Tremendo alfa

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Dilan apretó los dientes al recibir la quinta patada en su estómago. Podía jurar que a esa altura tenía al menos una costilla rota. Un puño se estampó contra su mejilla rompiéndole el labio corriendo la sangre hasta la barbilla. En todo ese tiempo no gritó ni una sola vez a pesar de estar de rodillas, con las manos atadas en la espalda y siendo golpeado una y otra vez.

Había sido prácticamente arrastrado hasta un edificio que aunque por fuera pareciera en ruina su interior estaba medianamente acomodado. Lo tiraron dentro de una sala donde había otras personas más. Por su olor pudo definir que la mayoría eran alfas. De que se había metido en problemas, se había metido.

Lo habían agarrado del cabello y comenzado a golpear preguntándole una y otra vez cosas como para quien trabajaba o su objetivo. Cada vez respondía que no sabía, que no tenía nada que ver. Pero por lo visto ninguno tenía la intención de creerle y sabía que su fisionomía no aguantaría tantos golpes antes que colapsara.

Unos pasos retumbaron desde una puerta y todos se detuvieron.

-Jefe- uno de ellos exclamó cuando un joven alfa apareció caminando hacia un sofá grande y lleno de cojines y se dejó caer.

Así que aquel era el promotor de todo aquello. Dilan lo miró jadeando. Era alto, podía estar en los 1.90m con mucha facilidad. También joven, quizás unos 25-26 años, aun así su aspecto era sumamente intimidante. Sus hombros anchos y pecho bien definido que incluso se marcaba sobre el pullover que se ajustaba a su estrecha cintura y el pantalón de cuero negro a los gruesos muslos trabajados y largas piernas. Llevaba el cabello rubio oscuro algo más largo en la parte de adelante que en la de atrás dejando a la vista una argolla plateada en una de sus orejas. Y aquellos ojos, de un verde grisáceo que lo estudiaban de arriba abajo acusadoramente.

-¿Fue él?- preguntó poniendo su brazo sobre el espaldar del mueble.

-Si jefe, lo encontramos junto a nuestro compañero-

-Lo he repetido más de una vez, no fui yo, solo lo ayudé- recibió otro puñetazo en la cara y pensó que le habían desencajado la mandíbula.

Ryo miró al joven delante de él y a pesar de que olía a alfa no tenía muchas características que lo acreditaran como tal, pero él no era nadie para juzgar, ni tampoco le interesaba. Se pasó la lengua por aquellos largos colmillos de alfa que eran utilizados para marcar la sensible nuca de un omega y que él no retraía mostrando así su dominio. Se levantó y se acercó al chico arrodillándose delante de él sonrió de lado y los integrantes del grupo se pusieron pálidos.

-Te doy cinco segundos para que me digas para quien trabajas o sino- sacó un cigarro del bolsillo del pantalón y lo prendió –Quemaré cada parte de tu cuerpo hasta que me lo digas-

Dilan se mantuvo quieto, prácticamente sin respirar viendo como el cigarro se iba consumiendo lentamente por la llama. El sudor cubrió su espalda y su frente. Aquello iba a doler.

Ryo tomó el cigarro y frunció el ceño. A pesar de que aquel chico olía a alfa había algo más, una esencia muy leve y dulce que él podía sentir gracias a sus instintos que había estrenado para desarrollarlos aún más. Sus alarmas internas se encendieron por solo un segundo para después desaparecer. Estiró la mano y lo agarró del cuello de la camisa y lo atrajo hacia él con fuerza

-¿Qué eres?- le murmuró con los dientes apretados.

-Alfa- Dilan le respondió manteniendo la compostura pero por dentro estaba temblando hasta donde no podía.

Ryo apretó los dientes y miró el cigarro entre sus dedos y sonrió.

-Los cinco segundos han pasado y no has hablado- acercó la llama a uno de sus ojos -Solo dolerá mucho-

Dilan esperó uno de los peores dolores de su vida cuando uno de los chicos gritó.

-Jefe espere- uno de los pocos betas que estaba allí separó el celular de su oreja y sus ojos estaban casi salidos de su órbita –Él chico decía la verdad- su voz era vacilante -Roule acaba de despertar en el hospital y llamó. Los que lo atacaron fueron unos ladrones después que lo descubrieran espiándolos-

-Ese estúpido- dijo Ryo parándose decepcionado tirando el cigarro al piso y apagándolo con la suela de su zapato –le he dicho que no actúe solo, cuando regrese yo mismo me encargaré de darle un escarmiento- se volvió a sentar con su cuerpo imponente sobre el sofá y Dilan volvió a respirar- Tienes suerte chico, un segundo más y tu ojo sería historia-

-Ustedes fueron los que no creían lo que decía- el chico se acomodó como puso sobre sus talones sintiendo una fuerte pulsada en los golpes en su abdomen –Y bien como me recompensarán por esto y por salvar a su amigo-

Un gruñido colectivo se oyó y Ryo solo alzó la ceja.

-Agradece que no acabemos contigo muchacho, serás un alfa pero podría acabarte con las manos atadas-

-Tienes razón, pero ustedes no pueden ir por ahí agarrando a la gente y golpeándolas como les viene en gana- si tenía un defecto era su gran boca, había momentos que él mismo deseaba patearse.

Un silencio se hizo y después el alfa soltó una sonora carcajada que hizo que Dilan se sobresaltara.

-Podemos y queremos- fue lo único que le dijo antes de cambiar de tema –¿Cuál es tu nombre?-

-¿Por qué te lo diría?- Dilan subió sus hombros. Pudo jurar que un puño o dos traquearon a su espalda amenazando con estamparse contra su cabeza, seguro al tono que usaba. La culpable, la adrenalina.

-Puedo hacerte hablar rápidamente-

-Cinco patadas en mi estómago, golpes en mi cara, amenaza de quemarme y no abrí la boca, si claro-

Ryo pestañeó lentamente.

-Eres interesante. Llévenselo- su expresión se tornó fría.

-Jefe- uno de los alfas que lo mantenía en su lugar vaciló pero supo que la conversación había terminado.

Minutos después habían dejado a Dilan en alguna calle con los ojos vendados y con una amenaza que se desapareciera.

Ryo se sobó la barbilla sumido en su pensamiento y mandó un mensaje en su celular con las simples palabras Necesito hablar contigo esta noche. Luego levantó la cabeza y miró a los chicos delante de él

-Quiero información sobre el chico- y no hubo nada más que decir.

Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora