No te ilusiones

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Había muy pocas cosas que a Louis lo impresionaban, casi ninguna para ser más específicos pero esta vez casi tuvo que cerrar su boca por sus propios medios de la impresión. ¿El hijo del Director? ¿Del Director del Hospital donde él trabajaba desde hacía 5 años? Y por qué él no lo conocía.

Cerró sus ojos un momento. Que decía. Si apenas conocía a todo el personal. Pasaba más tiempo en su consulta o en el laboratorio que en los chismes del hospital. Así evitaba miradas provocadoras o comentarios indecentes a los cuales hacía oídos sordos. O simplemente a tipos como el que tenía al lado insistiendo en toma ¿una copa? con él. No era imbécil. Había varios que le habían hecho el mismo cuento y habían intentado aprovecharse de su poca resistencia al alcohol para aprovecharse de su cuerpo. Por suerte había aprendido a salir de los problemas fácilmente y su cuerpo seguía íntegro.

-Mi padre lo está buscando- sentenció Estil con voz grave todavía pendiente del otro hombre que no apartaba la vista de Louis y gruñó en consecuencia. El rostro de este palideció en respuesta.

-¿El director?- el beta entrecerró los ojos ajeno a la situación de los otros dos machos- Ah, sí, tenía una tarea pendiente para mí, gracias por venirme a buscar- caminó hacia donde estaba Estil.

-Vaya, no me imaginé que el propio hijo del presidente lo viniera a buscar personalmente- Albert mencionó con una vena visible en su sien al ser tronchados sus planes, otra vez.

-No creo que le tenga que estar dando explicaciones a un beta de lo que hago- el rostro de Estil no mostraba el desprecio en sus palabras. El beta simplemente se cayó y apretando los labios dio media vuelta y se fue.

Louis alzó una ceja y acomodó el bolso en su mano.

-El director realmente no quiere verme-

-¿Cómo lo supiste?- Estil se giró hacia él repasándolo de arriba abajo sin notar que lo hacía.

Recordaba muy bien como era el hombre sin ropa, la forma de su cuerpo, la piel lisa y hermosa, los músculos ligeramente visibles que lo hacía más exótico. Ahora llevaba su vestimenta completamente negra, con un abrigo de cuello alto, y cubierto al final con su respectiva bata de doctor que de alguna forma solo hacía que destacara aún más. Estil no sabía por qué no podía dejar de mirarlo. Aun cuando su cabello peinado hacia un lado, llevando sus espejuelos, que le daba un aspecto más severo. No entendía como no lo había visto antes, tal vez hubiera tenido que visitar a su padre más seguido.

Louis lo miró por el rabillo del ojo.

-No me engañan tan fácilmente y menos a esta hora. El director no mandaría a su hijo a buscarme personalmente, me llamaría directo al celular- revisó la hora- De todas formas gracias-

-¿Por qué?- una sonrisa seductora se proyectó en los labios del alfa. Louis no cayó en ello, ya había visto ese tipo de sonrisa.

-Tú lo sabes muy bien- respondió severo intentando no ser tan desagradable.

-Al parecer tenía razón- Estil inclinó un poco su rostro, su cabello se ondeó sobre sus hombros, ningún hombre con su físico debía verse tan bien con el cabello largo pero en él era una cosa imprescindible- Cuando dije que nuestros caminos se volverían a unir-

Louis bufó.

-Utilizas ese método para que la gente baje la guardia a tu alrededor- hizo una mueca.

Estil no se inmutó con el tono del beta. Desde que lo había conocido había percibido que era una persona difícil de llegar y que se arisco tenía hasta el último pelo, eso hasta que llegaba Dilan. Nunca olvidaría la expresión que le dio al joven omega, cálida, llena de gentileza, una que lo dejó sin aliento por primera vez en su vida y que hasta el momento ansiaba ver otra vez.

Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora