Dentro de la habitación Estil le quitó la ropa a Louis notando como este se tensaba un poco, pero lo besaba lentamente para que supiera que era él. Debía ir suave a pesar de que quería enterrarse por completo en su interior. Lo deseaba tanto que su juicio se nublaba por segundos.
Louis era lo más delicioso que había probado hasta el momento, incluso más que un omega, tanto que podría devorarlo 100 veces, no 1000 veces y todavía estaría insatisfecho. Y estaría detrás de él por más. Aun cuando era un beta.
Mientras él se retiraba su propia ropa el beta Louis buscó las cosas que necesitarían. Los ojos del alfa solo estaban fijos en ese trasero redondo y duro que se movía delante de él. Sus manos picaban por apretarlo y abrir aquellos montículos y ver el agujero rosado que ese encendía entre ellos.
Pronto. Se repetía una y otra vez en su cabeza.
-Toma- Louis volvió hacia él pocos segundos después dándole en una mano el spray mientras en la otra tenía una tira de condones y un pomo de lubricante nuevo.
-Estabas preparado para esto- Estil sonrió de lado dejando caer el pantalón al suelo, solo quedándose en el bóxer negro que hacía muy poco para esconder su muy marcada y palpitante erección.
-Con ustedes los alfas en cualquier momento puede ocurrir la acción- respondió Louis como si fuera algo casual.
-¿Aun cuando fuiste tú el que me propuso tener sexo ahora?- se burló Estil provocando que Louis le diera un manotazo en el hombro.
Estil se rio y comenzó a rosearse el spray por todo su cuerpo sintiendo como un estremecimiento lo recorría al ser sus feromonas suprimidas por el spray. Era una sensación desagradable, pero no le importó si era por el bien de Louis.
Una vez terminó, agarró la muñeca de Louis y tiró de él hacia su cuerpo y rodeó su cintura con su brazo.
-¿Sientes algo?- le preguntó estudiando la reacción del beta.
Louis se quedó quieto por un momento.
-Es bastante tolerable- dijo sinceramente- Como no siento tus feromonas mi cuerpo no te rechaza tanto como antes.
-Eso es bueno- suspiró Estil y le besó la frente- Valió la pena echarme el pote entero de spray- y diciendo esto agarró la barbilla de Louis y llevó sus labios a los suyos para sellarlos en un beso.
Los brazos de Louis pronto envolvieron su cuello reforzando el beso mientras abría su boca dejando que la lengua del alfa invadiera toda la cavidad de él. Aún cuando había sellado las feromonas al unirse sus salivas fue un poco incómodo para Louis pero este resistió. No se dejaría vencer. Se enfocó más en las manos del alfa sobre su cuerpo y despejar su mente.
Estil se inclinó un poco y lo agarró de los muslos para subirlo sobre él y caminar en dirección a la cama. En el borde se inclinó y dejó acostado debajo de él al beta, aun sin soltar su boca. Recostó lentamente su peso sobre Louis procurando no alarmarlo y aunque encontró una ligera resistencia notaba como el menor luchaba contra esto.
-¿Estás seguro?- Estil le preguntó contra sus labios un poco tembloroso- me costará contenerme de aquí en adelante.
Louis asistió con la cabeza.
-Sino lo quisiera créeme que no estarías así arriba de mí.
Estil sonrió.
-Golpéame si sientes que no puedes. Hazlo lo más fuerte que puedas- Estil le besó la punta de la nariz.
-Tengo por seguro- la mano de Louis agarró el cabello detrás de la nuca y tiró de este hacia abajo.
***
Estil mordió el labio inferior del beta saboreando el sabor de su boca mientras sus dedos se abrían a modo de tijeras dentro de aquel lugar que aún hacía resistencia a pesar de todos los masajes que llevaba desde hacía varios minutos. El cuerpo de un beta era totalmente diferente al de un omega, no se humedecían, su ano no cedía tan fácilmente para contener los miembros alfas de gran tamaño, sus cuerpos no eran tan pequeños ni suaves, ni siquiera tenían las feromonas para volver locos a los alfas.
Aquello iba a ser difícil para los dos pero aun así Estil no tenía ni la menor intención de cambiar a aquel beta por nadie. Si, era verdad que no era ni siquiera un poco de tierno, tal vez a su manera, era arisco, brusco, pero todo eso solo hacía que quisiera hacerlo más suyo. EL alfa dentro de él tenía ansias de protegerlo, de cuidarlo a pesar que el hombre debajo de él fuera lo suficientemente independiente para pegarle una patada y botarlo cuando le diera la real gana.
Simplemente tierno.
Se incorporó sobre sus tobillos acomodando las piernas abiertas de un jadeante Louis a cada lado de su cadera. Dejó caer un poco más de lubricante entre sus dedos profundizando la penetración añadiendo otro dedo más. Un quejido salió de los labios fuertemente apretados de Louis que llevó su mano para ocultarlo.
-¿Aún te duele?- el ceño de Estil estaba tenso aunque al menos era debido a las estimulaciones que habían dejado en segundo paso el rechazo de su cuerpo a él.
El beta negó pero su respiración agitada y las leves lágrimas en la comisura de sus ojos decían otra cosa. El alfa masajeó el miembro del menor en busca de distraerlo con el placer para que se relajara y pareciera que funcionaba. Sus dedos pudieron moverse con más facilidad, pero aún no lo encontraba. Aquel lugar que sabría haría llorar de verdad al beta.
Ingresó el cuarto dedo con un poco de resistencia sin mucho resultado. La espalda del alfa estaba sumamente tensa y cubierta de sudor tras contenerse tanto. Se estaba volviendo loco y sentía que sus feromonas querían salir y rodear al beta completamente. Nunca se había sentido tan excitado en toda su vida.
Besó el abdomen y el pecho de Louis hasta llegar a su cuello. Esta parte de su piel ya estaba muy marcada por los besos que había dejado allí pero no era suficiente. Moviendo aún ambas manos en los genitales de su pareja se destinó a besar otra vez sacándoles gemidos al beta que apenas si los podías contener. No intentó llegar a la zona más cercana de la nuca para no asustarlo de más, aunque era lo que más deseaba.
-Estil... espera... dame... un momento- las manos de Louis empujaban sin mucho éxito los hombros del alfa que no cedía para nada. Estar totalmente abierto, siendo tocado y besado de aquella forma lo ponía demasiado ansioso. Si alguien lo viera así, en aquel estado sumiso se reirían.
Pero todos sus pensamientos se esfumaron cuando una fuerte corriente eléctrica recorrió su columna vertebral que hizo que sus caderas se alzaran de la cama. Y supo la razón del porqué había reaccionado así.
-Es aquí- oyó decir al alfa entre una densa nebulosa pues este volvía a frotar aquel lugar que solo hacía que temblara olvidándose temporalmente del dolor.
Aquellos dedos, a pesar de intentar ser gentiles realmente le había dolido y más cuando se movían. Pero no quería decirle al alfa que se detuviera, quería llegar al final. Su cuerpo se estaba comportando como el de un virgen siendo tocado por primera vez. Incluso se le había olvidado el ataque que había recibido. Solo podía ver delante de él el alfa más atractivo y sensual que había cruzado delante de él.
Un gran gemido salió de pronto de sus labios. El líquido blanco se derramó encima de su vientre mientras sus muslos apretaban las caderas del alfa, su agujero los dedos enterrados profundamente en su interior casi queriendo tragárselos y su mundo dando vueltas. Por dios, eso había sido realmente delicioso. Ni siquiera teniendo sexo se había sentido de aquella forma.
Sintió como aquello que invadía su interior desapareció dejando un profundo vacío y gruñó levemente entre jadeos.
-Tranquilo- una mano acarició su mejilla y él ronroneó, se sentía realmente bien, extasiado, delicioso, relajado y todavía no habían iniciado. Su mente completamente en blanco.
ESTÁS LEYENDO
Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)
RomanceDilan, un omega que se esconde bajo la fachada de un alfa. Ryo, un alfa y líder de una pandilla con el objetivo de investigar y controlar los crímenes menores de la ciudad lo recluta para investigar a su familia en secreto. Y todo se vuelve peor co...