Simplemente delicioso

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Estil tenía el rostro enterrado en el cuello de Louis mientras dejaba que el menor dirigiera el baile que más que un baile era como si estuvieran haciendo algo un poco más subido de tono en plena pista. Las caderas del beta se restregaban contra él conteniendo entre sus nalgas la marcada erección del alfa que ya era dolorosa.

Estil gemía a cada rato mordiendo su hombro, cuello y lóbulo de la oreja. Una de sus manos acarició la cintura de su compañero de baile por debajo de la camisa. La piel del beta estaba húmeda y caliente, demasiado tentadura.

-¿Lo estás disfrutando Louis?- le murmuró en su oídos sintiéndolo temblar ante su aliento caliente- Estás más relajado- besó detrás de su oreja. Sabía que no era de caballero hacerle todo eso al hombre es su estado pero notaba que estaba sumamente tenso y eso lo molestaba. Si podía ayudarlo a quitar un poco de peso de sus hombros que así fuera.

Las luces eran leves en la pista y la música había cambiado a una más íntima por lo que sus pasos se hicieron más lentos. Nadie se metía con nadie. Todo el mundo estaba sumido en su mundo de excitación y disfrute. Estil y el hombre entre sus brazos no eran diferentes.

Louis no le respondía. Tenía los ojos cerrados y la cabeza recostada en el hombro del alfa dejándose llevar, olvidándose de todo. Solo sintiendo. Unas manos grandes acariciaban su estrecha cintura por debajo de la tela y estas misma se corrieron hacia arriba sobando suavemente su pecho.

-Louis- Estil gimió contra su cuello besándolo- ¿Por qué eres tan hermoso?- dijo sin ninguna vergüenza. Era los que reconocía cuando algo lo valía- Sino fuera porque estás drogado te llevaría a mi casa y te follaría hasta que quedaras inconsciente. Estoy seguro que te sentirías realmente bien-

EL beta se removió entre sus brazos levemente pero no se apartó. Estil sonrió y atrapó el lóbulo frente a él en su boca y casi lo masticó. Escuchó los gemidos de Louis salir casi imperceptibles de la deliciosa boca.

El alfa bajó la mirada y notó que la parte de adelante del pantalón del beta estaba abultada.

-¿Te duele?- apretó la erección por encima del cierre recibiendo un gemido más audible por parte de Louis que despegó la cabeza de su hombro y lo miró por encima del hombro.

-Sino vas a hacer nada con eso no preguntes- su voz se había vuelto pastosa. Eso indicaba que ya lo que hablaba no era su raciocinio.

Estil puso una palma sobre la frente del beta y corrió su cabeza hacia atrás nuevamente sobre su hombro.

-Quédate quieto cariño- los dedos comenzaron a jugar con el cierre del pantalón- Te ayudaré a que no duela- aunque sabía que eso no solucionaría por completo el problema.

No le importó estar en aquel lugar público. Él podía entrar en el grupo que estaba haciendo las cosas menos indecentes. Ya había notado en una esquina que un hombre se follaba a una mujer como si no hubiera un mañana, por no mencionar lo que se estaba comiendo el chico de rodillas en otra esquina con el hombre parado delante de él. Se preguntaba como sería la expresión de Louis con su miembro en su boca. De seguro muy hermosa.

Su erección se hizo más grande dentro de sus propios pantalones y se restregó aún más entre los glúteos redondos que se rozaban contra él. Una vez que logró abrir la prenda ajena desplazó sus dedos rozando la suave y depilada piel del abdomen del beta encontrando que no solo era su abdomen lo que no tenía un solo vello y se relamió.

Buscó rápidamente aquello que palpitaba sonriendo al encontrar su premio y lo envolvió con su gran mano. Con la otra tuvo que tapar la boca de Louis para que no gritara enredando sus dedos con la lengua húmeda y cálida. Las luces se habían rebajado a medias tonalidades rojas y el ambiente era tan excitante que muchas parejas subieron un poco el tono de sus acciones. El olor a excitación y a sexo era mareante. Eso incomodó a Estil.

Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora