60. Nuestra Primera Cita

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[HANNA]

Al día siguiente: 22 de febrero

Me la he pasado todo el día trabajando en los diseños de los hoteles de la empresa del señor Cáceres, en verdad quiero que sea algo magnifico. Por otra parte, Cristian ha estado pintando todo el día y verlo de vez en cuando a través de la ventana que da a la terraza, ha sido de total distracción para mi. La noche ya esta cayendo cuando alguien llama a la puerta y me sorprende bastante ya que no tengo amigos aquí y muy poca gente sabe mi dirección.

Me levanto de la silla, voy hacia la puerta y al abrir me encuentro con un chico bastante joven que carga lo que pareciera ser una funda de ropa y un ramo de rosas rojas —¿Señorita Mercier? — Me pregunta y asiento.

—Esto es para usted— Explica en español, pero con un gran acento italiano.

—Muchas gracias— Le digo agarrando ambas cosas y antes de que pueda decir algo, él se retira.

Cierro la puerta, dejo el ramo de rosas sobre la mesa, y cuidadosamente abro la funda, quito la prenda que hay dentro y al mirar el hermoso vestido color esmeralda que hay en su interior, sonrió ampliamente —Espero que te guste— Lo escucho decirme y al levantar mi mirada, lo veo a él con un pantalón de vestir color negro y una camisa blanca desabrochada.

Su aspecto me distrae increíblemente, tanto que me cuesta decirle algo —Es hermoso, y muy elegante— Murmuro y ya no sé si hablo de él o del vestido.

—Quiero que nuestra primera cita sea especial— Explica acercándose a mi.

Soy yo quien acorta la distancia ahora y le sonríe —No tengo dudas de que lo será, y gracias por las rosas, son bellas— Le digo nerviosa.

—No más que tú— Rebate y con la yema de sus dedos acaricia mis mejillas —¿Te alistas y nos vamos? — Me propone y asiento.

—Dame un rato y ya estoy, ¿sí? — Le pido e inmediatamente asiente.

[...]

[CRISTIAN]

En cuestión de unos 40 minutos, la veo salir al salón con ese vestido puesto y en verdad le queda mucho mejor de lo que imagine, su sensual figura resalta al máximo en esa tela de seda que pareciera haber sido diseñada para ella, el sensual escote no es extremadamente revelador, pero insinúa sus encantos dejándome sin aire, y cuando ella se gira en su propio eje para que pueda apreciar cada detalle, me quedo impactado ante la manera tan sexy que se ve su espalda al descubierto hasta el limite de sus caderas.

Trago saliva de manera exagerada, y me acerco a ella lentamente —Definitivamente te sales de mis sueños para hacerlos realidad uno a uno— Murmuro y ver sus ojos verdes tan de cerca me dejan ciego a causa de lo mucho que brillan en está noche.

—No sabía que podías ser tan romántico— Rebate sensual.

—Nunca lo he sido, pero contigo rompo incluso mis propios esquemas— Explico haciéndola sonreír.

—Interesante— Murmura y mordisquea sus labios haciendo que me ponga nervioso.

—¿Vamos antes de que decida comenzar por el postre? — Bromeo y asiente.

—Vamos, porque a mi también me seduce mucho más lo dulce— Replica y me guiña un ojo haciéndome sonreír.

[HANNA]

Cristian suele planear un poca más las cosas, por lo tanto, que haya alquilado un auto no debería sorprenderme en absoluto, y que sea un auto deportivo, mucho menos. Él me abre la puerta del auto, me ayuda a subir y una vez que mi vestido ya está acomodado, él cierra la puerta y rodea el auto para subirse del otro lado. Lo veo conducir y debo admitir que se ve extremadamente sensual con su esmoquin —¿Puedo preguntar donde me llevas? — Intento averiguar y se sonríe.

—Solo puedo decirte que es uno de los sitios más románticos del mundo— Explica y continúa conduciendo.

—¿Del mundo? ¿No exageras? — Bromeo y niega.

—No lo digo yo...— Explica y decide encender el radio del auto para evitar que siga preguntándole cosas y yo decido aceptar su propuesta y solo escuchar las canciones y tararear sus letras de a poco.

No pasan ni 20 minutos cuando el entra el auto a una especie de valet muy elegante y una vez allí un joven me abre la puerta y me ayuda a bajar. Rápidamente Cristian viene por mi y yo me sujeto de su brazo para comenzar a caminar hacia donde él me guía —Es muy hermoso— Comento mirando a mi alrededor y de pronto me encuentro con la vista más increíble del mundo, es un restaurante ubicado en una cueva perfecta, algo que, si he visto en fotografías por internet, pero jamás llegue a pensar que existiría.

—Este restaurante se llama "Grotta Palazzesse", y aunque no parezca tan lejos, estamos en una ciudad llamada "Polignano a Mare." Se dice que este sitio ya existía en el año 1700 y servía banquetes para la nobleza local— Me explica él como todo un experto.

—Es bellísimo...— Murmuro apreciando la belleza de este restaurante ubicado en una cueva de piedra caliza, con luces tenues y estilo místico que me roban el aliento.

—Es el lugar perfecto para nuestra primera cita juntos, sobre todo porque quiero que esta noche sea inolvidable— Me dice haciéndome sonreír.

—No tengo dudas de que lo será...—

—¿Vamos a nuestra mesa? — Me propone y tan solo puedo asentir.

—Vamos— Respondo y de repente, nos convertimos en el centro de atención mientras que un hombre nos guía a una mesa ubicada en el borde de la cueva.


***

Hola! 

Espero que estén disfrutando de la historia, solo quería dejarles saber que en mi cuenta de instagram (s.dalsanto17) les he dejado una foto del restaurante.  

DOS EXTRAÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora