Ryo y Ruuby

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Si ves este primero ve al anterior que se hizo actualización doble 😋

Años atrás.

Alexander Knigt, hijo del multimillonario inmobiliario más rico de Irlanda en esos momentos. Edad 19 años, estado civil soltero pero comprometido, género, masculino, género secundario omega. Situación. Desaparecido.

Un Sheldon de 24 años dejó caer el documento delante de él y revisó su celular. Aun nada. Ni un solo mensaje.

En esos momentos se encontraba en Turquía. Como investigador secreto del gobierno no era como si pudiera quejar se de trabajar fuera del país. Recibía buen dinero aunque estaba reuniendo porque quería levantar más adelante su propio imperio. No quería estar debajo del ala del dinero de sus padres.

Pero ahora tenía que enfocarse en la misión. Encontrar al condenado omega. Condenado porque ya era el décimo país donde lo buscaba y nada. Había un rumor que había sido vendido después de ser atacado y secuestrado en su apartamento en Londres mientras representaba a su padre en una junta, omega empoderado como para que fuera enviado para algo así. Pero era como si la tierra se lo hubiera tragado y al menos tenían la esperanza que estuviera vivo. Porque estaba al pendiente de todos los cuerpos muertos que se reportaban de casos omegas.

Se restregó la cabeza, tenía que pensar y mucho. Esa noche era la última noche en Turquía. Le quedaba por visitar el barrio negro escondido en los suburbios de la capital. Quizás allí encontraría algo. Esperaba que sí porque después de seis meses buscándolo necesitaba un descanso.

Caminó hacia el lugar vestido lo más casual posible pero mostrando una camisa de marca, color negro. Si se imagina que iba a ese lugar debía mostrar que tenía dinero porque si no lo más probable era que no pasara de la entrada. No tardo más de quince minutos en llegar después de entrar por uno de los callejones que dio a una calle larga y con bastantes personas. Por lo visto la crápula se reunía toda junta en ese lugar en la noche. Y dios, el olor era nauseabundo. A sangre, droga, pólvora y sexo

En su interior rezó porque el omega no estuviera en un lugar como ese. A pesar de ser alguien con mucho dinero era un chico con una reputación intachable y alguien agradable, al menos públicamente. Un omega que todo alfa de alta clase podía aspirar a tener.

Avanzó en dirección a su destino cuando se detuvo de golpe debido a que a unos pasos de él vio un auto, pero no fue el vehículo el que le llamo la atención, sino quien salió de este.

-¿Mark?- medio exclamó con los ojos muy abiertos.

¿Qué demonios hacia ese hombre ahí? ¿En plena Turquía y en aquel lugar? Mark ... Era el dueño de un fracasado intento por debutar en la industria de los millonarios, pero era un hueso rudo de roer. No salía mucho en las noticias, era un hombre reservado y misterioso pero había información suficiente para saber que en ese momento estaba cortejando al hijo de una de las familias ricas y dueños de hoteles de su ciudad. Pero hasta ahí nada más. Aparte de eso, qué estaba haciendo allí.

Y Sheldon quería saberlo.

Siempre se había olido que estaba en malos pasos porque no era posible que siempre metiera la pata y todavía el dinero estuviera presente en su familia, mientras otros ya estarían en la quiebra.

Con pasos mesurados y disimulo, lo siguió, pero para su sorpresa no fue muy lejos. La quijada de Sheldon casi cayó al suelo. El rastro del hombre terminaba donde comenzaba a el camino de él de esa noche. Estaba delante del salón negro, el prostíbulo más sucio y macabro de todo el país. Donde todos tus deseos se podían hacer realidad.

Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora