¿Vendrás conmigo?

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Una semana después.

Neymar.

Un 3 a 0 que nos dejaría en lo peor. Quedamos en el cuarto lugar de mi sueño, si, este era mi sueño. Ya no habría un tercer lugar ni mucho menos una copa la cual llevaría con orgullo. Odio decir que todas estas prácticas y horas de entrenamiento han sido de gratis, odio pensar que este final pudo haber sido distinto.

Y es que el coraje me llena, no nos esforzamos, no pusimos de nuestra parte y es lo peor que puedo decir. Salí del campo sin despedir ni felicitar a nadie, mucho menos al idiota de Van Persie. Iba a entrar a camerinos pero me halaron de la mano y era ____, mi _____.

-Amor... -se notaba que trataba de buscar las palabras exactas para expresarse.

Sólo sonreí, tal vez no con el ánimo que hubiera querido hacerlo pero lo hice. La tome del hombre y la atraje hacia mi.

-Esta todo bien cariño -besé su frente- salgo en un momento -ella asintió sonriendo de medio lado y yo entre a los vestidores.

Todo estaba solo, me saque los tacos y les coloque a un lado de la banca, tome una toalla y entre a las duchas.

Abrí el agua y empezó a caer por mi cuerpo. Odio sentirme así, odio pensar que todo ha acabado, dirán soy joven y que llegaran muchas oportunidades pero nadie sabrá lo que se siente ilusionarse y luego perder la guerra, nadar tanto para morir en la orilla.

La experiencia fue maravillosa, de no haber venido al mundial no hubiera conocido a la mujer que hoy día amo y me dará mi segundo hijo.

Después de unos minutos cerré el agua, enrrolle la toalla al rededor de mi cintura y salí de la ducha, vi cuando todos entraban y sólo me miraron, se veían tristes al igual que yo.

-Ney... -trató de hablar Dani.

-Esta bien -fue lo único que llegué a decir.

Me dirigí al locker, empecé a vestirme y fue el primer en terminar y el primero que se iría. Agarre mi bolso, iba a salir pero David me detuvo.

-¿Te irás ya? -preguntó confundido.

Todos en el vestidor me miraban pero no entendía porque habría de quedarme.

-No tengo que quedarme, no hay nada que celebrar.

Al salir por la puerta ahí se encontraban Rafaella, Moisés, mis niños y mi novia. Los niños corrieron a abrazarme mientras los demás solo me miraban esperando alguna reacción de ellos.

-Vámonos -Caminé con ambos niños en mis brazos hasta llegar al estacionamiento.

Los baje a ambos y abrí la puerta de atrás para que ambos subieran, rodee el coche y abrí la puerta del copiloto para así _____ pudiera montarse a lo cual ella sonrío mientras Rafaella y Moisés se montaban atrás con los niños, me senté de piloto y empecé a conducir hasta el hotel.

Todo iba silencioso, era de noche y la ciudad estaba un poco llena de personas aficionadas, por supuesto tristes por el resultado. ____ colocó su mano encima de mi mano libre, voltee a verla y ella sonrío, al instante sonreí.

Vi por el retrovisor y Rafaella tenia en su regazo a Benjamín mientras que Moisés tenía a Davi y ambos jugaban. Ellos no han estado bien, dudo que por el orgullo de Rafael vuelvan a estar bien o por lo menos hasta ahora, el la quiere realmente lo veo en la forma en la que el la mira, algo así como cuando miro a mi chica, ella es lo único que quiero mirar por los próximos 9 meses y serán 4 personitas a las que miraré con el alma.

No todo es tan malo después de todo.

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-Listo, ya se durmieron -habló ____ mientras se sentaba frente a mi.

Suspire.
No sabría como preguntárselo.

-Ya todo terminó -ella asintió suavemente.

-Lo sé.

-¿Vendrás conmigo?

Ella ladeó la cabeza hacia un lado sin entender.

-¿A donde?

Reí.

-¿Viviremos siempre en un hotel? -ella aligeró el gesto.

-No entiendo...

-Ven conmigo a España -ella abrió los ojos de sorpresa- ¿No habías pensando que cuando todo acabará vendrías a vivir conmigo?

Ella negó con la cabeza.

-Sinceramente nunca lo pensé.

Sonreí y me senté a su lado, tomé sus dos manos y las besé.

-Vivirás como la reina que eres, de eso no cabe duda -ella sonrío de medio lado- Cariño ¿Que sucede?

Esperaba otra reacción, tal vez de alegría pero su rostro estaba algo preocupado como si algo no le parecía.

-Lo siento amor pero tal vez es que siento que algo va a salir mal -tragó en seco- ¿Que tal si nada funciona? Terminaremos haciéndonos daño y odiandonos.

-Lo intentaría millones de veces hasta que funcione -coloqué mi mano en su mejilla- lo eres todo en mi vida, lo menos que quiero es hacerte daño, quiero lo mejor para los dos y quiero que cuidarte a ti, mis hijos y mi futuro hijo -ella sonrío ampliamente- nada va a pasar.

Ella pareció pensar mas las cosas a lo que me miro sonriente.

-Ya soy bien pendeja como para no ir contigo -dicho esto me abrazó.

A pesar de un haber sido un día largo y decepcionante terminó siendo lo mejor.

La hija de Maradona {Neymar y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora