No soy lindo

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Una de las razones por las que Dilan odiaba su cuerpo omega era la poca resistencia que tenía. Aun si había entrenado desde muy joven, después de su primer celo y la explosión de feromonas dentro de él, los músculos que tenía había sido la tarea más difícil de mantener. Y aun si todavía tenía algunos no eran ni tan prominentes ni tan fuertes si se comparaban con los de un alfa.

A quien engañaba. Hasta sus caderas habían aumentado la circunferencia, su trasero aumentado razón por la que lo fastidiaban y por suerte la grasa que debía acumularse en su pecho la había quemado con fuertes tandas de ejercicio. Las feromonas que transformaban su cuerpo a uno casi femenino de un omega no se habían detenido con los supresores. Solo el ejercicio duro había podido disimular su situación actual y de alguna forma pasar por un ¨alfa¨.

Por lo tanto los golpes que estaba propinando al grupo de perdonas a su alrededor le afectaban a pesar de tener sus guantes con placas de acero. Sus brazos le comenzaban a pesar. La redada esa noche era intensa y había un grupo grande de personas que debían dejar en KO.  Pero esta noche no era para nada divertida en comparación de las otras. Esta vez no estaba luchando espalda con espalda con espalda con Ryo, en cambio estaba por su lado y era como si el alfa no lo tuviera presente.

El rechazo dolía más que si le hubiera gritado.

-Dilan- escuchó a alguien gritarle a la espalda y reaccionó para darse vuelta y esquivar apenas el puñetazo que iba directo a su cabeza solo rozándole el labio y rompiéndolo en el proceso.

El omega pateó el estómago de su atacante hasta dejarlo a más de tres metros de él retorciéndose del dolor. Un leve hilo de sangre recorrió su barbilla producto del golpe, se lo limpió con el borde de su abrigo pero la sangre volvió a brotar.

-Mierda- murmuró.

-¿Estás bien?- Estil se acercó a él corriendo.

Sabiendo la situación con Ryo, este último le había dicho que lo cuidara por lo tanto ahí estaba él sin despegar la vista del menor. Y bien que lo había hecho. Ryo le patearía el culo definitivamente si Dilan resultaba herido. Ya tendría que oírlo por la sangre que brotaba de este. Chasqueó la lengua.

Ryo podía estar actuando como un cachorro por la situación con Dilan pero de que no le quitaba la atención, pues no lo hacía. ¿Entonces por qué mejor no lo cuidaba él como siempre?

Dilan asintió con la cabeza limpiándose inútilmente la sangre que salía sin parar de su labio y manchaba el borde de su chaqueta. Sus ojos fulminaban su alrededor y pronto encontraron a lo lejos a Ryo que partía el brazo de uno de los agresores que lo había atracado con una varilla de metal.

Al dejarlo tendido en el suelo alzó la cabeza y sus miradas se encontraron.
Dilan no se movió sosteniéndola y entonces lo vio gruñir con sus ojos completamente dorados. Dios, esa imagen daba miedo. Retrocedió un paso en consecuencia cuando este se acercó a él.
A veces olvidaba que Ryo era un alfa, y no uno cualquiera, uno que podía quebrarle el cuello aun con todo el entrenamiento que él tenía. Y antes de que se diera cuenta el cuerpo de Ryo estaba a menos de un metro de él alzando el puño en dirección a su rostro.

El omega se quedó petrificado ¿Tan molesto estaba que le iba a golpear? No lo podía creer pero en vez de moverse y esquivarlo simplemente cerró los ojos esperando el dolor, pero lo que sintió fue una mano que rodeó su nuca y lo atrajo hacia adelante.

Dilan abrió los ojos para ver por el rabillo del ojo como el puño de Ryo se estampaba contra el rostro de uno de los hombres, que lo iba a atacar por detrás. El alfa lo estrechó contra él y su olor estimulado por el sudor que recorría su cuerpo lo embriago pegándose más.

Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora