77. Juntos

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[HANNA]

Una semana después: 19 de abril

Estos últimos días han sido unos llenos de emociones, por una parte, ayer nos pusimos en contacto con una planeadora de bodas para reunirnos en esta semana con ella y así comenzar con todos los preparativos de la boda, algo que definitivamente nos tiene muy emocionados a los dos y hoy es otro día especial, pero de una manera completamente diferente; estamos a punto de ver a nuestro hijo una vez más —¿Nerviosa? — Me pregunta mientras esperamos al doctor y asiento.

—Siempre lo estaré— Confieso y aunque trato de mantener los recuerdos del pasado allí, es inevitable no sentir miedo de que algo salga mal.

—Está vez estamos juntos, estaré contigo siempre— Me asegura y toma mi mano con delicadeza para después depositar un tierno beso en el dorso haciéndome sonreír.

—Te amo— Murmuro y cuando él se dispone a responderme, la puerta del consultorio se abre y allí esta el doctor.

—Buenos días, soy el doctor Alfredo Gutiérrez— Se presenta acercándose a nosotros después de cerrar la puerta detrás suyo.

—Un gusto, Hanna Mercier— Me presento.

—Y yo soy su prometido, Cristian Bozeman— Se presenta él haciéndome sonreír.

—Un gusto y felicidades, por lo que leí en tu expediente, el primer ultrasonido te lo han hecho en Italia, ¿cierto? — Me cuestiona y asiento.

—Así es, es que estábamos viviendo allá, pero ahora nos vamos a quedar una temporada aquí— Explico.

—Perfecto, también leí que ya habías tenido un bebé antes— Comenta y aquí me encuentro una vez más contando lo que ocurrió, lo cual significa abrir una vez más la herida que tanto cuesta cerrar.

Después de haberle contado todo e intentar mantenerme fuerte para mi bebé, el doctor me deja saber que comenzara con la ecografía y es aquí donde vuelvo a sonreír. Es más que claro que Noah no será reemplazado por este bebé, él siempre tendrá su lugar en mi vida y ahora en la de su padre quien ya sabe de su existencia, pero no puedo negar la ilusión que me hace volver a ser mamá con Cristian. Me doy cuenta de que solo con él me imaginaba siendo madre otra vez y es que al final él fue y será siempre el amor de mi vida.

Siento el ecógrafo moviéndose por mi abdomen y no puedo dejar de sonreír —Estoy nervioso— Confiesa mi prometido y reímos nerviosos.

—Yo también— Admito y el doctor se detiene.

—Aquí esta— Comenta y al mirar la pantalla, me doy cuenta de lo mucho que ha crecido nuestro hijo en estás semanas —Tienes ocho semanas de embarazo, y puedo decirte que el bebé se ve perfecto, falta un poco para que podamos conocer su sexo, pero todo se ve muy bien— Nos deja saber el doctor y es inevitable sonreír aliviada.

—Que bueno doctor...— Digo feliz.

—Haremos controles bastantes seguidos para evitar cualquier complicación dado tu historial, pero como te digo todo se ve muy bien— Informa.

—Lo que usted diga doctor, con tal de que nuestro hijo este bien haremos lo que sea necesario— Intercede Cris y es que en verdad ahora todo es muy diferente.

—Perfecto, entonces les daré la copia de la ecografía y al salir por favor pidan otra cita para dentro de tres semanas, ¿de acuerdo? — Nos informa y ambos asentimos.

[...]

Ya estamos saliendo de la clínica con la nueva foto de nuestro bebé y mientras que caminamos hacia el auto Cris no le quita la vista de encima a la ecografía —La vas a gastar de tanto mirarla— Bromeo.

—Es hermoso, o hermosa... es un sueño hecho realidad— Murmura y me sonrió.

—Trate de imaginarte muchas veces como serías como papá, pero de verdad que mi imaginación se quedo corta— Admito y por alguna razón él se detiene en medio de la acera haciendo que deba hacer lo mismo y se para delante de mi.

—Pienso ser el mejor padre del mundo, no te voy a mentir, muero de miedo de no estar a la altura, pero me esforzare como nunca— Me cuenta pasando sus brazos por mi cintura y pegándome a él.

—Serás un padre increíble, no tengo dudas de eso— Comento y lo beso con ternura en medio de la gente que camina a nuestro alrededor.

—Oye... no seas tramposa— Bromea sobre mis labios y reímos juntos.

—No soy tramposa— Me defiendo y enreda sus dedos en mi cabello.

—Aha... si, como no... ahora dime, ¿preparada para ir a Santa Mónica? — Me cuestiona y los nervios regresan.

—Con nervios, pero lista... tenemos que invitarlos a la boda y ver si nos quieren ayudar, ¿no? — Comento nerviosa y asiente.

—A formalizar todo mi vida...—

—Vamos antes de que me arrepienta y te pida que nos casemos solos en Las Vegas— Bromeo y reímos juntos.

—Nos merecemos una boda mejor, ahora vamos— Insiste y sin más me toma de la mano para que sigamos nuestro camino al auto y luego nuestro viaje a Santa Mónica para pasar el fin de semana con nuestras familias.  

DOS EXTRAÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora