Gracias por este san Valentín

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Ryo comprendía que su cachorro tenía muchas cosas en la mente, razón por la que muchas veces le decía cosas que le hacían poner todos sus vellos de punta. Como lo había hecho antes ¿A qué se refería con lo que le había dicho antes?

No es como si Dilan se fuera a desaparecer de su vista así sin más ¿verdad?

No, Dilan no le haría eso a él y menos cuando estaban tan bien en lo que él podía llamar una relación. No como novios formales dado que Dilan aún no le había dado respuesta y como él pudiera desear, pero si como parejas. Se besaban, tenían citas, tenían buen sexo. Solo faltaba la respuesta de su Didi. Sin embargo, no se desesperaría, presionarlo no era nada bueno.

Habían llegado al costado de la casa de Dilan cuando ya el cielo se había vuelto oscuro y el reloj marcaba más de las 10 de la noche. Ryo apagó la moto y miró por encima del hombro.

-Me siento realmente decepcionado que tenga que dejarte aquí cuando aún tengo tantas cosas que hacer contigo ¿verdad Didi?

El chico sentado detrás de él poco a poco abrió los ojos y se los frotó. Ryo había manejado suave así que se había quedado dormido. Los sucesos del día lo habían agotado y sus ojos aún estaban algo hinchados. Se veía tierno pero el alfa prefería el carácter duro de siempre.

-Me quedé dormido- dijo Dilan con un bostezo y se estiró obviando el comentario del mayor, los huesos de su columna crujieron.

-Si baby- el alfa acarició el brazo que aún se aferraba a su dura cintura- Si deseas podemos seguir de camino a mi casa y duermes allá- aunque conociéndose Ryo sabía que lo que menos harían sería dormir.

No podía negarlo por más que quisiese, era un alfa de sangre caliente y el sexo era algo que le gustaba, sobre todo ahora que lo hacía con alguien con quien tenía sentimientos y muy fuertes. Se sentía mucho mejor a un sexo casual.

Dilan sacudió la cabeza agitando el cabello que cayó en su rostro. Lo apartó hacia atrás como si fuera una molesta en un movimiento torpe.

-Si paso un minuto más contigo me dolerá algo más que mi trasero y el medio de mis muslos- le respondió bajando de la moto ayudándose de los hombros del alfa.

Ryo apretó los labios sintiendo una desagradable sensación al perder su calor detrás de su espalda. Y, por otra parte, por tener que dejarlo ir a esa casa, donde sabía que no era feliz.

-¿En serio tienes que volver?- Ryo insistió.

Dilan se quedó mirándolo un segundo.

-¿Tan desesperado estás de que me vaya a vivir contigo?- soltó el comentario sin mucho interés,

Sin embargo, la expresión de Ryo le indicaba que para nada estaba jugando. Dilan puso su mano sobre la de la alfa. Algo le decía que debía no debía dejar la conversación así, sin más.

-Sabes que con mi padre cerca hay cosas que no puedo hacer. Al menos debo aparentar el papel de buen hijo delante de él. Ya sabes como es.

El alfa frunció el ceño y agarró la mano de Dilan que lo tocaba entrelazando sus dedos con los suyos.

-Si en algún momento solo no aguantas más o no quieres estar en esta casa sabes que puedes ir a la mía sin problemas. Tienes la llave.

Dilan sonrió incómodo.

-¿Y si alguna vez voy y no es un momento adecuado?- Ryo le había dicho que estaba enamorado de él, pero era un alfa después de todo. Tenía amistades y… no quiso pensar en el asunto.

Sabía que se estaba enredando y viendo cosas donde no había, mas no podía evitarlo. No estaba acostumbrado a ser amado.

Ryo no parecía muy contento con sus palabras y de un tirón lo pegó a su cuerpo y su brazo se enrolló alrededor de su cintura. Sus labios buscaron los del omega y lo besó con rudeza, metiendo su lengua en la cálida cavidad y saboreando con fuerza todo a su paso. Dilan solo pudo jadear apretando sus manos sobre el lecho de su pareja.

Cuando Ryo lo soltó los labios del menor estaban otra vez rojos y con algunos puntos rojos en el labio del menor producto de los afilados colmillos. Solía hacerle aquello cuando estaba molesto. Si solo tuviera colmillos… le pagaría con la misma moneda para que supiera que realmente aquello dolía.

-Acaso mis palabras de antes no significaron nada para ti- Ryo le gruñó pegando su frente a la de él- Cuando prometo algo lo cumplo Dilan. No infravalores mis sentimientos.

Las palabras del alfa chocaron contra el omega y este tembló en sus brazos. Un notable sonrojo se extendió por sus mejillas y bajó la mirada.

-Lo siento- dijo en un murmullo. La forma en que Ryo le demostraba esos sentimientos era demasiado intensa. Dilan no sabía cómo manejarlos, por lo que apenas podía controlar su cuerpo.

Un beso cayó en su mejilla.

-No te disculpes- y Ryo se había dado cuenta que lo había vuelto a presionar. Escuchar aquella disculpa hizo que la rabia que pudiera haberse albergado en él se esfumara- Ve adentro, necesitas descansar- le besó ahora la sien.

Dilan asintió sintiendo como el alfa lo soltaba.

-Nos vemos entonces- el omega le sonrió levemente y se dio la vuelta en dirección a su casa. Detrás quedó Ryo mirando espetara a que entrara.

Con cada paso que daba Dilan algo en su interior le decía que no lo hiciera. No así. Ryo era complicado… él mucho más. Había pasado con él dos días de pura locura, tantas emociones casi todas buenas que aun las estaba procesando. Parecía un cachorro aprendiendo de nuevo sobre la vida y todo eso se lo había dado Ryo.

Apretó sus labios y se detuvo. Acto seguido y con firmeza se dio media vuelta y caminó de nuevo hacia el alfa encontrando que la cara de este se transformaba en una mueca de asombro, y más cuando enrolló los brazos en su cuello y besó los labios del alfa. Por propia voluntad.

Ryo por la sorpresa se quedó quieto, igual que cuando Dilan lo había montado en la cama. Que su Didi iniciara cualquier acto de aquel tipo incluso un simple beso era algo que aun lo sorprendía, mas no se quedó así por mucho tiempo. Segundos después lo estaba abrazando y sumiéndose en el beso, completamente diferente al anterior. Este estaba lleno caricias, gemidos de placer y sobre todo de sentimientos.

Las manos del alfa lo apretaron fuerte contra él, como queriendo aferrarse al cachorro, casi obligándose a no montarlo en su Bestia, llevarlo a su casa y llenarlo de marcas nuevamente, reafirmando su posesión sobre él. Dilan no tenía idea de cómo se estaba conteniendo.

El menor fue el primero en romper el beso dejando un hilo de saliva entre ellos que se rompió cuando el alfa lamió los labios de él.

-Gracias por este san Valentín- le murmuró Dilan contra su boca antes de soltarse y salir corriendo, esta vez sin mirar atrás.

Ryo bufó bajito viendo su espalda perderse en al doblar la esquina. Dilan le parecía tan tierno, sobre todo ese lindo sonrojo y el brillo en sus ojos. Si solo lo mirara así más seguido.

Y con una sonrisa arrancó a la Bestia y fue destino a su casa.

Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora