Capítulo 60

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La situación se había tornado complicada, por tal motivo iniciaron su reunión en silencio meditando todas y cada una de las situaciones que se habían generado recientemente. Azrael se encontraba sentado en un extremo de la mesa con la pierna cruzada como de costumbre, a sus costados estaban sentados Dimitri y Alyssa y frente a ellos radiante como siempre, estaba sentado elegantemente Raziel teniendo a su costado a Luca.

Después de unos segundos de analizar minuciosamente la situación, comenzaron a discutir entre ellos las distintas posibilidades descubiertas y los avances que hasta ese momento tenían. Sin embargo no parecían llegar a nada definido, porque seguían existiendo muchas dudas respecto al entorno que los envolvía. Pero ambos concluyeron, que cruzaron la línea al secuestrar humanos y aunque para ellos no eran tan relevantes, sabían que había un objetivo diferente con tal acto y si no se equivocaban al respecto y eran usados para afectar el entorno de Helena, entonces actuarían sin dudarlo.

Así que al final, después de discutir y analizar la información vertida por todos los intervinientes, tomaron la decisión de ir al lugar y verificar personalmente lo que estaba ocurriendo, porque a pesar de que no tenían todas las respuestas a sus interrogantes, tenían el presentimiento de que la historia podría repetirse. Pero en esta ocasión no querían cometer el mismo error que sus antecesores, por lo que se trasladaron al lugar como respaldo, a esperar y estar al pendiente por si Helena los necesitaba.

Al llegar al lugar ocultaron su esencia para no ser descubiertos mientras observaban la escena a una distancia considerable, pero al ver a Helena en el lugar tan hermosa y radiante como siempre, tanto Raziel como Azrael quedaron paralizados por sus encantos, recordando aquellos días en que la conocieron cuando estudiaban y pasaban el tiempo juntos. Pero al mismo tiempo, ambos se lamentaban que por su falta de atención hacia ella, la dejaron sola cuando más los necesitaba y como consecuencia se privaron de su presencia por tanto tiempo. Desde luego el resto de los acompañantes estaban maravillados con ella porque era la primera vez que la conocían en persona.

Helena seguía manteniéndose firme a pesar de ver a su hijo postrado por el dolor, sabía que tenía que estar tranquila para poder manejar la situación y evitar el mayor de los daños para todos, así que sin perder más tiempo nuevamente tomo la iniciativa e invitó a Gabriel a informarle que era lo que tenía que hacer para liberar a su hijo de esa tortura:

- Dime entonces, Gabriel – le dijo serena – ¿qué es lo que tengo que hacer para liberar a mi hijo de esta situación?

- No es muy complicado – le contestó Gabriel de la misma forma – solo tienes que matar a ese humano – señalo a Erik – y tu hijo será libre.

- ¡No te atrevas hacerlo! – le gritó Dante – ¡no te perdonare si lo haces! – mientras en su interior sabía que la posibilidad de que Erik sobreviviera a todo eso era nula.

- ¿Matar a ese humano dices? – ignorando totalmente a Dante – ¡nuevamente estas amenazando a mi familia! – ¿no fue suficiente el resultado de la última vez?

- ¡No! – contestó alterado Gabriel – ¡no es suficiente! no voy a rendirme hasta que consiga mi objetivo.

- ¿Y qué te hace creer que en esta ocasión lo vas a obtener? – se cruzó de brazos – esto parece más bien una obsesión de tu parte, además, ¿crees que los demás dioses van a permitir que te salgas con la tuya y afectes su función con facilidad?

- ¡Eso no me importa! – le contestó alterado – ya lidiare con ello en su momento – le indicó – no te desvíes, primero lo primero – señaló nuevamente a Erik mientras continuaba hablando - la última vez, a pesar de que estudie todo lo necesario y hasta me volví maestro para poder tener acceso a la información de la gran biblioteca – bufó molesto – ¡no conseguí lo que buscaba!

El Hijo de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora