Capítulo 72

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Transcurrieron 3 años a partir de la partida de Dante, en ese tiempo Erik pudo lograr uno de sus sueños, convertirse en un ídolo musical. Sus canciones se volvieron populares desde que estaba en la escuela, así que gracias al contrato que firmó con la disquera, inició su carrera como un profesional cuando la concluyó. En cuanto a Max aparte de que se volvió parte indispensable de su equipo de trabajo, también realizaba trabajos externos que le daban publicidad y prestigio dentro del mismo medio artístico.

Después de muchos preparativos, llego el momento de iniciar su gira, así que el día de su primer concierto se presentó. Erik estaba muy emocionado y no sólo por el logro de cantar y bailar en vivo, sino que además, había conseguido que las entradas se agotaran, así que se presentaría en un recinto totalmente lleno de fans que lo escucharían y disfrutarían de su música.

Estaba muy nervioso esperando la llamada para iniciar el espectáculo, pero a pesar de que Max desde otro ángulo le sonreía y lo animaba, su estómago comenzó a revolverse, le dio pánico escénico, tenía miedo de equivocarse, de fallar, de decepcionar a sus fans, sintió que en cualquier momento podría colapsar y caer desmayado del impacto emocional que estaba sufriendo.

En eso, sus pensamientos fueron interrumpidos por el asistente de sonido, quien le indicaba que era hora de comenzar. En ese momento, Erik respiró profundo, sabía que no había marcha atrás, por lo que endureció el abdomen conteniendo todas sus emociones que sentía que en cualquier momento podrían desbordarse. Camino por el pasillo con rumbo al escenario, se detuvo frente a una escalinata, cerro sus ojos y comenzó a escuchar la música de introducción, en eso se le marco la entrada y subió al escenario.

Como lo imaginó el lugar estaba repleto de personas, mismas que ocupaban sus lugares, organizadas de acuerdo al boleto que compraron, las primeras filas estaban alrededor del escenario en forma de T, el resto se distribuida en los distintos niveles del lugar como formando una pirámide semicircular frente a él. Al ver tal imagen ante sus ojos, de repente se sintió envuelto por un inmenso mar que en vez de agua estaba lleno de luces, así que se sumergió en ella, al sonido de las múltiples voces que gritaban en unísono su nombre.

Se disponía a iniciar el espectáculo, cuando de repente todo se apagó, al principio pensó que era una falla y miro a ambos lados aterrado, pero después se dio cuenta que hasta el público se había silenciado, era como estar solo en aquel inmenso lugar. Trato de buscar a alguien de los asistentes o a Max, pero no ubico a nadie. Su respiración comenzó acelerarse creyendo que se encontraba en una pesadilla, entonces su mirada se detuvo, frente a él, al final del escenario vio una figura reflejarse, al principio no la identifico por la oscuridad, pero conforme se acercaba, se volvió visible y entonces supo de quien se trataba.

Al estar a un metro de él, levantó su mano para estrechar la del recién llegado, al entrelazarse las mismas, los símbolos grabados en ella, relucieron a través de la oscuridad, mostrándose ante sus ojos.

- Estas aquí, Dante – le dijo Erik mientras sostenía su mano con fuerza.

- Tenía que venir a verte – le contestó Dante mientras lo escudriñaba sin soltarlo -no cambiaste mucho, pero has crecido, estoy feliz por ello.

- Solo un poco - le sonrió Erik tímidamente - hice algunos cambios en mi cabello - mientras se lo mostraba moviendo un poco su cabeza para que lo apreciara, puesto que ya lucía más largo.

- Me di cuenta, cada vez que te vuelvo a ver traes un look diferente, pero siempre te luce muy bien – le sonrió - siempre innovando tu imagen.

- Así es - titubeo un poco pero al final le dijo - me alegra que hayas venido a verme en mi primer concierto - bajo el rostro un poco apenado - eras lo que faltaba para que este día estuviera completo.

El Hijo de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora