Transcurrieron dos semanas de la partida de Dante y como consecuencia de la muerte de Zahid, por lo que la casa se sentía vacía y triste; por esa razón Abigail y Alex se encontraban sentados en la sala, sin familiares a su lado o amigos que los acompañaran, solo ellos, con la mirada perdida y confundida, todavía no comprendían lo que les había sucedido.
Ambos se sentían culpables, el silencio reinaba en el lugar, no había nada que decir, las palabras eran insuficientes en ese momento, el remordimiento los carcomía, porque hasta entonces se dieron cuenta de los errores que habían cometido, de la ira que cargaron sin motivo, de las dudas injustificadas que los consumieron, pensando si algún día serían perdonados por ello.
Mientras seguían absortos en sus pensamientos, el timbre de la casa sonó, al principio ninguno de los dos se levantó de sus asientos, sin embargo, la insistencia del sonido hizo que Abigail se levantara, casi como un sonámbulo, abrió la puerta y para su sorpresa se trataba de la policía:
- Buenos días, soy el oficial Guillermo Andrade; ¿se encuentra el joven Alejandro Montemayor? - de pronto tomo compostura ante la presencia de los oficiales - ¿para qué lo buscan? - pregunto impactada por su presencia fuera de su casa y buscando a su hijo - ¿Se encuentra el joven, señora? - pregunto nuevamente el oficial.
En eso Alex se acercó a la puerta: - soy yo, contestó, ¿que se les ofrece? - entonces otro de los oficiales que se encontraba detrás, se acercó a él y le coloco las esposas, mientras le indicaba: - quedas arrestado por acoso escolar, intento de violación, agresión física e intento de homicidio - continuó dirigiéndose a la señora - como es menor de edad, le solicito me acompañe para que rinda su declaración respecto de los hechos que se le imputan – mientras acompañaban a Alex con dirección a la patrulla.
Abigail todavía sorprendida volteo a ver a su hijo tratando de impedir que se lo llevaran y les dijo a los oficiales: - ¿Eso no es posible? ¿Cómo se atreven acusarlo de eso? voy a llamar a mi abogado - dirigiéndose al interior de su casa con rapidez para tomar el celular, pero estaba a punto de marcar cuando su hijo la detuvo:
- ¡No lo hagas mamá! – le grito desde la entrada mientras meneaba la cabeza, porque sus manos ya estaban sujetas por las esposas.
- ¡Qué dices! ¿Por qué no?, deja de decir tonterías - exclamo su madre al borde del pánico.
- No hay necesidad de que lo hagas - le dijo para tranquilizarla - no fui un buen hijo y mucho menos he sido una buena persona fuera de aquí, hice cosas por las que debo recibir un castigo, bien lo dijo mi padre antes de morir, se toman decisiones en la vida que se deben pagar, de una u otra forma, yo solo voy a ir a la cárcel por un tiempo por lo que hice, sin embargo, a diferencia de mí, él pago su decisión con su vida; así que con esto... - levantó la mirada al cielo - quiero demostrarle que realmente me arrepiento de no haberlo valorado como padre y no haber comprendido el sacrificio que hizo por nosotros. Además en este momento - se dijo así mismo - me tranquiliza la idea de saber que Erik está vivo.
Al escuchar esto, Abigail dejo caer su brazo con el celular en la mano, a pesar del dolor que sentía por ver a su hijo esposado en manos de la policía, se dio cuenta, que aunque no estaba de acuerdo con lo que su hijo le estaba diciendo en ese momento, no lo iba a contradecir, era su decisión, sin contar que era lo mejor que podían hacer en memoria de su esposo fallecido. Entonces salió de la casa cerrando la puerta detrás de ella.
Alex y su madre abordaron la patrulla, ante la mirada de las personas curiosas que se acercaron a observar la escena, sin embargo, en el lugar se encontraban entre las sombras dos espectadores que pasaban desapercibidos, quienes al igual que los chismosos, observaron todo lo ocurrido. Pero en éste caso, ellos lo hacían por un motivo diferente, uno de ellos no pudo evitar que sus lágrimas rodaran, pero no eran de tristeza sino de felicidad, porque por primera vez, se sintió orgulloso de su hijo, suspiró profundo mientras se secaba las lágrimas dirigiéndose a su acompañante:
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El Hijo de la Muerte
General FictionLa muerte ronda a tu alrededor. ¿Cuantas veces hemos escuchado esta frase? Pero que pasaría sin en vez de llevarte, te mostrará lo que es encontrar el amor de una forma pura y sin restricciones, contradiciendo este mundo lleno de etiquetas y estereo...