19. Loco Por Ella (Pasado)

1.4K 147 7
                                    

[PASADO—CRISTIAN]

20 de agosto, 2010

Como todos los años, mi cumpleaños es celebrado a todo lo grande y esta no es la excepción, mis padres decidieron hacer una gran fiesta para celebrar mis 25 años y por ende invitaron a todos nuestros familiares y a mis amigos. Según ellos mi vida cambiara pronto ya que todo parece indicar que el camino de la pintura finalmente está abriendo sus puertas para mí, ojalá que tengan razón y finalmente pueda cumplir mi sueño. Ese fue el gran deseo que pedí al soplar las velas del pastel. 

Ya son las tres de la madrugada y la mayoría de los invitados ya se fueron, a excepción de Martin, Malena, Sergio, Alejandro y Hanna. Clavo mi mirada en Hanna y sí que se ve increíblemente hermosa esta noche, falda corta color negra y un top haciendo juego que deja al descubierto ese abdomen marcado y que tanto me gusta besar. Ella me sonríe con su vaso de mojito en la mano y muerde su labio inferior, y entiendo a la perfección lo que eso significa, los dos tenemos ganas de comernos a besos.

Miro a mi alrededor y noto como mis amigos están muy entretenidos en su conversación, tanto así que Malena no insistió más en que bailáramos y eso es bueno. Mis padres están en el jardín conversando muy amenamente y la planta de arriba de la casa sé que está completamente libre. Mi mirada nuevamente se clava en ella y le hago una seña para que me siga apenas pueda y así, sin más, subo las escaleras y me quedo esperándola en el pasillo.

Ella no tarda ni más de cinco minutos en subir y apenas está frente a mí, la tomo por la cintura para así arrastrarla conmigo a mi habitación mientras nos comemos la boca a besos. Hanna se convirtió en mi adicción, su perfume me embriaga, su piel es la tentación más grande de mi vida y ella sabe lo que provoca en mí. No hago más que cerrar la puerta con llave y comienzo a desnudarla. Su top desaparece y para mi grata sorpresa, no lleva puesto sujetador, le sonrió sobre sus labios y sin dudarlo, bajo por su cuello, por sus hombros y devoró cada milímetro de su piel volviéndola loca. Afortunadamente la música aún sigue sonando en el salón, callando así el gemido que se escapa de su boca.

Sus manos jalan mi cabello con desespero y mientras que ahora mi boca se desliza hacia a su abdomen, mis manos bajan su falda y su ropa interior todo de una sola vez. Hanna desnuda es mi paisaje favorito, en mi amiga descubrí una mujer infernal que despierta los más bajos instintos en mí y ella disfruta de ello. —por Dios... — dice desesperada cuando mi lengua y su intimidad se hayan en un encuentro prohibido que hace que mi ropa me estorbe tal y como si estuviese empapada y pegada a mi cuerpo de la manera más incómoda.

Consumo su cuerpo de la misma manera que si fuese mi platillo favorito y es poco el tiempo que ella consigue retener ese inminente orgasmo que me regala en mi boca, es completamente insano su sabor en mí y como un loco desesperado, me pongo de pie y la beso como si no hubiera mañana. Su boca prueba la mía mientras nos seguimos moviendo por la habitación y en el preciso momento que la parte de atrás de mis piernas chocan con la cama, ella coloca sus manos sobre mi pecho y me empuja para que caiga de espaldas sobre el colchón.

—A ver que aprendí. — me dice sensual mientras mueve su cabello a un lado y luego se sube sobre mi ayudándose con sus rodillas a cada lado de mi cuerpo. La imagen es jodidamente sexy y el que me bese mientras que sube mi camiseta hace que mi erección ya pretenda reventar mi pantalón.

Su boca se separa de la mía solo para terminar de quitarme la camiseta y acto seguido, sus manos van a la cintura de mi pantalón. Ella aun lleva sus tacones puestos y por algún motivo esto me parece increíblemente sensual. Sus labios abandonan los míos para comenzar a bajar por mi cuello, van por mis pectorales, sigue bajando a mi abdomen y lentamente va un poco más al sur para terminar de apartar mi pantalón y bóxer de una sola vez. Ella solo los baja lo suficiente para que no estorben y luego sin dejar de mirarme a los ojos, toma mi hombría entre sus manos —es mi turno...— advierte mientras que su mano sube y baja de mí y vaya que me está volviendo loco, pero todo eso se convierte en la nada misma cuando ahora es su boca la cual inflige todo el placer posible para mí.

Mis manos se aferran a las sabanas en un intento por callar estos gemidos que amenazan con salir de mi boca, mi mejor amiga no tiene intenciones de detenerse y en medio de toda esta locura yo ya no comprendo que significa Hanna para mí... Me devora a su perfecta y jodida manera de hacerlo, una que aprendio solo conmigo y llevamos meses practicando para ahora convertirse en esto.

—Hanna.— suplico cuando ella me lleva al absoluto límite de todo.

Ella ya comprende a la perfección que significa eso y sin muchos preámbulos, vuelve a subir por mi cuerpo hasta llegar a mi boca y fundirnos en un nuevo beso que entremezcla los sabores de lo prohibido con el de nuestros alientos. Estoy perdido en este mar de sensaciones que ella causa en mí y como la experta en la que se convirtió, sujeta mi hombría llevándola justo a su entrada para así hundirse en mí y hacerme perder la razón junto a ella.

Mis manos acarician el perfil de su cuerpo mientras que ella se mueve sobre mí y mis dedos se pierden en mi sitio favorito, en su tatuaje, ese ubicado estratégicamente para volverme loco y hacer que toque sus pechos mientras tenemos sexo de la manera más descontrolada que podamos imaginar. Ella muerde mis labios y se separa para mirarme a los ojos mientras que vamos construyendo juntos ese exquisito momento que a ambos nos gusta. Hanna echa su cabeza hacia atrás un poco y apoya sus manos sobre mi pecho mientras que sus gemidos ya son incontrolables y sí, mi cuerpo se rinde a su voluntad mientras que ella vive un fuerte orgasmo que me acompaña haciéndome perder la poca razón que quedaba en mí.

Estamos agitados, demasiado diría yo, pero su beso es inevitable y el devolvérselo también. Me pierdo en sus ojos y siento que cada día que pasa, yo me pierdo más en ella. No sé cómo controlar todo esto, pero no quiero joderlo. No puedo decirle que estoy enamorado de ella cuando ni siquiera yo estoy seguro de que esto sea así, ¿Cómo puedo arriesgarme a eso y perder todo lo que tenemos? ¿Y si no funciona? ¿Y si solo estoy confundido? ¿Y si lo único que ella quiere es exactamente esto?

—Es mejor que nos vistamos y bajemos, seguramente tus amigos están preguntando por ti. — me dice y me da un último beso antes de levantarse de encima mío y comenzar a buscar su ropa por el suelo.

Cuanto quisiera tenerla una noche entera para mí, como quisiera que nuestros encuentros no fueran siempre así, con prisas, con adrenalina, con miedo de ser descubiertos... aunque bueno, al final del día eso es lo que lo hace excitante, ¿no?

—Es mejor. — respondo disimulando mis ganas de más y sonrió al ver lo hermosa que se ve con esta poca luz que nos ofrece la luna entrando por la ventana.

Definitivamente Hanna sabe perfectamente como seducirme y volverme loco, solo me pregunto si tendré el mismo efecto en ella... quiero suponer que sí.

DOS EXTRAÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora