguntó que estaba sucediendo.

- Al fin empezó – dice Tobi con su característica voz cantarina -. Así que lo dejo. Ya no necesito este relleno.

La tierra había empezado a temblar, y no sabían qué estaba causando esos temblores. Fue cuando vieron los meteoritos que Madara había lanzado sobre el Equipo 7.

- ¡Son muchos! – dice el Raikage al verlos.

- ¡Prepárense para el golpe! – avisa Darui.

Todos se inclinaron, sujetándose al suelo con pies y manos.

- ¡¿Qué está pasando allí?! – pregunta Chouji -. ¡Es muy extraño!

- El chakra que Naruko nos dio desapareció – dice Shikamaru con el ceño fruncido -. Y también desapareció de repente ese árbol gigante – pone su vista en los meteoritos -. Está claro que está pasando algo muy importante. Y seguro que no es nada bueno.

Akamaru empezó a ladrar hacia la luna y Kiba miró. Fue cuando se puso tenso.

- ¡Shino, la luna! – dice Kiba -. ¡Mira la luna!

Todos poco a poco se fueron dando cuenta del patrón que había salido en la luna. Parecía un Rinnegan con las aspas del Sharingan.

- ¡¿Acaso es...?! – susurra Tsunade.

- ¡Es terrible! – dice Sarutobi, que estaba junto a ella.

Sasuke estaba suspendido en el aire, viendo a la luna y supo que eso era malo. Sin pensarlo dos veces hace que Susanoo se dé la vuelta y empieza a descender.

Mientras, Naruko estaba haciendo siete Bijuu Damas Rasenshuriken. Kakashi y Sakura la estaban mirando con la boca abierta.

- No se preocupen – dice la rubia -, destruiré todos los meteoritos con el siguiente ataque. No se separen de mí.

La chica estaba muy seria, pues debía tener cuidado de no darle a Sasuke. Las lanza todas a la vez y es cuando ve algo pasar entre su ataque.

- ¡Sasuke, no bajes de improviso! – le dice la rubia al ver al Susanoo -. ¡El Rasenshuriken te podría...! – pero no termina por culpa del aterrizaje del azabache que es bastante brusco -. ¡Oye! ¡Aterriza con más cuidado!

- ¡Cállate y no te muevas! – le grita Sasuke muy alterado y hace que las alas del Susanoo los cubrieran a todos, para que la luz de la luna no llegase hasta ellos.

Madara había llegado hasta donde se encontraba la alianza sinobi, y los estaba mirando a todos mientras flotaba.

- ¡Ahora seremos uno! – dice con una sonrisa macabra.