A Heartbreak Song© (Love & Music #1)

19. Sólo un momento

Cap (3/3)

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Kenny Chesney - Youn don't get to

-¿Vendrás para navidad, tío Wes?- preguntó Alexia, su sobrina de siete años.

-Para eso faltan varios meses, Alex- Dex rodó los ojos. Era solo dos años mayor que su hermana.

-Ya sé, pero tío Wes tiene que estar aquí. No es justo que tengamos una navidad sin él y sin papá.

Eso le estrujó el corazón. Sabía lo difícil que resultaba para los niños el hecho de que Finn Estuviera fuera gran parte del año. Solo esperaba que después del último despliegue si que pudiera quedarse alrededor una larga temporada.

-Trataré de estar ahí, cielo. Lo prometo- los ojos avellanados de su sobrina se iluminaron justo como lo hacían los de Finnick cuando estaba feliz.

-¡Bien! Por cierto, no te habiamos dicho que te vimos en la tv el otro día. Estuviste genial, felicidades.

-Sí, pero ¿por qué ahora tocas Country? eso no es cool- Dex hizo una mueca graciosa- el country es aburrido.

-El country es tan bueno como cualquier otro género musical- su madre apareció detrás de los niños. Se inclinó un poco para que su rostro fuera visible en la pantalla. Oh, ella seguía viéndose hermosa aun a sus desenta y seis años. -¿Y ya hemos hablado sobre eso, verdad?

-Sí- recitaron los niños- el mundo es grande y vasto, todo tiene cabida en el y debemos respetarnos los unos a los otros aun con nuestras diferencias.

Fue inevitable sonreir porque le recordaba tanto a su niñez. Eso era algo por lo que siempre estaría agradecido con Dios y con el universo entero, por haberle dado unos padres tan comprensivos, respetuosos y abiertos de mente. Ellos lo aceptaron sin dudar y nunca lo trataron diferente al saber que era gay. Su padre siempre decía que el respeto empezaba en casa y si no había unos buenos cimientos, entonces el resto de tu vida sería inestable. Cuanta razón había en eso.

-Hola mamá- saludó sintiénsose un poco nostalgico. Queriendo estar ahí para darle un buen abrazo.

-Hola, cariño ¿cómo estás?

-Estoy bien, no me quejo. Nashville esta siendo un buen lugar para vivir. Lo único que no me gusta, es que me quede tan lejos de ustedes- los ojos grises de su madre tan parecidos a los suyos se suavizaron justo cuando una sonrisa tiraba de sus labios.

-A mi tampoco me gusta que estés tan lejos, pero si estás bien y te hace feliz, lo entiendo- y ahí iba su madre mostrando un poco de toda esa comprensión que inundaba su menudo ser.

-¡Abuela, pero el tío Wes prometió que tratará de venir para navidad!

-¿Sí?- ambos niños asintieron efusivamente. -Bien, eso es genial. Ahora porque no le dicen adiós al tío Wes para ue pueda hablar de algunas cosas de adultos con él.

Ellos hicieron pucheros, pero al final se despidieron efusivamente enviándole besos y abrazos. Pronto eran solo él y su madre. Ella lo observó detenidamente, como si tratara de asegurarse de que era su hijo a quien veía. Cuando estuvo satisfecha suspiró.