Capítulo 23

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Después de meditar por varias horas lo que había encontrado en los libros, Jahzeel decidió contárselo a Dante, por lo que le indicó a Abel que fuera por él y lo trajera ante su presencia. Al cabo de un rato, llego el chico junto con él mensajero, quien estaba a punto de retirarse cuando vio que Dante se acercaba al anciano, quien seguía entretenido con la lectura del libro en donde aparentemente se encontraba la respuesta, así que no se retiró, entonces vio como él muchacho que acababa de traer estaba a punto de golpear la mesa con la mochila, por lo que intentó detenerlo, sin embargo, el anciano levanto la mirada:

- ¡No te atrevas! – le grito molesto.

- Está bien, no lo haré - contesto el chico, mientras colocaba su mochila en una silla - ¿qué noticias me tienes? - le pregunto.

- Encontré información que puede resultarnos ilustrativa - continuó - ya sabías que el vínculo te hace sentir cosas que antes no, pues bien, en el caso del otro lado, al estar bajo tu protección, se convierte en un ser que no puede ser eliminado, es decir, no puede morir.

- ¿Erik se convirtió en inmortal? - preguntó sorprendido.

- Algo así - contestó - el problema radica, en que su cuerpo sigue siendo humano, como te explico para que entiendas, podría vivir una larga vida, siempre y cuando no se lastime o envejezca, porque sus cuerpos están diseñados para recibir y curar cierto tipo de enfermedades o heridas, pero las que son mortales el cuerpo no las resiste, así como a cierta edad el cuerpo humano comienza a deteriorarse.

- No entiendo, explícate con claridad - le indicó mientras movía de un lado a otro su cabeza.

- No es tan complicado – le señaló - por ejemplo, si ese chico recibe un disparo en la cabeza, por tu protección no morirá, pero la herida y el dolor que provoque subsistirá, ¿lo entiendes?, ambos sentirían dolor por siempre; pero el dolor de él será peor, porque es humano, su cuerpo no está diseñado para soportarlo.

Por un momento Dante se quedó en silencio, trataba de pensar en las formas en las que podría protegerlo, pero parecía complicado, porque no podría estar todo el tiempo a su lado, era una cuestión difícil de resolver, primero su novia no lo dejaba fuera del dormitorio y no podía estar cerca porque le desagradaba, así que los espacios de protección se reducían ¿cómo podría evitar que fuera lastimado?

- No te preocupes tanto muchacho - lo interrumpió el anciano - existe una solución para ese problema.

- ¿Cuál es? - reacciono Dante al escuchar que había una posible solución.

- Algo no muy complicado - suspiro - debes matar al chico.

- ¡Debes estar bromeando! – lo miró fijamnete - esa no es una solución, además no dijiste que no puede morir, porque inventas eso.

- Tranquilízate, como te dije antes, él no puede morir, eso es correcto, a menos que sea por tu mano; si quieres liberarte del vínculo, debes acabar con su vida.

- Eso no va a suceder- le contesto firmemente - por ningún motivo lo mataría, así que sigue buscando otra opción.

- No te das cuenta, que lo estás sentenciando a una vida tortuosa, si lo piensas bien, es lo mejor para ambos, no lo dudes, tienes que hacerlo.

- ¡Ya te dije que no! – no sigas insistiendo con eso - si es necesario viviré por siempre con él para protegerlo - entonces se dio la vuelta para retirarse.

- ¡Eres tan necio! sigues sin entender que tu perteneces a otro lugar, que no es posible que estés ligado a un humano, que tienes bajo tu cargo una función muy importante que no puedes evadir, ¡entiéndelo! en algún momento no tendrás opción y lo tendrás que hacer - le grito molesto.

El Hijo de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora