Lindo, hermoso

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Ryo había visto muchas cosas con sus parejas sexuales anteriores, desde sus cuerpos desnudos hasta las cosas más vergonzosas que pudiera imaginarse, pero encontrar el cuerpo de su actual pareja acostado en su cama, envuelto  entre sus sábanas, abrazando su almohada y portando una camisa de él…fue más de lo que pudo soportar. La bandeja en sus manos se tambaleó y solo fue que reaccionó rápido antes de que esta se cayera al suelo derramando todo. No era que le importara mucho, era lo que estaba delante de él lo más interesante.

Así que se acercó a la mesita de noche y dejó el desayuno antes de que terminara en el suelo y se arrodilló sobre la cama.

Lentamente se inclinó y besó la parte interna de la rodilla de Dilan. El chico se removió boca abajo pero siguió durmiendo plácidamente. Sus mejillas se veían mullidas contra su almohada, era una imagen realmente tierna para alguien como Dilan que siempre tenía un rostro serio y pocas veces podía verse…precisamente tierno.

-Lindo- exclamó el alfa con una leve sonrisa.

Ryo se relamió los labios, podía haber tenido sexo con Dilan hasta el agotamiento, anudado durante largo rato, más del que se imaginó, haberse corrido en lo más profundo de él y aún así sentía que necesitaba más, un poco más. No entendía que ocurría pero era la primera vez que quería tanto algo al punto de no aburrirse.

Desplazó sus labios por la suave piel dejando un rastro de besitos. Subió por todo el tierno muslo disfrutando de la textura sin rastro de vellos, le gustaba esa parte de Dilan y mucho, esos muslos que se enrollaban alrededor de su cadera y lo hacían perder la cabeza cuando lo apretaban para que fuera más profundo. Hermoso.

Con su nariz corrió el borde de la camisa hacia arriba mientras besaba la curva de la nalga del chico. Que podía decir de esa parte. Las nalgas de Dilan eran jugosas y redondas y se acomodaban dentro de sus manos tan bien que podía estarlas amasando todo el día y seguir aún más. Mordió suavemente una recibiendo un leve gemido. El pecho del alfa se infló.

Solo un poco más, no le haría daño tocar solo un poco más ¿verdad?

Sus manos se desplazaron por los muslos del menor hasta llegara  sus nalgas y la abrieron dejando al descubierto el agujero que la noche anterior lo había engullido hasta la base de su pene y había contenido su nudo tan perfectamente. Como si allí es donde tuviera que estar siempre.

-Está rojo e hinchado- Ryo no pudo evitar pasar su lengua por la punta de sus colmillos. Estaba salivando.

Con la punta de sus pulgares acarició el borde del pequeño agujero que estaba cerrado de lo hinchado que estaba y tiró un poco hacia cada lado. Líquido se derramó de él y se desplazó por el borde de su muslo hasta la sábana. Se imaginó que ocurriría esto. Lo había limpiado pero por lo profundo que se había corrido de seguro todavía quedaba mucho de él dentro de su cachorro. Después de todo estuvo una hora anudando a Dilan.

Eso…había sido mucho tiempo.

Ryo se inclinó y…pasó la lengua por la piel sensible.

Esta vez fue un leve gemido lo que escuchó. Dilan se removió un poco pero eso no impidió que el alfa lo mantuviera sujeto y volviera a lamer el exquisito agujero hasta humedecerlo aún más de lo que estaba con su saliva.

Forzó la punta de su lengua hacia adentro y para su sorpresa las paredes cedieron pero la sensación era diferente al día anterior. Era suave y duro a la misma vez.

-Hmmm- salió de la garganta de DIlan que movió su cadera un poco hacia arriba, como buscando profundizar la agradable sensación.

Ryo apretó sus nalgas y movió su lengua más profundo saboreando su interior húmedo ahora que la posición era más cómoda. Su cachorro gemía entre sueños o eso creyó hasta que escuchó su voz pastosa.

Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora