No hueles lo suficiente a mi

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Habían pasado tres horas cuando tanto Ryo como Estil volvieron. Uno con una bolsa grande de comida aún caliente y el otro con una bolsa de ropa.

-Al parecer hemos preparado municiones para una semana- Estil se rio al lado del otro alfa mientras subían en el elevador.

-Eso lo dirás por tu parte, yo a Dilan le empaqué lo mínimo necesario para que mañana pueda volver conmigo.

Estil soltó un bufido.

-Ni siquiera con tu pareja anterior fuiste tan dominante.

-Que manía la tuya de hablar del pasado- Ryo gruñó, no quería recordar esas cosas- Dilan... es Dilan.

«Y estás loco por él» pensó Estil pero no lo dijo pues la puerta se había abierto.

Ambos se dirigieron a la habitación. Ya estaban cortos de tiempo, apenas podían dejar las cosas y pasar unos minutos con sus parejas antes que tuvieran que salir corriendo a la misión. Ya los estaban esperando.

Al entrar encontraron que Dilan estaba dormido junto a Louis que leía en su celular, el brazo del menor cruzaba el cuerpo del mayor.

-Shhh, no hagan mucho ruido, cayó rendido poco después que ustedes se fueran- les dijo Louis apagando el celular y acariciando suave la cabeza de Dilan. Este se removió un poco.

-Debe estar cansado por culpa de alguien- soltó Estil a modo de indirecta hacia Ryo que dejaba la ropa sobre el sofá.

-Les dejamos esto, no podemos quedarnos mucho tiempo- Ryo revisó a Dilan que no se había percatado que habían llegado.

Estil por su parte sacó los potes cerrados de su bolsa y le indicó a Louis lo que le había preparado. Al parecer tenía intenciones de engordarlo en una sola noche. Cuando Ryo lo había pasado a buscar la casa de este olía por todos lados y la cocina se había vuelto casi como la de un restaurante, llena de platos preparados por todos lados.

Estil dejó todo servido en la mesa y se acercó a Louis. Estiró la mano con intenciones de tocarlo, pero se detuvo a mitad del camino estudiando la reacción del beta.

-Estoy bien- solo después que el doctor le diera el consentimiento acercó sus dedos y rozó suavemente su mejilla, no quería ser tan tosco sobre todo ahora que acababa de llegar.

-Peluche, si algo no te gusta solo dímelo- le dijo suave- no sabía que tendrías ganas de comer así que hice varias cosas para ti y Dilan. Me escribes para saber que deseas de desayuno.

Ryo casi quiso chiflar. Ver a Estil tan dócil era para filmarlo. Ya lo molestaría con eso después, ahora ya tendrían que irse. Lástima que Dilan estaba dormido y no podía darle un último beso antes de tener que pasar la noche rodeado de machos.

Estil agarró la mano de Louis y besó su palma antes de dirigirse a la entrada. Ryo salió detrás de él para escuchar una voz que lo detuvo antes de cerrar la puerta.

-Ryo, espera- Dilan se estaba bajando de la cama y se acercó a él perezosamente, acabado de despertar de un sueño profundo. Se restregaba los ojos y su cabello rubio parecía un nido que le daba un aspecto demasiado tierno.

El alfa se giró y lo recibió en sus brazos. Dilan la abrazó y recostó la cabeaz contra su pecho con los ojos entrecerrados y bostezando a la vez.

-No tenías que levantarte- Ryo restregó su mejilla contra la cabeza de Dilan.

-Solo... quería despedirte- dijo Dilan con voz grave y soñolienta.

Ryo bufo bajito y se inclinó dándole un beso rápido en los labios.

-Ahora ve a dormir, te notas cansado- le besó la mejilla.

Dilan asintió con los labios en un puchero tierno. Pero antes de eso escuchó a Ryo chasquear la lengua.

-Un momento- dijo el alfa quitándose la chaqueta que se la dejó en los brazos a Dilan que no comprendía que estaba pasando solo aprovechó el momento y en medio de su aturdimiento acerco la chaqueta a su nariz y olió la fragancia del alfa. Siempre era realmente fuerte, Ryo no se contenía a la hora de mostrar sus feromonas.

Grande fue su sorpresa cuando allí en medio de pasillo de quitó el pullover negro que tenía debajo mostrando todo su torso descubierto y se lo dio a Dilan, intercambiándolo por la chaqueta que se la puso sin cerrar.

-No hueles lo suficiente a mi como quisiera y en este lugar hay muchos alfas y no quiero ninguno dando vueltas, así que mejor prevenir- le dijo satisfecho- me la puse hace poco después que me bañé pero tiene bastantes de mis feromonas impregnada en ella, así que olvida tu ropa y duerme con ella- era casi una exigencia.

Dilan apretó la tela entre sus manos sin molestarse. Sabía la razón por la que Ryo lo hacía, delimitando su terreno. Sin embargo, no solo era de parte del alfa. Dilan puso el pullover sobre su hombro y agarrando los dos extremos de la chaqueta los unió y subió el zíper hasta que terminó a la altura del cuello.

-Y tú no estés mostrando tanta piel que no estás en una discoteca nudista- le protestó al ver como los pacientes y enfermeras que pasaban cerca de ellos se quedaban mirando el torso bien formado del alfa.

Ryo sonrió y le dio un beso en los labios chupando el inferior.

-Si, amor. Lo que tú digas- el alfa no podía estar más complacido por la forma posesiva en que Dilan le había hablado.

-Oye, sé que están muy enamorados los dos y están en su película de romance pero hay trabajo que hacer- Estil les soltó sobre todo porque él se sintió frustrado antes tantas rosas y chocolates delante de él.

Ryo le gruñó por encima del hombro y besó a Dilan en la mejilla antes de despedirse.

-Nos vemos Didi- y se fue junto con Estil.

-Oye, parece que te salen brillos del culo- le soltó el alfa.

Ryo ni protestó. Estaba tan feliz que nada podría opacar aquello. Le molestaba no tener a Dilan con él esa noche durmiendo, pero en cambio verlo así de dominante era perfecto para sentirse satisfecho toda la noche.

Dilan entró a la habitación cerrando la puerta detrás de él. La mirada que le daba Louis era... complicada.

-Estás enfermamente enamorado de ese alfa- alzó una ceja.

El rostro de Dilan se volvió más rojo si era posible y apretó el pullover contra su pecho.

-Primo no empieces. Solo... ah, me voy a bañar.

Dijo eso para salir más tarde vestido con unos de sus pantalones cortos..., el pullover de Ryo sobre él y un calor acogedor en su vientre bajo y aumentaba mientras más se llenaba de las feromonas de Ryo pegadas a la tela.

***

-Jefe no viene su esposa- uno de los chicos le preguntó a Ryo que acababa de ultimar detalles de la misión de la esa noche.

-¿para qué mierda quieren que Dilan esté aquí todo el tiempo, rodeado de ustedes?

-Vamos jefe no sea tacaño. Su esposa nos mantiene el lugar limpio y además controla su mal humor- otro le dijo teniendo que agacharse cuando una lata de cerveza voló en dirección a él.

-Mi esposa está muy bien donde está ahora. Necesita tomarse un tiempo de ustedes que se la pasan atosigándolo.

Los presentes hicieron una mueca.

-Jefe, usted es quien atosiga a su esposa, detrás como si fuera un perro. Acaso no ha visto como lo golpea.

Una vena palpitó en la frente de Ryo y se levantó con un brillo inusual en sus ojos. Sacó el celular y marcó. Ya que ellos estaban tan activos hoy quizás podrían hacer mucho más.

-Dime Ryo- del otro lado se escuchó la voz de su padre.

-Te acuerdas que me dijiste que tenías varias misiones pendientes. Pues manda una lista, los chicos hoy tienen ganas de trabajar por la mitad el suelo.

Y después de eso todos supieron que era mejor no provocar a su jefe, sobre todo cuando su esposa no estaba cerca.

Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora