Pasados no tan diferentes

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A pesar de tocar varias veces el timbre y llamar al celular de esa persona no hubo respuesta, por ningún lado. Era extraño. Había hablado pocas veces con Estil por el teléfono y siempre contestaba rápido, pero ahora como que era por gusto.

Retrocedió inspeccionando la casa. Las luces estaban apagadas y no había señal de movimiento. Realmente no estaba.

No supo como pero para cuando se dio cuenta ya estaba delante de la casa del alfa. Había un nudo en su pecho. Preocupación. Quizás. Después de todo, se lo había dicho al alfa antes. No le era indiferente.

Estil era un buen partido. Era amable, lo cuidaba, estaba pendiente de sus acciones y nunca le reclamaba a pesar de sus hirientes comentarios o cuando lo ignoraba porque Dilan era mucho más importante. Tenía que reconocer que el alfa era insistente.

Si, estaba preocupado. Se preguntaba si el alfa estaba bien. Sabía lo que significaba perder a un familiar. Sus dos padres habían muerto en un extraño accidente y el quedó a cargo de su tío por parte de madre, Mark. Como cuando la vida te cachetea doble. Hubiera preferido ir a cualquier lugar menos estar en esa casa sin sus padres.

No sabía cómo había sido la vida del alfa. Pero estaba seguro que necesitaría apoyo, tanto como a él le hubiera gustado recibir. Después de todo no es fácil quedarse solo a la tierna edad de 5 años y que nadie se preocupara por ti. Si solo Dilan hubiera nacido para aquel tiempo quizás la frialdad dentro de él no se hubiera creado y fortalecido a lo largo de los años por las constantes traiciones.

Porque si, a pesar de parecer alguien fuerte, Louis era alguien realmente vulnerable que no sabía bien lo que era sentir o recibir amor más allá del que una sola persona le había dado hasta ahora.

***

Louis se apretó el tabique pero eso no quitó el leve dolor de cabeza que tenía. El baño apenas había aliviado la tensión que tenía más el insomnio. Incluso había ido a ese bar que se juró que nunca más pisaría, solo para verificar que allí estuviera Estil.

Pero no. Ni rastro de él. Fue entonces que se dio cuenta de lo poco que sabía del alfa. Prácticamente nada.

Además quien era el para buscarlo después de todo. Solo alguien en quien el alfa supuestamente estaba interesado. Quizás estuviera por ahí revolcándose con alguien para quitarse la depresión y el preocupándose en vano.

Suspiró y se ajustó las gafas. Era mejor pensar en otra cosa. Se decía eso pero en el fondo no podía sacarse idea de dónde estaría realmente. ¿Por qué le importaba tanto eso? Chasqueó la lengua cuando sintió que alguien tocaba la puerta con un sonido leve. Apenas imperceptible.

Louis miró de la puerta a su reloj. Eran las 3 de la mañana y además afuera estaba lloviendo y no parecía que escampara pronto. Quizás por eso es que estaba pensando de más. Los días lluviosos ponían melancólicos y sentimentales a las personas.

Se levantó con cautela y miró por la mirilla de la puerta. ¿Quién podría ser a esa hora y en un edificio con seguridad? Su mente dio un vuelco. Solo había pocas personas que podían hacer eso sin vivir allí.

Estil.

Abrió la puerta con los labios apretados. El alfa lo iba a oír por hacerle preocupar todo el maldito día.

-Espero que me expliques...ESTIL- casi sintió que se caías hacia atrás y su espalda se partía a la mitad cuando todo el peso del alfa cayó sobre él- Mierda, pesas- jadeó acomodándolo pero los brazos fuerte del mayor abrazaron duramente su cintura y si no se quebraba del peso lo haría del abrazo.

Una mueca de dolor se reflejó en su rostro.

-No me dejes- un suave susurró acarició su cuello.

Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora