DOS EXTRAÑOS

36. Decisiones Dificiles

[HANNA]

Al día siguiente: 29 de diciembre, 2018

En la vida me ha tocado tomar decisiones muy difíciles, alejarme de todos para tener a mi hijo, luchar por mí misma para conseguir las cosas que quería, y todo esto siempre con el corazón roto, pero un día llego Gastón, lo sano y me hizo conocer una manera diferente de amar. Hasta antes de mi encuentro con Cristian, yo daba por finalizada y enterrada toda mi historia con él, pero al parecer hay heridas que no han cicatrizado aun y mucho menos sentimientos completamente enterrados.

Escuche por ahí una canción que usaba la frase "que el amor verdadero es tan solo el primero y que los demás son solo para olvidar", me niego a creer que ese es mi caso, pero ¿Cómo hago con esta batalla interna que se hace presente cada día en mí? Sería muy simple decirle que "no" al pasado, dejarlo allí y seguir mi camino con Gastón porque con él tengo la certeza de que soy y seré feliz siempre, pero a la vez eso sería como huir... como no aceptar las cosas como son y no quiero volver a cometer el mismo error que cometí cuando era una niña, no quiero callarme lo que siento y mucho menos hacerme la tonta pretendiendo que no me ocurre nada. En estos instantes, mientras que espero por él en el sitio acordado para irnos juntos, me doy cuenta que esta es la apuesta más grande de mi vida. Estoy colocando todas mis fichas sobre el tablero con la posibilidad de perderlo todo o ganar, y si gano, el premio sería ser honesta conmigo misma.

Con los años aprendí que nada en esta vida es fácil, mucho menos existe lo que está bien y lo que está mal, tan solo existe lo que creemos o interpretamos como cosas buenas y malas, pero cada persona tiene sus propias interpretaciones y por ahora, solo puedo enfocarme en la mía y hacer lo que me pidió Gastón, ver que me sucede y hacer lo mejor para mí, y la única manera de hacerlo es estar sola con Cristian para averiguar si lo que nos ocurre es solo melancolía por el pasado y ese hijo que perdimos, o es que seguimos sintiendo ese amor que ninguno se atrevió a confesar en su momento.

Mi corazón se acelera como un idiota cuando se acerca con su auto y estaciona frente a mi dentro del garaje de este edificio donde le pedí al taxista que me dejara. Él se baja dejándome apreciar su look "total black" y se acerca a mi dándome una tímida sonrisa y supongo que los dos estamos muy nerviosos ante esta situación —hola— me dice y me saluda con un beso en la mejilla.

—Hola— respondo de la misma manera y sé que nos quisiéramos decir muchas cosas, pero aun no es el momento.

—¿Vamos? — propone y asiento —permíteme— me dice y abre la puerta para que suba al auto y después va a dejar mi maleta al maletero. Una vez que todo está acomodado, él se sube del lado del pasajero y me mira —¿Qué excusa diste? — cuestiona.

—Que quería estar sola después de lo que ocurrió con Gastón, ¿y tú? — indago.

—Que un amigo me invito a pasar unos días en un yate y festejar año nuevo— me responde y sonríe.

—Vivimos mintiendo para vernos— me quejo con culpa.

—Lo sé, pero ¿Qué íbamos a hacer? ¿contarles la verdad ahora? Creo que no era conveniente— explica.

—Ya sé...—

—Entonces, ¿vamos? — se asegura y asiento.

—Vamos— respondo con mis nervios a tope.

Él sin dudarlo ni un segundo, arranca el auto y comienza a conducir rumbo al parque nacional Sequoia donde está ubicado el complejo de cabañas donde nos quedaremos estos días, y yo solo puedo intentar respirar con un poco más de calma —¿has hablado con él? — pregunta de repente y niego.

—Le envié un mensaje anoche, pero me dijo que la idea es que nos diéramos un espacio para que yo supiera que hacer, así que básicamente no me va a responder a ningún mensaje y mucho menos llamar— explico.

—Entiendo... entonces, ¿hablamos de nosotros dos? — me pregunta y puedo notar en él los mismos nervios que siento yo.

—No sabría por dónde empezar— confieso y reímos nerviosos.

Él de repente aparta la mirada del camino por un instante y me mira —¿Qué sentiste la primera vez que estuvimos juntos en aquella playa? — me pregunta de repente y mi corazón se agita.

—Me sentí en el cielo y en el infierno todo en un solo momento... por una parte estabas siendo el primero en mi vida y por otra parte tu actitud fría y distante me hizo sentir que, si quería que eso se volviera a repetir, debía callar mis sentimientos. — confieso —¿y tú? —

—Culpa... muchísima culpa sentí aquella noche, pero no por haber estado contigo, sino porque como ocurrió. Tenía una batalla interna tan grande por dentro que no sabía cómo controlar... por una parte me había vuelto loco tenerte entre mis brazos, y por otra parte pensaba que eras muy pequeña aun, que eras Hanna, mi amiga de toda la vida... me sentí el imbécil más grande del mundo por haber sido tan brusco contigo, pero después tú lo hiciste ver como que no era nada importante para ti y quise continuar con todo aquello porque me encantabas, lo que nunca supe ver es que estaba loco por ti y es hasta el día de hoy que me arrepiento de no haber sabido descubrir lo que me ocurría contigo desde entonces— me dice y no sé muy bien que decir ante sus palabras —si pudiera volver el tiempo atrás, te haría tener la primera vez que tú te merecías— murmura.

—Pero no se puede— rebato de inmediato.

—Lo sé...— dice y un silencio un tanto incomodo se hace presente entre los dos y supongo que es normal, hay temas que por más que pasen muchos años, seguirán siendo incomodos para los dos y como adivinando lo que ocurre aquí, él sube un poco el volumen de la música para que al menos el camino sea un poco menos tenso y nos conectemos a través de algo que nos gustaba mucho a los dos y era cantar en el auto. Tal vez él siga conociendo gran parte de quien soy y sea yo quien deba redescubrirlo a él en aspectos que todavía me parecen un gran misterio como lo es esa sonrisa que se dibuja en su rostro en estos momentos sin motivo aparente.