[HANNA]
Semanas después: 20 de junio
En aquellos sueños que tenia con Cristian cuando aun era una adolescente, siempre había un espacio para este momento. Un vestido blanco de novia increíblemente hermoso, mi sonrisa reflejada en el espejo que tengo enfrente, un maquillaje de revista, y un peinado profesional que me hace ver increíblemente hermosa.
—Hoy me caso con tu papi mi amor— Le susurro a mi pequeña princesa quien finalmente se ha dejado ver la semana pasada.
Pienso en la cara de Cristian al enterarse de que tendríamos una niña, casi se muere de la emoción, me beso tanto que hasta incomodamos al doctor Gutiérrez. Me rio sola de mis recuerdos hasta que la manos de mis madre se posicionan sobre mis hombros y al verla a través del reflejo me sonríe —¿De que te ríes hija? — Me pregunta y encojo mis hombros.
—De lo feliz que soy mamá, no llegue a imaginar que podía sonreír de esta manera una vez más, de que el dolor quedaría atrás— Explico y me da un beso en la mejilla.
—Has pasado por muchas cosas sola, a veces pienso que no fui muy buena madre... que si no me has contado todo lo que pasaba era porque no te di la confianza para hacerlo o...— Intenta decir, pero me giro para quedar de frente a ella y la miro fijamente.
—Má, has sido la mejor madre del mundo, y si no te he dicho nada es porque sabía que todo lo que hacia estaba mal entre comillas, pero inevitable, lo amaba... bueno, lo amo demasiado— Confieso asiente.
—Lo sé, en estos meses que hemos aprendido a verlos como pareja y no como amigos, hemos entendido muchas cosas. También nos dimos cuenta de que nos equivocamos con Gastón— Señala y niego.
—No es un mal hombre, solo eligió ser feliz olvidándose de todo, pero en su momento me hizo muy feliz y me ayudo a superar muchas cosas... es solo que hay amores que son eternos y contra eso no hay nada que hacer— Expongo y es que con el pasar de los días entendí que Gastón y yo solo nos refugiamos en el otro cuando más lo necesitábamos, pero en realidad siempre anduvimos por caminos diferentes donde evidentemente el final no sería el mismo. No hizo falta más que el pasado reapareciera para que todo fuera más que claro.
—Solo quiero que seas feliz hijita—
—Y lo soy mamá, tengo a mi pequeña creciendo dentro de mi y a Cristian esperándome para que nos casemos— Respondo emocionada y asiente.
—Y si no nos damos prisa, vendrá a buscarte aquí— Bromea y reímos juntas.
—Vamos, yo tampoco puedo más con estos nervios— Admito y simplemente ella me ayuda para que nos acerquemos a la puerta de la suite de este hotel que al abrirse me dejan ver a mi padre vistiendo un elegante esmoquin.
—Hija, te ves preciosa— Murmura emocionado.
—Tú también te ves muy guapo papá— Respondo y no sé como estoy haciendo para no llorar como una niña pequeña.
Sus brazos me rodean con fuerza haciendo que yo haga lo mismo que él hasta que mi mamá es quien intercede diciéndome que se arrugara el vestido y reímos en familia. —Vamos— Propone mi padre y es así como lo tomo del brazo y hago que caminemos por los pasillos de este hotel escuchando los comentarios de los huéspedes que me saludan por el camino hasta que llegamos frente a las puertas dobles del salón donde se llevara a cabo la ceremonia y que se conecta con el increíble jardín donde todo esta preparado para la celebración.
Respiro profundo y una vez que hacemos una seña, escuchamos la canción que hemos elegimos los dos para este día tan especial y que representa a la perfección lo que sentimos por el otro. La voz de Enrique Iglesias con su canción "You're my #1" suena por los pasillos mientras habla de los milagros que vio, pero que nada se parece a esa persona que tanto ama. Eso es lo que siento por Cristian, pude buscar por el mundo entero ver algo especial, pero nada me ha asombrado como él.
Su mirada y la mía se cruzan de manera cómplice mientras que lentamente voy caminando hacia él bajo la atenta mirada de todos los invitados y si quiero grabarme en la memoria la manera en la que me mira ahora, esa sonrisa... lo guapo que se ve... Es que no quisiera perderme ni un detalle suyo.
Poco después, llego frente suyo y mi padre le sonríe para después unir nuestras manos —Cuídamela con tu vida... mejor dicho, cuídalas con tu vida— Le pide y él asiente.
—Así lo hare, te lo juro— Le asegura tomando mi mano y la besa sin dejar de mirarme a los ojos —Eres el paisaje más hermoso que han visto mis ojos mi amor— Me dice haciéndome sonreír.
—Tú también te ves muy guapo— Digo y juego con mis labios a causa de lo mucho que me encanta verlo con ese esmoquin.
Él se sonríe, me toma de la mano y me hace un gesto como diciéndome que no estamos solos y sonreímos cómplices para después pararnos frente al altar donde el cura nos mira e intenta no sonreírse con nosotros por el pequeño espectáculo que estamos dando.
Siento que espere toda mi vida por este momento y por fin llego la hora de unir mi vida a la del hombre que en tantas ocasiones me ha robado la razón y que sigue haciéndolo cada noche cuando entre sus brazos me olvido hasta de mi nombre. Una vez escuche por ahí que el amor verdadero es tan solo el primero y que el resto son tan solo para olvidar... la verdad es que no estoy muy de acuerdo, el primer amor no se puede olvidar, sobre todo cuando es tan fuerte como el que sentí por Cristian y el que sentía él por mi sin que yo lo supiera.
Hoy, entre medio de flores blancas, velas, y muchísimos invitados, escuchamos las palabras del cura explicándonos nuestras responsabilidades y nosotros tan solo escuchamos con atención y no solo porque queramos saber los detalles, sino porque es lo que sin saber esperamos por mucho tiempo. No hace falta más que él nos haga la pregunta más importante de nuestra vida y con la emoción que nos recorre el alma, nos digamos que "si" para después colocar ese anillo en el dedo que siempre nos dejara saber que estamos unidos y que a partir de ahora ya no seremos dos personas recorriendo esta vida, sino una porque así lo escogimos.
Sus labios y los míos se unen en un beso después de escuchar la famosa frase "puedes besar a la novia" y es en medio de este sencillo acto que todos nos aplauden mientras que nosotros sentimos que el mundo ha desaparecido una vez más y tan solo quedamos nosotros y este amor.
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DOS EXTRAÑOS
RomanceLas vidas de Cristian y Hanna se cruzaron hace muchos años atrás en lo que ellos llamaron un "romance" pasajero, el cual hizo que sus vidas no volvieran a ser las misma después de ese momento. Sus vidas tomaron caminos diferentes, Cristian, por su p...