63. ¿Qué harías en su lugar?

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Cap (2/6)

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Ross Copperman— Holding & letting go

En realidad no supo exactamente como fue que logró llegar, pero lo hizo. Cuando se detuvo frente a la casa que compartía con Limer, aún se sentía bastante entumecido. Se quitó el casco y lo colocó sobre el timón. Luego se bajó y observó al frente pero sin registrar nada realmente.

Había un dolor sordo en su pecho que iba despertándose poco a poco. Palpitando y punzando cada vez más fuerte. ¿Y a qué se debía ese dolor? Ah, claro... cerró los ojos cuando la imágenes de Luke siendo abrazado por Vania Halle atravesó su mente. Gruñó, apretó la tela de su camiseta. Jadeó inclinándose al frente.

Quería gritar, quería llorar. Quería golpear algo hasta que sus manos sangraran. Pero no hizo nada de eso. Después de tomar varias bocanadas de aire, se dio la vuelta y hecho a correr a lo largo de la calle. Una y otra vez, de arriba abajo, sin importarle la quemadura de su pecho a causa del esfuerzo. Tampoco le importó que sus músculos dolieran y protestaran por el repentino estallido de ácido láctico que descargó sus sistema. Y mucho menos le importaron las miradas curiosas y desconcertadas que estaba recibiendo de sus vecinos. Nada de eso tenía relevancia cuando el dolor y la rabia lo estaban consumiendo de manera tan cruda.

Vania abrazó a Luke, lo abrazó como si fueran una maldita y cruel pareja. ¿Y qué hizo Luke? ¿La apartó? ¿intentó dar explicaciones? No, no y ¡no! solo la dejó hacerlo. La dejó reclamarlo y sonreir con suficiencia. Se quedó quieto, observándolo tan tranquilamente como si no fuera nada. Como si todo lo que pasó entre ellos nunca hubiera sucedido. La dejó abrazarlo como si la quisiera, como si no le hubiera dicho en varias ocasiones lo irritante que la encontraba.

«¿Y qué más da? ¡¿Qué mierda te importa, Wesly?! Hace uno días dijiste que se acabó. Y sin embargo aquí estás sufriendo por algo que desde un principio no tenía futuro». Se detuvo de golpe y se dejó caer en la acera ajeno a todo lo demás. Su respiración aún era forzada.

Esa voz insidiosa en su mente tenía razón. Se supone que se había acabado, que no miraría atrás y que dejaría de pensar en Luke. Iba a expulsarlo de su corazón. Excepto porque no era así de sencillo, porque arrancar sus sentimientos por Luke signficaría arrancar su corazón de tajo y sin contemplaciones. No era capaz de soportar algo así.

«De cualquier manera tu corazón se está rompiendo. Y la peor parte es que en el fondo sabes que no es sólo su culpa. Nunca te prometió nada. Fuiste tú quien entregó su corazón. Bueno, estas son las consecuencias».

Soltó una exhalación temblorosa luchando contra las lágrimas. No iba a llorar. No podía y no lo haría. Eso no lo llevaría a ningún lado porque aun si lloraba, las cosas seguirían igual de jodidas. ¿Pero qué se supone que iba a hacer? Era media tarde y aun faltaban unas horas antes de que Limer volviera a casa, además ya no quería seguirse desahogando con él. Tampoco quería oirlo despotricar contra Luke, porque a pesar de todo, aún a pesar de que en ese momento estaba detestando un poco a ese exasperante y sexy hombre, no quería escuchar a su amigo soltando mierda sobre él. Era otra de las cosas que no podía soportar.

Aún así no quería estar solo. Su mente se estaba convirtiendo en una mala compañía y no quería que eso pasara. Así que trató de calmarse lo suficiente como para que su manos dejaran de temblar y entonces sacó su teléfono para hacer una llamada rápida. Sabía que en ese momento era más probable que él respondiera.

A Heartbreak Song© (Love & Music #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora