10. El maldito orgullo

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Cap (2/2)

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AC/DCRealize

Casi se cayó de la cama cuando su teléfono empezó a sonar justo al lado de su oreja. Pero esa era su culpa por haberlo dejado ahí luego de haber hablado con su madre antes de irse a dormir. Gruñó algo blasfemó y tanteó bajo la almohada hasta encontrar el bendito aparato. Abrió los ojos solo lo suficiente para aceptar la llamada, pero no se molestó en ver de quien se trataba.

—¿Hola?— murmuró arrastrándose de nuevo hacia el sueño.

—¡Wesly Porter! — dijo una voz gruesa y autoritaria al otro lado de la línea— ¿Por qué infiernos soy el último en saber que te mudaste?

Se sentó de golpe con los restos del sueño huyendo casi de inmediato junto a la irritación de heber sido despertado tan temprano. En cambio una lenta sonrisa tiró de sus labios.

—¡Finn!— dijo alegremente. No había esperado que su cuñado lo llamara tan pronto. —Mierda, es bueno saber que estás bien. Digo, si estás llamando solo para regañarme.

—No te pases de listo conmigo — oh, cuando Finn estaba en modo militar era muy gracioso — Necesito un reporte de lo sucedido.

—Señor, si señor— soltó una carcajada y luego pasó a relatarle la razón de su mudanza. Era gracioso, pero al haber contado lo sucedido tantas veces, estaba haciendo mucho por ayudarlo a superar el dolor que aun le causaba pensar en ello. —Y eso fue básicamente lo que sucedió.

—Ya veo. Hace un rato llamé a casa y Lyn me contó que ya no estabas en Boston, pero no me dijo la razón. En verdad me hubiera gustado que me enviaras aunque sea un correo electrónico, sabes.

—No quería preocuparte.

Sabía que para Finn el ser un miebro de las fuerzas armadas solo acentuaba más su personlidad protectora y por lo tanto se hubiera preocupado de más si se hubiera enterado antes de los sucedido. Eso no era bueno puesto que Finn a veces se encontraba en medio de lugares hostiles en donde debía mantener los ojos bien abiertos listo para salir a combate en cualquier momento y preocuparlo con sus problemas sentimentales era lo último que necesitaba mientras los talibanes eran un verdadero peligro de vida o muerte.

—Sé eso, Wes— Finn suspiró y su tono se relajó un poco más— Espero que Rick y Derek se alegren de que no estuviera ahí o de lo contrario tendrían un par de extremidades rotas.

—Eso sono tan perturbador, a veces me das miedo.

Su cuñado se rio.

Aun recordaba cuando lo conoció tantos años atrás. Porque si, fue él quien lo conoció primero y gracias a eso Lyn pudo conocerlo después.

*

Tenía quince por aquel entonces y había ido a un fería que se estaba llevando a cabo en las afueras de Portland. Limer estaba con el aquella vez y ambos estaban entretenidos en los juegos de arcade que prometían un premio si lograbas salir vencedor. Wes le había echado el ojo a una enorme ballena de peluche que pensaba regalarle a su madre si lograba conseguirla.

El juego en cuestión consistía en disparar con un rifle, obviamente no uno verdadero, a los objetivos móviles  que se deslizaban en línea horizontal al fondo del stand, la distancia era de unos tres metros, lo que hacia un poco difícil para Wes ajustar la mira. Tampoco ayudaba que por aquel entonces gustara de usar un flequillo largo que constantemente resbalaba sobre sus ojos obligándolo a apartarlo con los dedos. El flequillo decidió obstruir su visión justo cuando estaba tratando de dispar y al final falló todos y cada uno de sus tiros.

A Heartbreak Song© (Love & Music #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora