Capítulo 3

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La vida cotidiana de la pareja ya no fue igual, Abigail seguía con sus dudas y cada vez se inventaba una historia nueva para seguir reclamándole a su esposo lo acontecido esa noche, así que Zahid trataba de estar lo menos posible a solas con su esposa, porque no había forma de explicarle lo que realmente había pasado. Desde luego, en cierta forma se sentía culpable de que la vida de su compañera y su hijo se hubieran convertido en un infierno, por las dudas y por la intromisión de un nuevo integrante, del que ni el mismo sabía su procedencia, por lo que en muchas ocasiones dudó de su decisión. Sin embargo trataba de grabar en su memoria todos los momentos que pasaba con su hijo Alex, puesto que algo tenía en claro de lo ocurrido en esa ocasión, cada día que pasaba, era uno menos en su vida para estar a su lado.

De igual forma, de una manera extraña, comenzó a encariñarse con el pequeño Dante, al principio le intrigaba saber quién era o qué era, pero con el transcurso del tiempo se dio cuenta que se trataba de un niño aparentemente normal, hacia lo que se le pedía y cumplía con sus deberes, la única diferencia es que cuando salía, no mostraba ningún interés en sociabilizar con los demás niños, siempre estaba solo, tranquilo, sin molestar a nadie, solo los observaba; y dentro de casa, se la pasaba en su cuarto, puesto que Abigail no permitía que Alex se relacionara con él, así que las reuniones familiares solo se daban cuando comían, por lo que le atribuyo, que a causa de eso, el pequeño Dante casi no sonreía.

Así pasaron los años y el pequeño Dante se convirtió en un adolescente, quien como todos los demás chicos de su edad, sus únicas preocupaciones eran ir a la escuela y sacar buenas calificaciones, pero en casa, como todos los años desde su llegada, la vida no era color de rosa, siempre supo que era adoptado o recogido como le decían Abigail y Alex, su papá era el único que lo recibía o despedía con gusto, su mamá evitaba a toda costa su presencia, porque nunca acepto el hecho de que ese chico no era hijo de su esposo, a pesar de que eran totalmente diferentes en apariencia.

Descargaba su odio alejándolo de su hermano, al principio, en los primeros años de Alex, lo sobreprotegía, a tal grado que no dejaba que se acercara a jugar o convivir con Dante, situación que lo distancio de su hermano; y conforme pasaban los años, ese alejamiento se transformó en envidia, por lo que influenciado por su madre, vivió odiando y sintiendo a Dante como rival e invasor de su casa, odio que aumentaba al ver la atención que su padre le prestaba, por lo que se volvió un chico rebelde y agresivo.

Dante, sin embargo, era un chico bastante tranquilo, quien a pesar de todos los conflictos que en su casa acontecieron y que eran descargados sobre su persona, no le causaron efecto alguno, no se sentía ni triste por los malos tratos de Abigail, ni molesto por la forma en que Alex lo relegaba, ni mucho menos feliz por el gusto con el que su padre lo veía o le hablaba, era como un extraño a su entorno, pero se acostumbró a vivir así, porque pensó que solo se trataba de autodefensa de su parte.

De igual forma nunca recibió cuidados especiales, puesto que a diferencia de Alex, él no se contagiaba por ningún virus y nunca llego lastimado o herido, así que a pesar de las advertencias de Abigail, de que no se enfermara porque nadie cuidaría de él, nunca tuvo que enfrentarse a esa cuestión, motivo que molestaba a su mamá al verlo siempre tan saludable, como si el ambiente tuviera prohibido tocarlo o contaminarlo.

Al principio, el chico pensó que eso no era normal, sin embargo, se dio cuenta que le facilitaba en gran medida su vida en ese lugar, solo tenía que hacer lo que su padre le decía que era correcto, así que únicamente se dedicó a ello sin cuestionarlo, era una forma simple de sobrevivir pasando inadvertido.

Sin embargo, había cosas que tenían que hacer como típicos hermanos, debían asistir a la misma escuela y como parecía que eran de la misma edad, cursaban el mismo grado, pero nunca se dirigieron a ella juntos. Dante se levantaba temprano y siempre llegaba puntual, Alex por el contrario, siempre llegaba tarde y era sancionado por esa razón, así que cuando ingresaba al salón ya iba bastante molesto y al ver a su hermano tranquilamente sentado en su lugar al final de la fila, aumentaba su ira.

El Hijo de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora