[CRISTIAN]
Abro la puerta de casa y entramos después de haber vivido una de las noches más importantes de nuestra vida y sé que los dos tenemos muchas cosas que asumir —¿Te sientes bien mi amor? — Le pregunto preocupado al ver que ella no habla.
Asiente y sigue caminando hasta llegar a la sala mientras que yo cierro la puerta y enciendo algunas de las luces —Estoy emocionada y a la vez asustada por la reacción de nuestros padres— Explica recostándose en el sofá y llevando sus manos sobre su abdomen —¿Y si es una trampa? ¿Y si después nos dicen que no nos apoyaran y nos quieren separar? — Cuestiona en una especie de monologo que a pesar de todo me hace sonreir.
—Hanna, mi amor, todo está bien, esto no es una trampa— Le aseguro mientras que me siento en el borde del sofá y la miro acariciando su cabello.
Ella fija sus ojos en mi —No estoy acostumbrada a que las cosas nos salgan bien— Confiesa finalmente y sin poder evitarlo me inclino hacia ella y beso sus labios con ternura.
—Pues vamos a tener que acostumbrarnos, nuestro destino es estar juntos y verás como todo ira bien. Ahora solo queda que planeemos la boda y nuestro futuro— Le comento y una genuina y enorme sonrisa se dibuja en sus labios.
—¿Viviremos aquí? — Me pregunta señalando nuestro alrededor con su dedo índice.
—Podríamos, aunque si quieres vivir una temporada en Italia también podríamos hacerlo— Expreso muy seguro y sonríe.
—Estaría muy lindo irnos los veranos para allá— Señala.
—Podemos arreglarlo, pero dime ¿Cuándo quieres casarte conmigo? — Averiguo sentándome un poco mejor en el sofá y haciendo que apoye su cabeza sobre mis piernas.
—¿Después o antes de que nazca el bebé? — Me pregunta haciéndome sonreír y llevo mi mano sobre la suya encima de su vientre.
—No sé si pueda esperar a que nazca el bebé— Confieso y se sonríe.
—Ni yo...— Murmura —Solo que quiero que me quepa el vestido...— Continua y sonrió levemente.
—¿Con él tuviste mucha barriga? — Me atrevo a preguntar a pesar del dolor que me causa esos recuerdos.
—Si, por eso se de que hablo— Contesta con melancolía y sonreímos tímidos.
Me quedo en silencio por un instante y juego con su cabello —¿En dos meses? ¿Te parece? — Propongo y me mira con sus ojos abiertos de par en par.
—¿Hablas en serio? — Cuestiona en un susurro con sus ojos completamente cristalizados y asiento.
—Muy en serio, no quiero esperar más a que seamos la familia que siempre debimos ser y anhelo que seamos— Le dejo saber y ella de inmediato se levanta un poco para darme la pauta de que me incline un poco hacia ella y así besarla suave y lentamente sintiendo que estamos viviendo el mejor momento de nuestra relación siendo libres de secretos y cualquier otra mentira que hayamos tenido que decir en todo este tiempo.
—Dos meses... me encanta— Murmura sobre mi boca y sonrió.
—Vamos a ser tan felices...— Digo y asiente.
—Lo seremos... te amo— Me dice y entre beso y beso, ella se acomoda en el sofá hasta sentarse encima de mi con sus piernas a cada lado de mi cuerpo.
—Nos pondremos al día con todas las noches que nos debemos, con todos los besos que nos dimos... con las caricias que quedan en nuestras manos para el otro— Le susurro y sus labios besan a los míos provocativamente.
—Me encanta tu plan, pero tengo que agregar algo...— Susurra obteniendo mi atención.
—Te escucho— Respondo mientras voy quitándole la ropa.
—Quiero que tengamos tres hijos...— Anuncia entre besos y sonrió.
—Los que tú quieras mi vida, yo lo quiero todo contigo— Respondo entre besos y de esta manera la poca ropa que ya queda entre nosotros termina de desaparecer para que después este sofá se convierta en testigo de este inmenso amor que sentimos y que nos ha traído hasta aquí a pesar de todo lo que haya podido ocurrir entre los dos.
Finalmente pareciera que es la hora de que ella y yo seamos felices para así escribir un futuro lleno de amor juntos. No hay nada más que quiera en esta vida que cumplirle todos sus deseos y llenarla de felicidad. Estoy dispuesto a dar todo lo mejor de mi para hacerla feliz siempre y que nuestro matrimonio sea tan solo el principio de nuestra relación.
Su boca me vuelve loco, me lleva a besarla de maneras que sé bien que están prohibidas, pero que entre nosotros están completamente permitidas. Ella no se queda atrás, me besa con urgencia, me toca quemándome la piel y así de esta manera las agujas del reloj pierden por completo su sentido haciendo que solo seamos ella, yo, y este amor que no entiende de tiempo.
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DOS EXTRAÑOS
RomanceLas vidas de Cristian y Hanna se cruzaron hace muchos años atrás en lo que ellos llamaron un "romance" pasajero, el cual hizo que sus vidas no volvieran a ser las misma después de ese momento. Sus vidas tomaron caminos diferentes, Cristian, por su p...