Dilan se quedó sentado en el inmenso mueble esperando que el alfa regresara de la cocina, de donde salía un olor agradable. En el televisor estaban circulando imágenes que por más que se concentrara era imposible que pudiera atenderlas, estaba ansioso. No acostumbraba a quedarse en otra casa que no fuera la suya o la de Louis, y esta no era la de cualquiera, era la de Ryo, aquel con quien se había revolcado en plena calle sin importarle ni siquiera el lugar.
Respiraba pausadamente. Su cuerpo estaba pesado y cansado. La situación con Gomnes había sido realmente estresante. Bajó la mirada hacia su pulgar y fue cuando notó que todavía estaba dislocado, ya ni siquiera sentía dolor en esa zona. Masajeó a su alrededor y con un rápido movimiento lo devolvió a su lugar callando un gemido mordiendo su lengua. Se la pensaría varias veces la próxima vez que lo tuviera que hacer.
Curioso por saber qué hacía Ryo se levantó y caminó hacia la cocina. Allí estaba él sirviendo en dos platos un pedazo de pechuga de pollo acabada de cocinar con algunos vegetales. Para alguien como él que venía de una familia rica, platos tan simples como esos, solo los comía en casa de Louis o cuando compraba comida en alguna cafetería. El omega pensó por un momento que el alfa se veía bastante sexy parado relajado detrás de la meseta con un delantal amarrado a la cintura y con un cucharón en la mano. Se recostó en el marco de la puerta y se quedó allí admirándolo por un momento, ni siquiera el hermoso beta de su primo parecía más adecuado para ese lugar.
-Me dirás que tipo de salsa te gusta o prefieres quedarte ahí vacilándome- la voz del alfa se escuchó con un deje de burla en el fondo.
-Soy bastante exigente con mis gustos, así que espero a que tengas una realmente buena- mintió, prefería realmente los platos sencillos como el que estaba cerca de él- Y no era a ti a quien miraba-
Ryo se burló guiñándole el ojo por encima del hombro y se giró hacia el refrigerador y puso sobre la isla de la cocina tres botellas de cristal.
-Escoge la que te guste- le indicó y Dilan escogió la última botella, guardando Ryo las otras. Sacó después dos latas de cerveza y le lanzó una al omega- Vamos a comer a la sala, está a punto de empezar una película y me interesa verla-
Dilan regresó a la sala con su lata y el plato que Ryo le preparó y se dejó caer en el sofá seguido del alfa. Poco menos de dos minutos después comenzaban los créditos del inicio de la película y este devoraba su comida sin apartar la vista de la pantalla. El omega se sintió un poco más tranquilo, la atención del alfa no recaía sobre él así que después de terminar de comer abrió la cerveza y se recostó a tomarla. La peli estaba bastante interesante y pronto el peso del brazo de Ryo estaba en el respaldar por detrás de él.
Tal vez habían sido imaginaciones suyas que él iba a hacerle algo. Movió su cabeza de un lado a otro notando que su cervical le molestaba. Unos dedos masajearon la zona.
-¿Te duele?- Ryo giró su rostro hacia él y estiró la otra mano acariciando el moretón en el rostro del chico- Ese imbécil te golpeó duro, me hubiera gustado cortarle el brazo en ese momento-
-No es nada- dejó salir un suspiro, solo estoy algo cansado- volvió a mover su cabeza en círculo, su mente estaba un poco distraída después de tomar la cerveza y esto lo mareó un poco.
-Ven acá- Ryo lo agarró de un brazo y lo tiró hasta ponerlo dentro de sus piernas abiertas a cada lado de él. Llevó sus manos a su cuello y empezó a masajearlo suavemente buscando los lugares que pudieran dolerle.
Dilan hizo un poco de resistencia al inicio pero cuando el masaje fue efectivo se quedó quieto dejando que aquellos dedos lo tocaran sin reparo. Soltó un suave gemido al aliviar uno de los tantos nudos y cerró los ojos dejándose llevar por el mar de sensaciones satisfactorias.
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Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)
RomanceDilan, un omega que se esconde bajo la fachada de un alfa. Ryo, un alfa y líder de una pandilla con el objetivo de investigar y controlar los crímenes menores de la ciudad lo recluta para investigar a su familia en secreto. Y todo se vuelve peor co...