Los días transcurrían como de costumbre, Dante pasaba gran parte del tiempo de clases con Max y a ratos se les acercaba Erik cuando no estaba con Lía; pero en las tardes la situación cambiaba, los tres amigos trataban de pasar el mayor tiempo posible juntos, haciendo lo que más les gustaba, crear música. Sin embargo dicha situación que molestaba mucho a Lía, ya que en ese horario debía competir con los amigos de Erik y la mayoría de las veces perdía y no es porque Erik no quisiera estar con ella, sino más bien, porque solo cuando estaba con ellos, podía hacer lo que realmente le gustaba, sin contar que comenzó a apreciar de una manera especial los momentos que compartía con Dante, cuando Max se tenía que ir a su casa.
Su rutina parecía no cambiar, hasta cierto punto eran algo monótonos, pero solo en cuanto a los lugares donde se reunían, porque las actividades diarias cambiaban, un día podrían estar inspirados en escribir canciones, otro haciendo modificaciones a las letras, otro creando la música, otro haciendo arreglos a la música y en algunos días hasta iniciando de cero porque no les gusto el resultado final, pero siempre tenían cosas que discutir o hacer.
A Dante no le gustaba mucho la música, cuando se sentía que ya no podía aportar más, se sentaba a un lado, sacaba su libreta y se ponía a dibujar, a veces plasmaba el lugar y de vez en cuando a sus amigos en plena discusión, podría durar así gran parte del tiempo. Al final del día se los mostraba y quedaban encantados con los bocetos que hacía, era un genio dibujando, así que lo disculpaban por sus limitadas aportaciones a su trabajo musical.
Un día como cualquier otro, Dante ingresó al aula de clases, como siempre vio a Erik sentado cerca de Lía, quien solo le dirigió una mirada misma que fue correspondida con un movimiento de cabeza, al cambiar su vista hacia su lugar habitual, una figura estaba ausente, su compañero Max no estaba en su lugar sonriéndole y gritando como siempre, así que se sentó y saco su celular para marcarle. Sin embargo no hubo respuesta, el mensaje de voz indicando que el celular que trataba conectar se encontraba apagado, se escuchó del otro de lado la bocina, guardo el dispositivo y en ese momento no le dio importancia, creyendo que lo más seguro es que viniera retrasado, así que continuó su clase como de costumbre.
El día transcurrió un poco más lento que los demás días, hasta ese momento se dio cuenta que la presencia de Max le hacía que el tiempo fluyera más rápido, sus pláticas, bromas y ocurrencias lograban que los días no fueran tediosos sino todo lo contrario, cada que entraba a una clase esperaba verlo sentado en su lugar, pero no fue así, las clases se tornaron lentas y aburridas, al grado que intento dejar de asistir.
Las clases terminaron y Max no llego a ninguna de ellas, por lo que Dante siguió marcándole sin obtener respuesta, así que se dirigió a su dormitorio y se recostó un rato, después de un tiempo, comenzó a leer un libro que estaba colocado a un lado de su almohada, sin embargo, no le pareció interesante y lo dejo posar sobre su rostro. Más tarde ingreso Erik, quien, al ver a Dante recostado con el libro en el rostro, pensó que se encontraba dormido, así decidió quitárselo, pero apenas lo había tomado, su mano fue detenida:
- No me lo quites, estoy pensando – mientras le sostenía su mano con fuerza.
- Lo siento, pensé que estabas dormido – dicho esto se fue a sentar sobre su cama.
- Por cierto – tomo el libro en sus manos y también se sentó – ¿sabes algo de Max?
- No, ¿por qué? ¿no vino hoy? – sin darse cuenta que sus preguntas lograrían que Dante se molestara por ello.
Dante lo miró con una ceja levanta en señal de desagrado, no creía que su amigo realmente no se había dado cuenta de la ausencia de Max, así que sólo meneo la cabeza y volvió a recostarse con el libro sobre su cara. Erik no le dio importancia y fue darse una ducha para salir.
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El Hijo de la Muerte
General FictionLa muerte ronda a tu alrededor. ¿Cuantas veces hemos escuchado esta frase? Pero que pasaría sin en vez de llevarte, te mostrará lo que es encontrar el amor de una forma pura y sin restricciones, contradiciendo este mundo lleno de etiquetas y estereo...