Capítulo 30

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Ya no sentía nada, no había dolor, miedo o angustia, estaba como flotando, como si ya no formara parte de sí mismo, una tranquilidad inmensa lo invadía, el silencio a su alrededor era sepulcral, porque simplemente, había muerto. Sin embargo, no había ninguna luz, solo oscuridad, así que lo dudo por unos segundos, basado en las historias que te enseñan de niño, giró hacia ambas direcciones como buscando algo, pero no encontró nada: - ¿esto es todo? ¿no hay camino que seguir? – sintiéndose aturdido y confundido.

Sin embargo, contra todo pronóstico, mientras se encontraba envuelto en sus dudas internas, fue interrumpido por el contacto de unos labios helados que se posaron sobre los suyos, pero eso no fue lo único que sintió, al mismo tiempo su cuerpo fue jalado y sujetado con fuerza. Al instante abrió los ojos, frente a él se encontraba un hombre, quien lo besaba y abrazaba con fuerza, pero a pesar de lo extraño del momento, no sintió miedo y se dejó llevar cerrando sus ojos nuevamente.

Cuando sintió que los labios helados se alejaron de él, abrió nuevamente sus ojos y descubrió frente a él, unos hermosos ojos grises. Al verlos se sintió apenado y su corazón que hasta hace unos segundos había dejado de sentir, comenzó a latir con fuerza y su temperatura corporal aumento a pesar de sentir el agua fría a su alrededor, por lo que inconscientemente trato de abrazar al hombre que lo sujetaba, pero no pudo hacerlo porque su cuerpo no le respondió más y perdió el conocimiento.

Sin embargo nuevamente despertó, pero de repente la tranquilidad que había sentido segundos antes se desvaneció, volvió a sentirse solo y temeroso, su alrededor se tornó más oscuro, así que se imaginó que se encontraba en un lugar peor, pero extrañamente de la inmensa oscuridad, sobresalía una luz, lo extraño es que no venía de ningún lado, sino de él mismo, un sello extraño dibujado en su mano iluminaba su entorno, lo miró asombrado y temeroso, levantando su mano para verlo con claridad, pero no tuvo oportunidad de hacerlo, porque la luz comenzó hacerse más y más intensa, hasta que lo absorbió al grado de consumirlo en su totalidad.

Erik se levantó sobresaltado de la cama, el sudor corría por todo su cuerpo, su corazón palpitaba a mil por hora, se tocó el rostro con las manos, sabía que había sido un sueño pero lo sintió tan real, que inmediatamente revisó el lugar donde se encontraba; al darse cuenta que estaba en su habitación comenzó a tranquilizarse, con la playera que traía se limpió el sudor del rostro y de manera mecánica levanto su mano para ver si la marca que había visto aún se encontraba ahí, por lo que al darse cuenta de lo contrario, se dejó caer en la cama y respiró profundamente - solo fue un sueño – pensó mientras respiraba lento tratando de relajarse.

Cuando se repuso, se dio cuenta que su compañero de cuarto no se encontraba en su cama, así que pensó que se le había hecho tarde y no lo habían levantado porque seguía molesto con él, tomo su celular que se encontraba en el buró a un lado de su cama pudo verificar que era temprano, fue entonces que le extraño la ausencia de su compañero en su cama. Sin embargo agradeció que no estuviera en esa hora en el lugar y hubiera presenciado lo ocurrido momentos antes, así que se levantó y se dirigió a darse una ducha.

Estaba por entrar en el cuarto de baño, cuando la puerta se abrió y de ella salió Dante, con una toalla blanca sobre su cabeza cubriendo su cabello húmedo, Erik se detuvo frente a él y sus miradas se cruzaron, en ese instante sintió correr un escalofrío en todo su cuerpo, el impacto fue como un flash de una cámara fotográfica para él, la imagen de su sueño volvió a su mente, los labios helados, los ojos grises observándolo, que sin darse cuenta, el recordarlo hizo que se sonrojara haciendo que la temperatura de su cuerpo aumentara.

Pero aunque se encontraba perdido entre lo que había soñado y lo que era realidad, trato de evadirlo y sólo lo saludo como a cualquiera y entro a las duchas, mientras Dante pensaba en su interior lo sucedido - ¿Qué fue eso?, porque tengo la sensación de que ya había sentido esto antes, ¿Dónde fue? Mmmm, no importa. Y siguió caminando en dirección a su dormitorio.

El Hijo de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora