Solo tendría hijos con él

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Una sonrisa se proyectó en el rostro de Sheldon mientras lamía su marca en el cuello del omega que jadeaba dolorosamente entre sus brazos. El nudo lo mantenía pegado a él llenándolo otra vez de su esencia y Alexander solo podía estremecerse con los ojos llorosos y su temperatura alta dada el celo. Las feromonas que impregnaban la habitación eran lo suficientemente deliciosas e íntimas para tenerlos completamente embelesados y satisfechos a la vez.

Dios, como amaba a este omega. Sheldon todos los días se preguntaba que había hecho para recibir una bendición como él de pareja destinada.

Abrió la boca y alargando sus caninos volvió a morder a su esposo recibiendo un gemido agudo de él. Lindo.

Más bien. Lindo había sido cuando le había propuesto matrimonio de aquella absurda manera. Para cuando lo había recepcionado ya estaba con un anillo al dedo y anudando a su pareja en el hotel donde estaban pasando la luna de miel. Poco después se había enterado que después de la explosión que lo había dejado en el hospital Alex había sido rescatado pero su estado mental y físico era tal desastre que había tenido que ser internado y con ayuda especializada.

Su padre había tomado la decisión de decir que estaba muerto para protegerlo, de esa forma, quienes lo habían tenido prisionero se olvidarían de él. Una vez que se recuperó 11 meses después, Alex mismo había decidido renunciar a su género dejando en el pasado todo lo que le había pasado y empezar de nuevo. No había sido un proceso fácil pero su padre lo había apoyado. Incluso cambiando su apellido para no ser de nuevo un objetivo. Y así, comenzó a buscarlo a él hasta que se presentó queriendo, primero que todo enlazarse con su pareja destinada.

Shelson no había notado al principio todos los traumas que claro que aún tenía. Alex luchaba duro contra ellos aun si despertaba todas las noches a mitad de la madrugada bañado en sudor y temblando como una musaraña. Muchas veces ni siquiera lo despertaba y caminaba tembloroso en el baño donde se encerraba y solo volvía a la cama cuando se había tranquilizado por sus propios medios.

Sin embargo, Sheldon lo había notado demasiado rápido y con paciencia lo había apoyado en todo lo necesario hasta que salió embarazado de quien sería actualmente su hijo. Y no hubo dudas con su nombre. No había salido todavía el resultado del ultrasonido y ya Alex había decidido que se llamaría Ryo. Y ahí no había nada que discutir.

Años después estaban felizmente juntos.

Y se preguntaba si su hijo sería capaz de encontrar tan felicidad al lado del chico que estaba con él en ese momento. Alguien tan lleno de mentiras y misterios que si fuera él… quizás era mejor no ponerse en su lugar, él también le había mentido bastante a Alex en los primeros días que estuvieron juntos. Incluyendo hasta su nombre.

Solo le quedaba esperar a que el destino estuviera también de parte de Ryo y que al menos no sufriera mucho porque cuando la verdad saliera a la luz sería un caos.

***

Dilan se quedó quieto delante de la Bestia de su pareja. Realmente esa moto era intimidante. Completamente negra, reluciente, grande, fuerte… igual que el sueño. Daba ganas de tocarla y montarla.

-¿Qué clase de pensamientos pervertidos tienes en tu mente mientras ves a mi bestia?- una voz caliente susurró en su oído y Dilan se sobresaltó dándose cuenta de que precisamente estaba pensando y que su rostro estaba caliente.

Mas no se dejaría intimidar por el alfa así que corrió el codo hacia atrás y golpeo el duro abdomen de Ryo. Solo que recordó exactamente la razón por la que sus guantes llevaban nudillos de metal. El cuerpo de los alfas era endemoniadamente duro y su brazo se acalambró ante el impacto.

-Mierda- salió de sus labios.

-Esa boca Dilan- Ryo se carcajeó detrás de él frotándose su abdomen para después agarrar su brazo y sobar el codo magullado- Me gusta que diga cosas más lindas y calientes o que esté alrededor de algo…-

Sucumbiendo al instinto (Omegaverse/Bl/Erótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora