[CRISTIAN]
Si tuviera que describir mi momento perfecto, sería este, con ella besándome de la manera que lo hace, con mis labios respondiendo a la locura de sus besos y con sus manos enredándose en mi cabello mientras que las mías van a su cintura. Pierdo el sentido del tiempo y espacio con nuestras lenguas reencontrándose llenas de sinceridad y el aliento se hace ausente cuando sus manos bajan por mi espalda y sujetan el final de mi camiseta con toda la intención de quitármela —Hanna... mi amor...— Digo haciendo que nos tomemos una breve pausa y la miro a esos ojos verdes que se han convertido en mi vida entera —Espera...—
—¿Qué? ¿No quieres? — Me pregunta agitada y sonrió.
—Me muero de ganas, pero necesito saber si quieres que ocurra porque me amas, o porque estas molesta con él... no quiero que hagas algo de lo que te arrepientas después— Explico.
Ella me sonríe, lleva sus manos a cada costado de mi rostro y enreda su dedos en mi cabello mientras hace que la mire fijamente —¿No te has dado cuenta? — Me pregunta y besa mis labios.
—¿De que? — Pregunto en un susurro.
—De que mi vida siempre serás tu... no importa quienes hayan pasado, que es lo que haya ocurrido, ni el tiempo... tu siempre seguirás siendo "mi Cristian" y yo "tu Hanna" Te extraño demasiado y en este tiempo, me has demostrado que entre nosotros dos hay mucho más que un pasado... hay un presente que muere de ganas de convertirse en futuro...— Dice y apoyo mi frente sobre la suya.
—Te amo Hanna Mercier, siempre lo he hecho— Le confieso y bajo el efecto de su hermosa sonrisa, llevo mis manos a sus muslos y la levanto en el aire haciendo que ella se ría.
—Yo también te amo Cristian Bozeman— Me imita y la vuelvo a besar mientras que camino con ella hacia dentro del departamento.
Hay demasiadas deudas entre ella y yo, unas que no hemos saldado en aquel arrebato en el bosque... hoy todo es diferente, los besos están cargados de deseo y las caricias llenas de amor. Entro a su cuarto y al acercarme a la cama la acomodo en el centro de esta para luego subirme yo y acomodarme encima de ella sosteniéndome con mis rodillas para no lastimarla —Te deseo y te amo tanto, que no tienes idea de lo que esto significa para mi— Le confieso mientras voy besando su cuello.
—Ámame como no me has amado jamás— Me pide haciéndome sonreír.
—Hoy te hare lo que siempre he querido y no me he atrevido... hoy te hare el amor con todos mis sentidos y mi cuerpo ardiendo por ti— Le advierto, y es así como nuestras manos van lentamente quitando la ropa del otro hasta que solo quedan su ropa interior y mi bóxer —Eres la mujer más hermosa del mundo— Le susurro y es así como mis labios comienzan a recorrer todo su cuerpo. Inicio por su cuello, por sus hombros moviendo los breteles de su sujetador, y bajo hasta sus pechos... los beso por encima de la tela y luego se lo quito haciendo que este caiga en algún lado de esta habitación para así entrar en contacto directo con su piel. Mi boca se pierde en la perfección de su anatomía y me dedico un tiempo para enloquecerla besando, lamiendo y mordiendo este punto tan sensible en su cuerpo.
Sus dedos se enredan en mi cabello mientras que su espalda se encorva intentando absorber el placer que inflijo en ella, pero no puede contener sus gemidos... esos que son música para mis oído —No te detengas— Me pide incoherentemente y no tengo intenciones de hacerlo. Mis manos siguen paseándose por los vértices de su cuerpo hasta que me atrevo a llevar una de ellas a su intimidad y tocarla por encima de su diminuta braga.
—Te amo— Le repito mirándola y ver la forma en la que muerde sus labios me provoca más. Con mis labios comienzo a deslizarme por su piel convirtiéndose así en mi sabor favorito de todos los tiempos, y al llegar a la cintura de su prenda interior, la bajo deslizándola por sus piernas y la lanzo al suelo para después arrodillarme en el final de la cama e inclinarme hacia ella haciendo que apoye sus piernas sobre mis hombros.
—Uffff...— La escucho decir cuando mi boca ataca su intimidad y comienzo a jugar en ella queriendo llevarla al limite absoluto.
Sus gemidos son cada vez más fuertes, la manera que se aferra a las sabanas es con mayor fuerza a medida que pasa el tiempo, y por mi parte disfruto de los sabores que ella me ofrece hasta que de pronto el placer la invade regalándome el más exquisito de los orgasmos, uno que disfruto y me hace viajar a su boca para que su sabor se entremezcle en nuestro beso —Eres el amor de mi vida Hanna— Le susurro entre besos mientras que sus manos van a la cintura de mi bóxer y lo bajan lentamente.
—Te amo Cris...— Me dice aprisionando mis caderas con sus piernas y dejándome saber cuanto desea que este en ella.
—Yo también te amo, es demasiado fuerte todo esto que me ocurre contigo y quiero que sea perfecto... ¿quieres que use? — Le pregunto y ella se sonríe.
—Quiero sentirte— Rebate y sin darme tiempo, su boca vuelve a hacerse con la mía mientras que mis ganas no aguantan más y me hacen hundir en ella provocando una pausa en nuestro beso a medida que su cuerpo va adaptándose al mío.
—No quiero separarme nunca más de ti— Le digo cayendo sobre sus labios y antes de que ella pueda rebatir, mis embestidas son quienes hablan del deseo que existe entre los dos; uno que es muy diferente al de años atrás... hoy realmente nos estamos haciendo el amor, estamos creando un idioma nuevo entre nuestros cuerpos...
No hay rincón del cuerpo del otro que no haya sido tocado por las manos del otro, no hay reparos en mi manera de moverme en ella y por ende, la manera que nos venimos es una sin precedentes entre los dos. Nuestros gemidos se confunden entre si y el calor nos incendia completos haciéndonos sonreír sobre los labios del otro —Me vuelves loca Cris... te amo...— Murmura mirándome a los ojos.
—Que sepas que no te pienso dejar nunca más... no puedo vivir sin ti por favor, dime que aquí empieza todo— Le pido y se sonríe.
—Aquí empieza todo entre tu y yo... hoy dejaremos de ser dos extraños— Rebate y mis labios muerden suavemente los suyos para sellar esas palabras que ha dicho.
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DOS EXTRAÑOS
RomanceLas vidas de Cristian y Hanna se cruzaron hace muchos años atrás en lo que ellos llamaron un "romance" pasajero, el cual hizo que sus vidas no volvieran a ser las misma después de ese momento. Sus vidas tomaron caminos diferentes, Cristian, por su p...