Alfa peligroso en celo

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Ryo detuvo su moto delante del hospital. A su lado Estil lo copió apagando la de él.

-En serio, estás detrás de tu cachorro como un maldito perro- se burló el alfa corriendo su cabello oscuro hacia atrás.

-¿Estás celoso?- Ryo no se dejó intimidar- Puede que esté como un perro pero al menos mi cachorro me deja comérmelo cada vez que me da la gana- le lanzó la indirecta haciendo que Estil gruñera.

-Estás yendo por terreno pantanoso amigo, no seas atrevido.

Ryo alzó los hombros. Nadie lo mandaba a meterse con un beta como era el primo de su pareja, que no era precisamente algo fácil con lo que tratar. Bueno, no era que su Didi también fuera fácil. Era verdad que era un poco más dócil ahora que se estaba quedando en su casa, pero mientras no bromeara mucho con él, todo estaba bien, sino podía dejarlo fácilmente a mitad de la faena. Era bastante cruel cuando lo hacía.

-¿Por qué discuten?- Dylan preguntó acercándose a ellos con un rostro relajado.

-Baby- Ryo sonrió coqueto y cuando estuvo a una distancia prudente lo agarró de la mano, envolvió su cintura en su brazo y le dio un sonoro beso en la mejilla. Dylan no protestó. Ya se estaba acostumbrando- No discutíamos.

Dylan miró de un alfa a otro terminando en Estil.

-Mi primo está tomando un descanso ahora de almuerzo por si quieres verlo. Sabes lo que detesta que lo interrumpan cuando está trabajando.

Estil negó con la cabeza.

-Lo sé, no tienes que decirme. Primero veré a mi padre, si se entera que pasé a ver a Louis y no a él le dará un ataque, y me conozco, una vez que caiga con Louis mi mente se va a volar- diciendo esto comenzó a caminar en dirección al hospital antes de que le dijeran algo.

Ryo soltó una carcajada abrazando por completo a Dylan.

-Está flechado por completo por tu primo Didi. Mira que lo he visto tener pareja, pero con él está volviéndose loco.

-Bien por él si logra el corazón de Louis, porque si tiene intenciones de rompérselo como a sus anteriores parejas, mi primo no será el único que irá por su pene- Dylan hizo crujir sus nudillos- Y no en el mejor sentido.

Ryo besó su sien.

-Siempre me recuerdo que no debo hacer ninguna tontería porque terminaré en terapia.

Dylan lo miró alzando una ceja.

-Mira que eres trágico. Si al final haces lo que te conviene- se sacudió para soltarse- Y vamos que tengo cosas que hacer en la casa.

Ryo se relamió los labios.

-¿Cosas que hacer en la casa?- había un tono sensual y sugerente.

Dylan le punteó el medio de la frente.

-Si, cosas, y nada relacionado con lo que tienes en la mente. Te recuerdo que los chicos ayer se colaron en tu casa y ahora hay un desastre en la piscina, así que hay bastante por recoger.

-Tacaño- protestó Ryo dándole el casco y dándole una nalgada, pero sabiendo bien en que terminaría eso.

Esperó que Dylan se subiera detrás y abrazara su cintura antes de arrancar.

***

Louis terminó de revisar el expediente del último paciente que acababa de atender para archivarlo. Miró su reloj y eran ya mitad de la tarde y se sentía realmente agotado. Lo mejor que podría hacer sería volver a su casa, darse un baño y dormir el resto del día, pero tenía un mensaje en su celular de que Estil estaba en el hospital, y conociéndolo solo esperaba que terminara su turno de trabajo para ir a verlo.

Y no podía mentirse. Tenía ganas de verlo después de todo.

Por lo que terminó de acomodar todo cuando la puerta fue tocada. Se imaginó que era él.

-Adelante- respondió guardando las cosas dentro de su bolso.

Sin embargo, quien entró no era Estil. Él siempre entraba de una manera bastante peculiar y su acostumbrado Peluche saliendo de su boca. En este caso, era un hombre alto con el rostro sombrío que se recostó en la puerta cuando entró. No tenía buen semblante.

Louis entrecerró los ojos y se levantó para acercarse a él, era un doctor después de todo y su trabajo era ayudar a los pacientes.

-¿Se encuentra bien?- se detuvo delante de él con la intención de ayudarlo y llevarlo hacia el asiento delante de su escritorio.

Solo no se esperó que el hombre lo agarrara fuertemente por el hombro y con un rudo movimiento empujara el torso de Louis y este se estrellara con fuerza contra la mesa. El beta se quedó sin aliento ante el impacto y se estremeció al ser su brazo doblado detrás de la espalda sin mucho cuidado y que el desconocido se acomodara detrás de su cadera, pegándose a él de forma sugerente.

-Suéltame maldito imbécil- Louis giró el rostro con dolor e incomodidad por encima del hombro para verlo y lo que encontró lo estremeció.

El único defecto que encontraba en ser beta en su profesión era que no podía detectar las feromonas y necesitaba de cierto estudio visual para saber que quien estaba con él en ese momento... estaba en celo. Era un maldito alfa en celo.

-Mierda- no pudo evitar decir. Contra eso no podía luchar.

Eso no significaba que se fuera a rendir tan fácilmente. Intentó sacudirse, pero fue en vano, el agarre en su muñeca fue tan fuerte que casi oyó crujir sus huesos debajo de sus dedos.

-SUÉLTAME- comenzó a gritar y a patear en un intento de soltar y de hacer que alguien viniera a encargarse de ese alfa.

Estaba en celo por lo que era muy peligroso. No entendía como había sido posible llegar hasta él. Sintió de pronto el peso del hombre sobre su espalda, su respiración dura contra su oído. Jadeaba, sudaba y aunque no pudiera olerlas, sabía que todo el lugar estaba atestado de feromonas.

-Te he estado... mirando desde... hace mucho- lo escuchó decir. Otra más que estaba detrás de su culo- Eres tan lindo- le lamió la oreja- Y te gustan los alfas. Estás saliendo con un al...fa. Así que yo... también tengo... oportunidad.

Y diciendo esto el hombre abrió la boca mostrando todos sus colmillos y antes que Louis pudiera hacer algo para defenderse los enterró en la piel de su nuca.

***

Estil salía del elevador después de ver a su padre que como siempre lo regañaba por sus visitas que, aunque eran frecuentes él no era el centro de atención, dado que él siempre estaba revisando la hora a cada segundo para ver si ya podía ir a ver a su pareja. Caminó por el pasillo saludando a la gente sintiendo un revuelo.

-¿Qué ocurre?- diciendo esto arrogó la nariz al percibir fuertes feromonas de alfas que inundaban toda la estancia. Eran las feromonas de un alfa en celo.

-Un paciente está suelto, llegó hace muy poco a recepción y desapareció- dijo una de las enfermeras.

-Estaba preguntando por el doctor Louis- otra le complementó para activar todas las alarmas de Estil.

Acto seguido se escuchó un grito, algo lejano pero audible para los presentes. Provenía de una de las consultas. Y Estil no necesitó saber quién era, reconocería la voz de su pareja donde fuera.

Mataría al que le había puesto los dedos encima.

Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora