Alfa y omega complacidos

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A pesar de ser el último en dormirse Ryo fue el primero en abrir los ojos. Y dios que se sentía bien y satisfecho. Cansado solo un poco aun después de la intensa noche. Más bien, estaba tan lleno de felicidad que apenas si había podido dormir bien. Acaso era así como debía sentirse en una relación

Bueno…no era precisamente en una relación en la que estaban, él y su cachorro formalmente, pero las personas no tenían sexo así no más. Sin sentimientos de por medio ¿verdad?

¿Dilan lo querría a él?

Él se había confesado cuando estaban en el parque así que Dilan ya sabía que estaba enamorado de él. Pero le gustaría saber que pensaba Dilan. No creía que fuera de los que se metiera en cama de cualquier sin sentir nada. Si incluso él era el que le había quitado la virginidad y mucho más.

Sonrió sintiendo la respiración del menor contra su pecho desnudo. Estaba acostado a su lado con cabeza sobre su torso su brazo cruzaba su abdomen y su pierna entre las de Ryo. Estaba completamente dormido. Se veía simplemente hermoso.

Acarició los cabellos rubios entre sus dedos. Despertar así cada mañana no sería tan malo. Él era un alfa después de todo. Les gustaba la estabilidad de una familia y de una pareja fija, una vez que estaban interesados en el tema. Y por más vuelta que le diera al tema, Dilan era la persona ideal para formar parte de ese círculo…fuera lo que fuera.

Con cuidado extendió la mano y revisó la pantalla de su celular. Ya era la una de la tarde. Con razón sentía hambre. Y de seguro Dilan también cuando despertara. Dejó el teléfono y comenzó a desenredarse suavemente del chico, que por supuesto gruñó al perder su comodidad.

Ryo bufó y le acarició la cabeza nuevamente una vez se levantó por completo. Esperó que se tranquilizara nuevamente y su rostro se relajara antes de apartarse y agarrar solo un simple pantaón de seda. Se lo puso y lo amarró a la altura de la cadera y fue cuando se dio cuenta por el reflejo de uno de los espejos el estado de su cuerpo.

Vaya noche intensa. Tenía el torso, además de lleno de marcas de besos, cubierto de arañazos, incluido su abdomen. Se giró y como se esperaba. Su pequeño tigre había filado bien sus garras porque su espalda estaba totalmente marcada y las heridas se perdían hasta por debajo del borde del pantalón. Agradecía que por ser un alfa se curaría rápido y sin cicatrices porque si no…tendría que cortarle las uñas a su cachorro.

Y estaba seguro que eso no le iba a gustar.

Se rio de sí mismo. Nunca le había importado las marcas en su cuerpo, pero ese día le parecieron hermosas. Así como el chico todavía recostado en su cama.

Caminó hacia la puerta después de verificar que todo estaba bien cuando su pie chocó contra algo y miró hacia abajo. Sus audífonos y para su sorpresa encontró que el bombillo del costado…estaba prendido.

-Mierda- exclamó- Esto a mi baby no le va a gustar nada-

El maldito micrófono…había estado encendido…toda la noche.

Así que estaba seguro que los imbéciles del otro lado, se habían dado un buen festín con el espectáculo que les habían dado. Solo esperaba que por la salud mental de ellos y la física se hubieran retirado, porque los gemidos de Dilan le pertenecían solo a él. Aun así no puso evitar mostrar sus colmillos como alguien dominante.

***

Sheldon tomaba café recostado contra la meseta de su inmensa cocina. Estaba agotado. El celo de su omega era fuerte cuando estaba con él por lo que apenas había podido dormir. Tener sexo toda la noche era rico, pero te pasaba factura.

Y al menos él estaba cubierto con un piyama enterizo de mangas largas que ocultaban las marcas en su cuerpo, no como su hijo que entró corriéndose el cabello hacia atrás. Fue consiente que las demás personas de la cocina, junto con una que otra criada le echaron el ojo.

Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora