Estil apretó la mano sobre el hombro de Louis manteniendo su pecho contra la cama mientras con la otra le alzaba las caderas. La mejilla del beta se restregaba contra el mullido colchón dejando que el olor natural del alfa se impregnara en su piel.
-Peluche, creo que podrías cooperar un poco- Estil jadeó acariciando la espalda del menor hasta que esta se posó sobre su cintura y lo estabilizó mejor sobre las rodillas temblorosas- Aprieta un poco tus muslos- le ordenó.
Pero Louis casi no tenía fuerzas para moverse. No sabía cuánto tiempo había sido pero toda su espalda baja estaba entumecida. El alfa sobre él lo había puesto en diversas posiciones mientras restregaba su miembro junto con el suyo al punto de ser desesperante.
Su garganta dolía de estar gritando con cada agotador orgasmo y ahora solo podía gemir contra la sábana. Su estómago y muslos eran un desastre total de evidencia tanto de uno como de otro.
Por su parte Estil necesitaba acabar de buscar su última liberación. Se había encargado de agotar al beta y a pesar del olor a sexo en el ambiente ya podía sentir que la droga comenzaba a mermar en su sistema, pero él no se quedaría con dolor en las bolas así porque sí.
-Acuéstate- le soltó y acomodó sus piernas juntas en la cama mientras embestía contra sus muslos cerrados otra vez. Dejó caer todo su peso contra Louis creando una deliciosa fricción entra las pieles- Ya casi, cariño- besó su hombro aumentando el movimiento de sus caderas rozándose contra los genitales más pequeños que su miembro. El sonido de su cadera contra las nalgas y los gemidos de ambos llenaban la habitación.
Louis jadeaba sin sentido y sus ojos estaban casi desenfocados. Estil mordió ligeramente la curva del cuello, parte de su espalda estimulando con sus colmillos en todo su esplendor. La piel del beta sabía deliciosa y era cálida bajo su lengua.
Raspó la nuca virgen donde si fuera un omega estaría la glándula que con gusto mordería y marcaría, pero Louis era un beta y en ellos no funcionaba, era una total lástima. Gruñó desilusionado pero no era de los que se rendía tan fácil.
Se alzó sobre sus codos y acercó sus labios a esta zona y la lamió humedeciéndola. El cuerpo bajo él se estremeció nuevamente anunciando que ya estaba llegando, otra vez al orgasmo. El alfa sonrió y continuó con la gloriosa tortura rozándose entre los rosados muslos sintiendo un escalofrío que le recorrió la columna, él también estaba a punto.
Dio varias estocadas más cuando cerró los ojos y gruñó apretando sus dientes. Todos sus músculos se tensaron y la liberación bajó por todo su cuerpo hasta su cadera. El orgasmo lo asaltó derramándose contra los muslos del beta que se desplazó hacia las sábanas. Aun con las fuertes sensaciones a flor de piel abrió su boca y junto al grito del orgasmo del menor enterró sus colmillos en la nuca descubierta.
Louis sintió un muy fuerte dolor en su cuello y su cuerpo casi convulsionó entre las emociones florecientes y casi perdió el sentido cayendo con la cabeza sobre la cama. Un hilo de saliva salía de sus labios sonrientes.
Estil soltó la nuca después de saborear en su paladar el sabor metálico y a la vez dulce de la sangre y pasó la lengua sobre al pronunciada y profunda herida. De seguro al otro día dolería como el demonio, pero no le importó. Besó la marca y se desplazó suavemente por el inicio de su espalda descansando su peso sin aplastar al beta.
-¿Peluche, se sintió bien? ¿Quieres seguir?- jadeó contra su oreja.
-Yo…-
-BASTA, basta- gritó Louis levantando una mano hacia el alfa para que se callara y no diera más detalles de lo que había ocurrido en la noche. Se había sentado en la cama ante cada palabra que no podía procesar.
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Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)
RomanceDilan, un omega que se esconde bajo la fachada de un alfa. Ryo, un alfa y líder de una pandilla con el objetivo de investigar y controlar los crímenes menores de la ciudad lo recluta para investigar a su familia en secreto. Y todo se vuelve peor co...