La oscuridad y el frío comenzaron a surgir a esas horas de la madrugada, sin embargo, su cuerpo se sentía caliente y sudoroso por el calor que le generaban los movimientos al bailar y el exceso de alcohol que había consumido hasta ese momento. Erik se sentía embriagado y feliz, de repente fue jalado con fuerza, en un instante su cuerpo estaba unido al de él, al ver su rostro tan cerca y contemplar sus hermosos ojos grises, no pudo evitar sentir las ganas de besarlo. Lo dudó por un segundo, pero no fue suficiente para hacer que contuviera su deseo, así que colocó su mano al alrededor de su cuello, se acercó y lo beso intensamente.
Al abrir los ojos para contemplarlo de nuevo, se dio cuenta que ya no se encontraban en el bar, sino en su habitación, acostado en su cama con el cuerpo de Dante sobre él mirándolo, quien sin darle oportunidad, nuevamente volvió a besarlo y su mano comenzó acariciarlo lentamente, iniciando del cuello hasta sus abdominales, mientras le desabrochaban todos y cada uno de los botones de su camisa. Al quedar al descubierto se sintió apenado, pero eso no lo detuvo, porque le correspondió desabrochándolo de la misma forma. Al sentir el roce de su pecho desnudo y mezclarse con su sudor, la excitación aumentó y como consecuencia sus manos comenzaron a recorrer el resto de su cuerpo, apretándolo hacia él y entrelazando entre sus piernas como creando una atadura irrompible.
Pero en un instante todo cambio, el cuerpo de Dante se desvaneció de sus brazos, se levantó de su cama y trato de buscarlo a su alrededor, pero al hacerlo descubrió que ya no se encontraba en su habitación sino en un lugar sin forma ni dimensiones y a pesar de que el sudor le corría sobre su pecho semidesnudo, un frío invernal y la oscuridad lo invadieron. Sintió miedo al encontrarse solo, se cruzó de brazos tratando de abrigarse y descubrió como una imagen se desprendía de su mano, sin embargo cuando trato de fijar su vista para identificarla, comenzó a brillar hasta que su vista se perdió en ella, consumiéndolo al instante.
Desde luego, Erik se despertó alterado, se levantó e intentó acariciar su cabello pero no pudo hacerlo porque seguía sujetado con la liga, respiró profundo y se limpió el sudor que le corría por el rostro. Se quedó sentado unos instantes mientras se tranquilizaba, porque a pesar de que ese tipo de sueños se habían vuelto recurrentes en las noches, no se acostumbraba a ellos. Se levantó mirando hacia la cama de su compañero, al verlo dormido y sin hacer ruido, se puso los tenis, una sudadera y tomo sus audífonos para salir de la habitación.
Al encontrarse fuera del edificio, se detuvo y se agachó para amarrarse las agujetas, porque con la prisa de salir no lo había hecho, cuando se incorporó y estaba a punto de colocarse los audífonos, escucho su nombre:
- ¡A dónde crees que vas! Erik – lo llamarón.
- A caminar mamá y ¿tú que haces afuera a esta hora? - le contestó mientras terminaba lo que estaba haciendo.
- También a caminar, no podía dormir después de lo que paso anoche – le contesto Max mirando a ver su entorno.
- ¿Te portaste mal con Dante como yo? – le pregunto Erik avergonzado.
- ¡Claro que no! como se te ocurre, yo soy muy comprensible – lo señalo – a diferencia de ti, ¡señor dramático!
- Qué bueno que no eres como yo Max, vamos a caminar entonces – poniéndose de pie al instante.
Después de su pequeña charla comenzaron a caminar, recorriendo todos los jardines de la Universidad. Respirar el fresco aire de la mañana los relajó, la brisa matutina los envolvió y les aclaró la mente, porque aunque iban en silencio, compartían los mismos pensamientos. Después de una hora de trayecto, decidieron sentarse y beber un poco de agua, mientras lo hacían, continuaron en silencio unos minutos más, hasta que Erik inició la conversación:

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El Hijo de la Muerte
Fiksi UmumLa muerte ronda a tu alrededor. ¿Cuantas veces hemos escuchado esta frase? Pero que pasaría sin en vez de llevarte, te mostrará lo que es encontrar el amor de una forma pura y sin restricciones, contradiciendo este mundo lleno de etiquetas y estereo...