Lo siento, peluche

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Estil tenía intención de llegar a la recámara principal de la casa que funcionaba como su habitación pero estaba siendo una tarea bastante complicada, para resumirla en una sola palabra. Sus piernas temblaban al subir cada escalón de cristal de la moderna construcción y no por el peso que llevaba en sus brazos. Sino por lo que estaba haciendo precisamente ese peso.

Louis lamía y mordía la piel de su cuello haciendo un desastre allí. Estil podía jurar que sus dientes se habían incrustado en su piel y dejado heridas porque latían por todos lados.

-Vamos, alfa, bájame y fóllame- le murmuraba en su oído para morder el lóbulo y chuparlo sonoramente entre sus labios.

-Si hubiera sabido que te ponías así de salvaje hubiera hecho el primer paso desde aquella vez en tu casa, peluche- Estil sonrió con una mueca ante el dolor- Pero no vale nada que te diga algo ahora, no lo recordarás mañana. Espero que no me patees el culo-

-No lo patearé si acabas de una ves de cogerte el mío- Louis se enderezó en sus brazos y tomó sus mejillas buscando sus labios y comenzando a devorarlos. Jaló el interior entre sus dientes sonriendo.

Estil frunció el ceño y casi cae hacia atrás pero se mantuvo estable en el penúltimo escalón terminando de subir la escalera rápido y poniéndolos a ambos a salvo.

-Te vez realmente sexy así, pero no me gusta que parezcas una perra en celo por estar drogado- gruñó grave.

-¿Estás molesto alfa?- el beta inclinó la cabeza, sus pupilas ya completamente desenfocada y con un rostro confundido. En nada se parecía al Louis habitual- ¿Por qué estás molesto? ¿Estás molesto conmigo?-

Estil cerró los ojos y besó su mejilla.

-No estoy molesto contigo, no pongas esa cara-

Decía eso pero en el fondo si estaba molesto porque el beta había bajado la guardia completamente y ahora estaba tan vulnerable en sus brazos. Y si no hubiera ido esa noche. Y si alguien más lo tuviera en sus brazos sin tanto cuidado como él tenía ahora. Sus feromonas salieron violentamente inundando toda la casa en cambio Louis no se vio afectado.

Claro. A pesar de que ahora era igual que si fuera un omega en celo queriendo ser llenado hasta la médula, Louis era un beta. No podía oler las feromonas, aunque si se veía un poco nervioso. Se imaginó que era por su expresión.

-Tranquilo- unió sus frentes para calmarlo caminando y abriendo la puerta de su habitación con el tamaño necesario para un alfa como él, eso incluido una cama personalizada donde cabían seis personas y sobraría espacio. Su mueble favorito.

-Entonces me vas a follar- otra vez Louis al nota que el alfa se había vuelto a relajar, envolvió sus brazos sobre su cuello y aferró con más fuerzas las piernas alrededor de su cintura- Quiero que me llenes completo. No puedo aguantar más-

Estil tragó en seco. No caería, pero no sabía ya que hacer, si la cosas seguían así no responsabilizaría por los hechos futuros. Pensaba miles de cosas para no sucumbir pero las suplicas del beta drogado. Era un alfa, tenía principios, pero por favor no era de hierro y aunque no era un omega lo que llevaba en brazos, era el hombre que le había echado el ojo desde que lo vio. Hasta el había quitado el sueño varias veces en las noches y mentiría si no se imaginaba su cara en quien estuviera compartiendo su cama en ese momento.

Gruñó y lo dejó sobre el suelo de la habitación. Necesitaba preparar una tina de agua fría ya no sabía para quien primero y buscar una forma de ayudarlo a pasar los efectos de la droga antes de que se lo violara.

Pero todo se fue a la mismísima mierda cuando su cuerpo fue lanzado contra la pared más cerca.

-Maldito alfa, no haces nada y ya me duele- Louis era el que lo había empujado y sin nada de fuerza.

Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora