52. Solo Tú

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[CRISTIAN]

Oscar Wilde dijo una vez, "el misterio del amor es mayor que el misterio de la muerte." Sinceramente creo que tiene razón, en mi caso al menos siento que es así. Pasan los años y el efecto que esos ojos verdes tienen en mi jamás cambiara. Amo a la mujer que tengo sentada frente a mi esta noche, amo sus ojos, sus labios, sus manos, cada perfecto detalle de su rostro y ese cuerpo que tantas veces recorrí. Amo quien es, su inteligencia, y sobre todo su valentía, quisiera decirle tantas cosas, explicarle todo esto que llevo por dentro y que me hace sentir de la manera que lo hago ahora, pero esta noche no estoy aquí para hablarle de amor.

Observo la manera que mira a su alrededor y sonrió al darme cuenta de que le ha gustado la sorpresa que le prepare; si tan solo ella supiera cuantas noches la dibuje, de cuantas maneras la acaricie a través de mis pinceles... —Hanna— Me atrevo a decir y voltea a verme.

—¿Sí? — Cuestiona y se me queda mirando expectante.

—¿Has estado comiendo bien? Estas más delgada, no quiero que...— Intento decir y se sonríe.

—No te preocupes, no estoy dejando de comer ni nada de todo eso, es que aún me estoy acostumbrando a este nuevo estilo de vida, pero mejor dime tú ¿Cómo has sabido que me fui del país? Es decir, se que tu amigo te ayudo, pero...— Intenta preguntarme.

—Me llamo Gastón, me explico un poco lo que ocurrió y me pregunto por ti— Resumo.

Inmediatamente noto como sus ojos verdes se cristalizan y me parte en dos verla así —Joder... no quiero volver a llorar— Se queja mientras quita sus lagrimas.

—¿Lo amas todavía? Te duele mucho lo que te hizo, ¿no? — Me atrevo a indagar.

Ella respira profundo, bebé un sorbo de su copa de vino y una vez que la vuelve a apoyar sobre la mesa me mira fijamente —Estoy harta de perder sin querer— Sentencia —Estoy cansada de que me rompan el corazón, de que me decepcionen...de que nada en mi vida salga bien, vivo perdiendo a quienes amo y ya no se que hacer para que mi corazón siga siendo victima del dolor— Expresa mientras que va quitando las lagrimas que van escapándose de sus mejillas y no sé como estoy haciendo para mantenerme firme.

Respiro profundo y acomodo las palabras en mi mente —Hanna, ¿sabes porque estoy aquí? — Le pregunto y me sonríe.

—¿Para ayudarme a salir de esta? — Me cuestiona y al ver que su plato ya esta casi vacío, me atrevo a ponerme de pie y acercarme a ella.

—Hoy no estoy aquí como el hombre que te ama, el padre del hijo que tuviste, o aquel muchacho que te hizo el amor en la playa aquella primera vez, hoy estoy aquí como eso que siempre fuimos y que no importa lo que pase, siempre quiero ser; tu amigo— Digo y le ofrezco mi mano —¿Recuerdas lo que nos gustaba hacer cuando estábamos tristes? — Le pregunto y una tímida risa se escapa de ella.

—Ir a la playa...—

—Aha, pero ¿Qué más? — Presiono.

—Ponías música y bailábamos, decíamos que así se nos olvidaba todo— Explica.

—La playa la tenemos de fondo, esta allí abajo, solo falta la música, pero eso se soluciona rápido— Le explico mientras que con mi celular activo el parlante inalámbrico y de inmediato comienza a sonar "I got a feeling" de Black Eye Peas, haciendo que ella se ría como tal quería que lo hiciera.

—¡¿Es broma?! — Me pregunta mientras que la tomo de las manos y hago que se levante de la silla.

—Era tu favorita, ¿no? — Cuestiono y asiente.

—Nunca la bailamos juntos—

—Porque siempre la bailabas con otras en las fiestas— Me reclama y a pesar de que no es una canción para bailarla de esta manera, llevo mis manos a su cintura acercando así su cuerpo al mío.

—Hay errores que se pueden corregir— Le dejo saber y lentamente lleva sus brazos por encima de mis hombros mientras que se mueve.

Es un baile diferente, uno sin reglas, sin ritmos, pero que nos hace sentir bien —¿Viniste a Bari a eso? — Cuestiona.

—Vine a ser lo que siempre necesitaste, no puedo remediar el pasado, puedo corregir algunas cosas, pero lo que si puedo hacer es escribir un presente nuevo junto a ti... Hanna, esta vez no me iré a ninguna parte, si tu me dices que te quieres quedar aquí; aquí me quedare así tu nunca vuelvas a aceptarme en tu vida. Me conformare con estar a tu lado, con ver tus ojos verdes siempre que pueda y escucharte reír porque es el mejor sonido que puede existir en el mundo...—

—Cristian...— Murmura.

—¿Qué? — Pregunto perdido en su rostro.

—Necesito tiempo— Explica.

—Tienes todo el tiempo del mundo, yo solo quiero estar así contigo... contemplarte como amigo... sin dejar que el hombre gane— Confieso.

Ella me sonríe —Gracias...—

—¿Por qué? —

—Por regresar a mi vida de otra manera completamente diferente, por dejarme ver que a pesar de que muchas veces creí que lo nuestro había sido un grandísimo error; tú nunca me has fallado. Tal vez la vida nos traiciono, hubo terceros que no dijeron las cosas a tiempo y nosotros tampoco hicimos las cosas bien, pero no me decepcionaste, y eso lo aprecio mucho— Me responde y no se me ocurre otra manera de responder a sus preguntas más que dándole un beso en la mejilla que la hace sonreír de la manera más hermosa del mundo, una que no quisiera olvidar jamás. 

DOS EXTRAÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora