Muerto?

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Ryo sintió que su mano temblaba al escuchar una voz diferente y a la vez muy conocida del otro lado de la línea. Se paró el celular de su oído para verificar que no se había equivocado pero no, en la pantalla estaba escrito el nombre de Su esposa. Tragó en seco. Eso solo significaba una cosa.

-¿Dónde está Dilan?-

-Preocupado por el pajarito, no te preocupes aun no lo he hecho cantar, estoy seguro que será hermoso cuando lo haga-

Ryo gruñó tan fuerte que los que lo rodeaban se alejaron notoriamente, los iris del alfa habían tornado intensos y su pupila apenas un punto en su interior.

-Te juro que si lo tocas, te…-

-¿Qué harás?- Gomnes se rio del otro lado- Sabes, es realmente divertido ver como un omega debajo de ti, muere del agotamiento por el sexo, embriagados por las feromonas alfas-

La mención de aquello hizo que un estremecimiento lo recorriera, sabía perfectamente a lo que se refería.

-Ella…- se alegró que su voz no se quebrara.

-Fue realmente hermoso, la verdad, sus ojos se fueron desvaneciendo tras sus gritos, deberías haber estado en primera fila- se carcajeó más fuerte casi enloquecido- pero no fue satisfactorio, faltó algo, su cuerpo era demasiado suave, su ruidosa voz muy aguda. Aunque ahora he encontrado el resultado para mi frustración- la voz de Gomnes cada vez era más grave por la excitación- No te preocupes, grabaré un video, al menos permitiré que tengas una buena vista de cómo hago disfrutar al chico-

Ryo apretó tantos los dientes que pensó que se quebrarían.

-No te atrevas- le advirtió.

-No creo que estés en posición de eso, y antes de que digas nada, no quiero nada a cambio- esta vez sonó serio- Voy a divertirme y huir, de todas formas ya tengo a la poli en mis espaldas, voy a disfrutar mientras tenga mi libertad. Así que Ryo, no te preocupes, al menos te mandaré el cadáver, lo que no te prometo que entero- se burló antes de colgar.

Ryo se quedó varios segundos oyendo el bic del celular cuando lo bajó y volvió a marcar algo desesperado. Fue enviado al correo de voz de inmediato y casi lanza el celular al suelo de la frustración. Dilan estaba en grave peligro, tenía que hacer algo rápido o sino…o sino…no quiso pensar en ello. No quería las manos de Gomnes sobre él, no quería que lo besara, no quería que lo matara. NO, NO, NO.

Respiró profundo. No debía colapsar en ese momento. Cada segundo contaba si quería recuperar a uno de los suyos. Porque si, Dilan eran de los suyos aunque nunca se había preocupado tanto en su vida por alguien. Ni siquiera por aquella omega que ahora había pasado a la otra vida. Si su preocupación no fuera tan grande tal vez se sintiera peor, pero no era el momento.

Miró su celular y marcó otro número. Habló en cuanto fue descolgado.

-Necesito que ubiques el número que te voy a mandar antes de que lo apagaran. Tienes diez segundos-

-Exigente, cariño- le respondió la voz desde el otro lado- pero solo necesito 5, te lo mando ahora-

Ryo colgó el celular y alzó la vista. 5 segundos después ya tenía la ubicación, solo esperaba que Dilan aguantara un poco.

Dilan sabía que de esta su primo lo mataba, aunque bueno, no sabía porque por los planes que tenía este alfa con él, tal vez no le daría tiempo a Louis de regañarlo. Vio a Gomnes apagar el celular y tirarlo hacia su lado sin ningún cuidado. La pantalla se rasgó al tocar el suelo al costado de la cadera de Dilan.

-Y bien omega, ya que estamos aquí y tu perro guardián te está buscando el rastro creo que deberíamos apurarnos, aunque no sé cómo demonios te va a encontrar- se rio y se acercó hasta poner sus piernas a cada lado de la cadera del chico inclinándose hacia adelante y tomando con fuerza su barbilla- Pero primero quiero divertirme antes de follarte duro, veamos como reaccionas a mi feromonas, procura no gritar mucho-

Tras decir esto el alfa dejó salir una gruesa nube de feromonas contra el cuerpo del omega que acto seguido perdió el control de su respiración. Dilan pensó que se quemaría por dentro. La temperatura de su cuerpo subió descontroladamente y su sangre bombeaba en sus oídos. Su vista se nubló y un dolor cegador lo recorrió al punto que ni siquiera pudo gritar.

Las agresivas feromonas de Gomnes entraron en su cuerpo y hacían estragos a su paso. La sangre pronto salió de su nariz y oídos y a pesar de que quería gritar no podía. Había un nudo en su garganta. Aun así su cadera se sacudía, estaba duro y de su agujero salía el aquel liquido transparente que lo definía sobre todo como omega. No, no quería aquella humillación. Si quería violarlo que lo hiciera de una vez pero no le gustaba la desagradable sensación que recorría su cuerpo.

Esta vez no pudo evitar gritar cuando las feromonas atacaron una vez más llenándolo hasta sentirse asqueado. Su grito se vio opacado por el sonido de la lluvia de afuera. Gomnes solo sonreía una y otra vez con la imagen. Y así estuvo torturándolo por 10 largos minutos en los que Dilan perdió toda facultad de pensar y sentir. Un hilo de saliva que se unía con sangre bajaba por su barbilla. Su pantalón estaba todo húmedo y había tenido tres desgarradores orgasmos que le habían drenado la poca fuerza que le quedaba. Ya ni siquiera sentía su pulgar doler. Estaba en una total nebulosa.

-Eso fue rápido- se rio Gomnes acariciando el cabello del omega con fuerza y después tomándolo en el puño- Creo que estás preparado para mí, seguro que mi miembro se ajustará bien a tu interior aunque no me disculpo si te desgarro en el proceso, el de Ryo no es tan grande como el mío- se llevó una mano a su pene- puedo lucirme de tener un buen tamaño que de seguro te hará gozar más que él-

Dilan apenas si podía oírlo. Su cuerpo todavía temblaba y sus ojos apenas se mantenían estaban abiertos. Sus parpados eran tan pesados que solo quería cerrarlo y dejar que la oscuridad lo envolviera. Se disculpó en su interior con Louis por hacerle preocupar, con su padre por quizás sus malentendidos aunque su relación siempre fue una mierda, con Ryo por…espera, por qué se estaba disculpando. Acaso se estaba rindiendo, así no más.

Ese no era el Dilan que se había estado endureciendo los últimos años. Él no era tan débil, no necesitaba ser salvado como un omega en apuro. SI, era omega pero criado como un poderoso alfa, no podía simplemente dejar que ese tipo hiciera de su cuerpo lo que le diera la gana. Además, si de casualidad Ryo venía a ayudarlo, que no creía que fuera a ocurrir y lo encontraba de aquella forma la posibilidad de que fuera descubierto era del 120%. Esta ve abrió los ojos de golpe. Gomnes había caminado hacia una esquina y tomaba agua de una botella plástica.

Dilan miró hacia sus costados buscando algo que le pudiera funcionar. A un poco más de un metro había una cabilla no muy gruesa pero si de hierro macizo, eso de seguro le serviría. Con cuidado de no hacer mucho ruido zafó la mano en la que había dislocado el pulgar y lo estiró hacia donde estaba la cavilla y la tomó con los otros cuatro dedos ya que su pulgar no tenía ni sensibilidad.

Antes de que Gomnes regresara la escondió debajo de él y puso su mano entre la cadena de forma más suelta. En cuanto tuviera la oportunidad definitivamente se encargaría de él.

El alfa volvió acercársele y se arrodilló sobre su abdomen. Estiró la mano y sus dedos rozaron su mejilla.

-Tienes una mejor cara, tal vez necesitas otra dosis de feromonas- su expresión era cruel- Estoy seguro de que la podrás resistir-

Y así lo hizo. Esta vez Dilan se mordió tanto el labio que lo rompió más no soltó un grito de dolor. Era terrible, avasallador, pero lo que más lo indignaba era que se excitara por aquello, como una puta buscando ser complacida, por eso odiaba las feromonas alfas, lo hacían ser adicto al sexo cuando él nunca lo había probado.

La feromonas se dispersaron dejándolo jadeando en un intento de recuperar el sentido. Las manos del alfa esta vez desgarraron el pullover que llevaba debajo de su chaqueta dejando a la vista su cuerpo delgado, con lo poco que había logrado marcar con intensos ejercicios, pero sobre todo, aquello dos pezones rosados y erectos.

Dilan se estremeció cuando la boca del alfa lamió el primero y después lo mordió con fuerza. El resistió. Ahora era la oportunidad.

-Eres un imbécil Gomnes- exhaló con una sonrisa triunfadora.

-¿Qué dices?- el alfa alzó la cabeza sumamente molesto pero solo recibió un fuerte golpe en la cabeza.

Las manos de Dilan pronto se llenaron de sangre que salpicó en su ropa y en su rostro. El cuerpo del alfa cayó de pronto sobre él como un peso pesado. El omega se congeló.

¿Lo había matado?

Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora