La hija de Maradona {Neymar y tú}

______ enferma.

Neymar.

Otra vez en el campo de fútbol donde puedo concentrarme en el juego y no en mis problemas.

Ha pasado una semana desde que ____ y yo discutimos, no hemos hablado, no hemos arreglado nada y yo no quiero hablar del tema, tan solo pensar en eso me enfurece.

A veces pienso ¿De que vale que sigamos juntos si ella todavía lo ama? pero luego recuerdo que no quiero dejar todo hasta aquí, quiero que funcione pero sin embargo no hago nada para resolver esto, qu complicado es esto. Y es que si, mi familia y ella son mi vida entera, todo lo que quiero lo tengo conmigo es sumamente perfecto.

Escuché el silvato que indicaba que el partido había acabado. Sí, ganamos, con dos goles contra uno.

Me dirigí a los vestidores para cambiarme y refrescarme estaba algo agotado y aturdido no por el juego, sino que en todo el partido no vi a ____ entre las filas y eso me ponía mal, y el juego no fue el mejor de todos. Thiago y yo no jugaremos en el partido contra Alemania y eso era lo peor que podía pasarme en mi primer mundial.

Si, tenía ganas de matar a medio mundo mientras todos celebraban, reían y estaban felices yo no lo estaba ¿Ahora la orgullosa era ella? Debería ser yo y sin embargo ella no había venido, me sentía mal y a la vez molesto porque a pesar de todo

Terminé de vestirme y agarré mis cosas para irme de una buena vez.

—Hey —me llamó Dani que estaba con los demás— ¿A donde vas? —me miró extrañado.

—Me iré —dije algo obvio?

—¿No vendrás a celebrar?

—Estoy algo cansado.

El río como si hubiera contado un chiste.

—Eres Neymar, nunca estás cansado —se cruzó de brazos.

—Siempre hay una primera vez para todo —y salí por la puerta.

-----------------o----------------

Estaba en mi cama pasando los canales sin ver algo bueno del que me pueda distraer.

Esta vez no compartía habitación con _____. Compartía habitación de nuevo con Moisés y Dani, y es obvio que ambos estaban celebrando, no estaba de ánimos.

Empezaron a tocar la puerta y me vi obligado a abrir. Era Rafaella.

—Hola —dijo mordiéndose el labio.

—¿Que paso, Rafaella? 

—____ está algo enferma.

¿Enferma?

—¿Eh? —dije sin entender.

—Comió un brownie hace dos días y hasta el momento no para de vomitar, está intoxicada.

¿Qué?

Salí de la habitación, dejándola a ella ahí, escuché un "Hey-" de su parte pero no le hice caso. Bajé dos pisos que era donde quedaba su habitación. Estaba entre abierta así que no dude en abrirla de golpe y al frente de mi la vi, estaba acurrucada con unas 2 sabanas y una cobija, titilaba de frío y estaba pálida.

Me acerqué a ella y me senté en un espacio que había allí. Toqué su cuello y no tenía fiebre, en cambio, estaba sudando frío. Ella no se movió ni respingo al sentir mi contacto.

—¿Qué haces aquí? —apenás pudo preguntar.

Ella sabía que era yo.

—Vine a ver como estabas.

—Creí que estabas molesto.

Sonreí.

Realmente la extrañaba, no hablamos desde hace una semana o más y es realmente una tortura. Seguía molesto, era verdad pero a pesar de todo mi corazón seguía derritiéndose al verla.

Ella hizo un gesto de disgusto y se levantó en seguida de la cama tirando todas las sabanas, corrió hacía el baño y empezó a vomitar.

Agarré una liga y me dirigí al baño, ella estaba arrodillada frente al inodoro mientras que vomitaba pura saliva, se notaba que ya no tenía nada que vomitar. Agarré su cabello y lo recogí en una coleta, ella terminó de vomitar y yo bajé el inodoro, ella se echo para atrás dió un largo suspiro y se levantó para cepilarse los dientes.

Había recuperado un poco el color, no estaba pálida y sus labios se volvían a poner rosados.

—¿Fuiste al médico? —pregunté parándome atrás de ella mientras la veía por el espejo.

Ella negó con su cabeza.

—¿Y qué esperas? ¿Vomitar las tripas para así ir? —me crucé de brazos.

Ella escupió la pasta y se enjuago la boca para luego verme.

—Es intoxicación Neymar, he tenido antes se que hacer.

—¿No comer? Te apuesto que no has comido nada —reclamé.

—Estoy bebiendo jugos.

—Eso no es comida.

—Lo que sea —frunció el ceño mirándome.

Suspiré. Dios me hizo con más paciencia de lo que creía.

—Iremos al médico y es mi última palabra, ahora vístete que nos iremos —dije firmemente.

Salí del baño e iba  salir de la habitación pero me detuvo.

—¿Puede ir Rafaella y Helena? 

—De acuerdo —bufé y salí por la puerta.

---------------o-----------------

Estaba conduciendo caminó al hospital. Estaba Rafaella, Helena y ____, ella volvió a estar pálida y tenía mareos y náuseas, ya había vomitado así que espero que no vomite más hasta llegar allá.

Me daba miedo que eso pudiera ser grave, nadie vomita tanto como lo ha hecho ella. Podría ser delicado o más alla de una intoxicación, esto no se quedaría así, no me iría de ese hotel sin antes hacerle una denuncia por sus brownies malditos.

Estacioné el auto e iba a bajarme pero ____ me agarró la mano deteniéndome.

—Es mejor que yo vaya solo con las chicas —habló tranquilamente.

—¿Por qué? —pregunté extrañado.

—Es que quiero un poco de privacidad.

Eso me ofendió, y mucho.

Yo bufé y alcé las manos, me acomodé en el asiento y ella sonrío de medio lado para luego salir del auto junto con las chicas.

Genial, estaría aquí en el auto aburrido por un tiempo que solo Dios sabe.