Tus propios cachorros

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Dilan se imaginó que Ryo debía estar realmente feliz ese día porque no hacía nada para evitar soltar feromonas por doquier. Incluso allí en la piscina, donde estaba acostado encima del cuerpo del alfa y ambos sobre una balsa, simplemente flotando tranquilamente había feromonas por todas partes y muchas de ellas lo envolvían posesivamente. Si fuera otro alfa estaría asqueado dada la naturaleza que poseían, en cambio, él se estaba deleitando y si no fuera por el supresor estaba seguro que estaría chorreando, nuevamente. Porque era omega, y cuando su alfa estaba feliz, el omega también lo sería.

Su alfa.

La idea pasó por su cabeza y se estremeció ligeramente. Y al parecer Ryo notó su incomodidad porque su mano acarició su espalda y bajó lentamente hasta posicionarse en una de sus nalgas. La cual apretó, como si aun no estuviera satisfecho de tocar el cuerpo del menor.

-No creo que tener sexo en la piscina, sobre un flotador, por muy grande que sea este, sea lo más ingeniosos del mundo- protestó Dilan solo para alejar la idea que tenía de su mente. Su cabeza estaba recostada contra su hombro y su nariz contra el cuello del alfa, y boca abajo como estaba acostado podía sentir los fuertes latidos del corazón del mayor. Los suyos sincronizados.

-Mira que puedes ser poco romántico, cuando se quiere se puede-Ryo sonrió acomodándose las gafas de sol- Puedo ser muy creativo en donde puedo tener sexo-

-Ryo, acaso no te han dicho que piensas más con la cabeza de allá abajo que con la de aquí arriba-

Ryo soltó una enorme carcajada.

-No te preocupes cachorro. Te dejaré descansar. Y aunque quisiera tomarte de nuevo baby, no creo que este agujero de aquí aguante mucho- desplazó su mano pícara por debajo del bañador de Dilan y la punta de su dedo rozó aquel pequeño botón- Está muy hinchado, no quiero hacerte daño- escuchó un leve quejido por parte del menor.

-Que considerado dado que anoche estabas en las nubes-

Se burló Dilan removiendo su trasero para darle a entender que no quería su mano allí pero fue inútil. Aunque Ryo sacó su mano de su bañador si la dejó sobre su nalga.

-Esta discusión y la tuvimos y llegamos a la conclusión de que tú también lo disfrutaste y mucho-protestó Ryo con una sonrisa- Aunque cuando lloraste en el último momento se me partió el alma- el alfa ajustó un poco sus gafas de sol- No sabía que mi nudo te dolería tanto-

-Sí, lo que tú digas- Dilan besó el cuello de Ryo ganándose un pequeño temblor por parte del alfa. Ya sabía que ese lugar era sensible en el alfa- La próxima vez que lo vayas a liberar al menos dime para estar preparado psicológicamente-

-¿Se siente tan grande? ¿es tan doloroso?-

Al ser un alfa era claro que Ryo nunca había tenido un nudo dentro por lo que se interesó. Realmente le había afectado ver a Dilan llorar de dolor sobre él. Más bien, le afectaba ver a Dilan llorar generalmente.

-Bueno- Dilan se enderezó sobre su pecho y lo miró- Si, es grande, pensé que me desgarraría y pedí hasta la sensibilidad allá abajo por si quieres saberlo. Y por eso duele a la vez, es algo extraño pero a la vez..- cerró sus labios de golpe.

Ryo sonrió

-Se sintió bien-

-Oh, cállate, no te dejaré anudarme de nuevo, maldito lobo cachondo- protestó Dilan escondiendo su rostro en el cuello del alfa rojo de la vergüenza debido a que casi revela que a pesar de que había dolido lo había pasado bien, al final de cuentas.

Ryo se rió ante la reacción tierna de Dilan y lo abrazó entre sus brazos apretándolo contra él aunque la balsa se removió y ambos gimieron pues casi se caen.

Hubo silencio entre ellos después de eso, solo el sonido de sus respiraciones contra cada uno. Simplemente disfrutando uno del otro, del roce de sus cuerpos, de la manera en que se acoplaban, del calor de cada uno pero sin ser sexual, de estar abrazados.

Solo sintiéndose, pero Dilan tenía una duda en su cabeza. Antes no se atrevía a preguntar pero ahora, después que lo había anudado de aquella manera donde los alfas lo hacían para reforzar la impregnación en los omegas y dejarlos embarazados, aunque había sido solo por instinto y placer…

-Ryo, que piensas de los cachorros. De tener tus propios cachorros- lo sintió tensarse debajo de él.

-¿Qué dices Dilan? Aun soy muy joven para ser padre, además para ser padre se tiene que tener una pareja y si tuviera que elegir, me encantaría que realmente fueras tú, pero dada nuestra situación actual como que eso no será posible por el momento-

Dilan tragó en seco y se contuvo de decir algo indebido.

-Pero yo soy alfa- agradeció que su voz no salió temblorosa.

-Por eso es que no he pensado en tener cachorros…por el momento. Es un tema muy complicado. Además- sus brazos envolvieron a su cachorro grande y le besaron la coronilla de su cabeza- Me gusta como estamos ahora tú y yo. Y tengo a mi propio cachorro para cuidar-

Y Dilan solo se quedó callado sumido en sus pensamientos.

Sheldon miraba desde la ventana de su habitación en dirección a la piscina enfocando a la pareja que estaba en ella. Para algunas personas parecían dos personas enamoradas y que se sentían muy a gusto una al lado de la otra. Y no era del todo mentira si no fuera porque sabía que todo aquello terminaría en un desastre.

Maldecía a su hijo por ser tan caprichoso y apasionarse tanto con las personas que le gustaban. Apretó sus puños. Nunca había recordado a Ryo tan contento ni con una sonrisa de esas que le dio esa mañana. Se notaba que estaba en serio en esto.

Pero aquel chico a su lado… ¿pensaría igual?

-Alfa, alfa- Sheldon escuchó el gemido lastimero saliendo de la boca de su esposo que acaba de despertar. Su celo esta vez le había dado fuerte

-Shhh, estoy aquí- le dijo acercándose y sentándose en el borde de la enorme cama. Le pasó la mano por la cabeza y soltando un poco de sus feromonas, que envolvieron al omega como una espesa nebulosa.

Sheldon estaba acostumbrado a las feromonas en celo de Alex por lo que podía mantener el control cuando quisiera durante el celo permitiéndole cuidarlo adecuadamente. Algo que este necesitaba. Alex no se llevaba muy bien con esta etapa de su naturaleza y con los medicamentos, sobre todo porque le traía malos recuerdos.

Y no solo al omega.

Sheldon recordaba aquellos tiempos como si hubieras sido el otro día y aún odiaba las secuelas que había dejado en ellos. Solo agradeció que ese suceso los hubiera unido como parejas y hubieran tenido a Ryo.

Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora